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CC tiene muy mala memoria

CC tiene muy mala memoria

Jueves, 1 de enero 1970

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Que los políticos y los parlamentos son caros es un argumento muy usado por la ultraderecha en su afán de mermar las dinámicas democráticas y los instrumentos que las permiten. Un argumento que se vio reforzado por la crisis económica, política e institucional. Ante la merma del estado del Bienestar, los ciudadanos arremetieron contra el injustificado despilfarro en algunos ámbitos de la administración y de la vida política. El caldo de cultivo estaba servido para estas facciones ultraderechistas y para el populismo, que lo usó como palanca ideológica a su favor, una auténtica trampa en contra de la democracia. No me sorprende que Coalición Canaria use el mismo argumento para desprestigiar e inviabilizar la reforma del sistema electoral canario y el acuerdo de la oposición. El equipo que comanda Fernando Clavijo camina en el filopopulismo, sobre todo en el ámbito de la comunicación institucional y en el juego político con los ciudadanos. No es extraño a este partido político que, en su afán por conservar los privilegios del actual sistema electoral, propicie una cascada de mensajes en contra de la ampliación a 70 diputados del Parlamento de Canarias. A Coalición Canaria no le preocupa la democracia, sino sostener su régimen que lleva camino de convertirse en eterno si no cambiamos las reglas del juego para romper con un sistema injusto. 35 años después de la creación de la autonomía, revisar las bases que la constituyen, y el sistema electoral es una de ellas, es una obligación de los demócratas a la que se oponen los que desprecian el sistema y no les importa coquetear con el populismo o con aberraciones mucho más graves, como despreciar el parlamentarismo, como han hecho algunos miembros de este Gobierno y sus adláteres, como el presidente del Consejo Rector de la RTVC.

Lo realmente llamativo de esta solitaria ofensiva de CC contra la reforma electoral criticando la ampliación del Parlamento de Canarias, es el mismo partido que en septiembre de 2015 constituyó un Gobierno sin reparar en gastos. Fernando Clavijo, en plena crisis económica, rompió con los criterios de austeridad impuestos durante ocho largos años por los gobiernos de Paulino Rivero para ampliar de 8 a 10 las consejerías. El líder de Coalición Canaria creó 10 nuevos altos cargos entre consejeros y vicenconsejeros. Casualmente, o porque recibes lo que das, los altos cargos creados por Clavijo coinciden con el número de diputados que necesita el Parlamento de Canarias para elevar el nivel de representatividad de los canarios. La memoria es flaca. Hay más. A Fernando Clavijo no le importó la crisis económica para rodearse de personal eventual, de asesores políticos, y creó 12 nuevos puestos, cuatro para cada consejería y cuatro más para él mismo, para la Presidencia del Gobierno, en la que está enchufada gran parte de Coalición Canaria. En total se crearon 24 nuevos puestos de altos cargos y asesores, que pagamos todos de nuestros bolsillos y que no resisten un examen porque muchos de ellos no trabajan para los canarios, sino en las sedes de Coalición Canaria.

En su descargo, Fernando Clavijo dirá que eso lo hizo con el PSOE, liderado en aquel momento por Patricia Hernández, y tiene razón. Pero hay que recordarle al presidente que en diciembre de 2016 echó al PSOE del Ejecutivo y no movió ni un ápice la estructura de su Gobierno. Todo lo contrario. La aprovechó al máximo para cumplir más y mejor con los compromisos insularistas de su partido y para dar y repartir puestos de asesores.

Para CC ese gasto es legítimo, democrático, justificado mientras que diez nuevos diputados para elevar el nivel democrático de Canarias no lo son. No tiene sentido alguno el argumento ni las razones. No voy a hacer de nuevo el relato de injusticias, que debería, pero sí recordar que otros parlamentos, de autonomías con mucha menos población, como el País Vasco, tienen más diputados que Canarias, claro que la calidad democrática y el bienestar de sus habitantes contrasta, duramente, con lo que ha hecho CC con Canarias, una región de tercera.

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