Estudiantes españoles llevan el hidrógeno verde a casa

Con este planteamiento han convencido a los responsables de Imagin, iniciativa de Caixabank, que les llevará a Estados Unidos para presentar su iniciativa a los grandes gurús tecnológicos de Silicon Valley en una fase de incubación del proyecto que tiene una duración de 10 días.

«Esperamos una inundación de conocimiento con este viaje», detalla Rovira. «Tenemos las ideas claras, pero estamos abiertos a cualquier avance que nos propongan», explica. La base es clara: usar el hidrógeno como fuente de energía en el hogar. Pero, «hay cosas a las que no somos capaces de llegar», apostilla.

La financiación y la tecnología son las dos palancas que aún necesitan ese impulso, pero «todo está claro», repite, aunque el proyecto esté en fase inicial. Atom, así lo han bautizado, nace en las aulas del Instituto Químico Sarrià y de Elisava, la Escuela Universitaria de Diseño e Ingeniería de Barcelona, y de la inquietud de estos tres veinteañeros por el cambio climático. «Surge con las ganas de cambiar lo que está pasando y nos centramos en atacar algo más factible como las energías renovables y sus hándicaps», comenta Lucas Vicen.

Uno de los obstáculos para el despliegue de estas nuevas tecnologías es su implantación y, también, el almacenamiento. «La mayoría de las casas usa baterías de litio para acumular la energía», explica Anna Martín. «Estos tienen una vida de 5 o 10 años y no se pueden reutilizar», añade. Su apuesta, «dura 30 años y, además, se puede volver a usar».

Con la factura de la luz disparada, el autoconsumo despega en España. La solar y la eólica son las reinas, pero estos jóvenes quieren añadir a la ecuación el agua. Su solución pasa por unir sol y agua, «de lo primero hay mucho en España», destaca Rovira.

Estos dos elementos naturales son necesarios para conseguir separar el hidrógeno y el oxígeno del agua a través de la electrólisis. «La energía solar nos permite hacer este proceso», explica Vicen. «Hemos puesto este ejemplo, porque en España es muy común», detalla, «en Irlanda se podría hacer con eólica», añade.

Una vez conseguido el hidrógeno se almacena en sus dispositivos Atom y «cuando se necesite esta energía llegará al hogar», apunta Rovira. «Llega la electricidad pura y dura», comenta Lucas Vicen. «Hace de batería de hidrógeno y, además, la convierte en energía para usarla».

Este nuevo vector energético es una de las grandes esperanzas en la transición hacia una economía más verde al contener tres veces más energía que la gasolina, aunque «para obtener un kilogramo de hidrógeno se necesitan 10 litros de agua», advierte

Una dificultad que los tres jóvenes catalanes habían solventado «con un circuito cerrado de agua destilada», responde Rovira. La corrosión del agua, sobre todo la marina, es una de las grandes preocupaciones de estos ingenieros.

Sin embargo, sus esperanzas vuelven a estar depositadas en el viaje a la cuna de la tecnología. «Hemos visto que en la Universidad de Stanford (California, Estados Unidos) han conseguido materiales que resisten la corrosión», avanza. «Si esto se confirma nos permitiría usar agua residual, del mar o pura», comenta Vicen.

El precio de la luz en la primera mitad de 2022 fue un 265% superior al de 2021 y un 637% al de 2020, cifras disparadas que han impulsado el autoconsumo en los hogares españoles. «Es la mejor herramienta contra la subida de la factura de la luz», responde Íñigo Amoribieta, CEO de Otovo, empresa especializada en energía solar y autoconsumo.

«Atom se puede instalar en los bloques de pisos», aventura Rovira. El problema está en la otra pata: la colocación de las placas solares para captar la energía del sol. «Depende de las placas solares que entren en el tejado, porque se tiene que repartir la energía», aseguran los promotores de la idea. Según sus cálculos, con un tejado de 60 metros cuadrados y cuatro pisos, «si valdría», aseguran. «Pero también se podrían instalar en una zona cercana y luego llevar esa energía al Atom», añaden.