Todas las posibilidades siguen abiertas, pero la Brigada de Homicidios de la Policía Judicial de Santa Cruz de Tenerife, que se ha hecho cargo de la investigación, sigue manteniendo que el asesinato de Carlos Machín, acribillado a tiros el martes por la noche, fue obra de «profesionales» y, por tanto, a sueldo de un tercero. El modus operandi, dicen fuentes policiales, es claro. También cabe la posibilidad de que se buscara simular que el crimen era obra de sicarios.
La investigación ha sido declarada secreta, por lo que son pocos los datos que ha trascendido más allá de los que ya se conocen y que apuntaban a que el asesinato pudiera estar vinculado con la actividad profesional de Machín hasta hace al menos dos años. La víctima estuvo al frente de uno de los pub más concurridos de La Laguna, el Kapitel, y también de la discoteca Palco, ambos propiedad de Evaristo González, el principal imputado en el caso Corredor. Machín era investigado, junto a González, en una de las 23 piezas separadas por un presunto delito de fraude a la Seguridad Social.