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Catalina García / Puerto del Rosario
O 200, o 704 o 1.309 visitantes al día en la isla de Lobos: son las tres alternativas que baraja el Cabildo de Fuerteventura a la hora de modificar la capacidad de carga del parque natural establecida en el Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG). Así se recoge en el Documento Ambiental Estratégico y el documento borrador de la citada revisión que se puede consultar durante 45 días y que propone -entre otras medidas de control de los visitantes- el uso de pulseras identificativas de distintos colores y la necesidad de solicitar un permiso previo en el Cabildo Insular, con el que posteriormente el turista podrá comprar el billete de barco.
En este documento ambiental, la primera institución majorera justifica la revisión de la capacidad de acogida diaria de visitantes en que debe estar «acorde a la realidad y a los nuevos ritmos de visitantes que se están viviendo ya hace algún tiempo». Entre otros argumentos, alude a que, cuando se aprobó el PRUG en 2006, sólo funcionaban dos barcos y ahora son tres líneas regulares que realizan varios desplazamientos, más los llamados watertaxis y una embarcación que llega desde Lanzarote. También apunta, aludiendo a esa realidad, a que este parque natural recibe hasta cerca de 1.400 visitantes diarios
La modificación establece tres alternativas de acogida diaria de turistas, aunque se decanta inicialmente por una. La primera hace referencia al tope de 200 turistas diarios que establece el PRUG y que realmente se incumple. La segunda alternativa, la más viable según el documental ambiental, se fija en 704 personas por día. En 1.309 visitantes diarios se basa la última alternativa que tiene en cuenta los metros lineales de sendero.
Tras presentar estas tres posibilidades, la Corporación Insular opta por los 704 visitantes diarios por considerar que permite «garantizar el correcto acceso y uso público del parque natural, de manera que no compromete el estado favorable de su medio ambiente actual y futuro». Esta alternativa de revisión de la capacidad de carga vendría aparejada con una serie de medidas de prevención y corrección de los efectos negativos sobre el medio ambiente, entre las que destacarían las de control y seguimiento del uso público del parque natural como la solicitud de permiso al Cabildo, con el que después se procedería a la compra del billete de barco en cualquier de las navieras.
Además el documento ambiental apunta al uso de una pulsera identificativa «que ayuda a controlar el acceso al parque natural». Estas pulseras, a devolver después de la visita, «constarán de varios colores, dependiendo si el acceso se realiza de manera individual o en grupo». También se asignarían diferentes colores a personas con necesidades especiales, para operarios y vigilantes y para monitores o clientes de las empresas. «Igualmente, los dueños de embarcaciones que embarquen o fondeen en el islote, deberán alquilar la pulsera y se les asignará un color si su actividad es recreativa, residencial o turística».
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