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El Rubio aparece de forma voluntaria en la investigación

El Rubio aparece de forma voluntaria en la investigación

La Policía Judicial cotejó y analizó las denuncias y pistas recibidas por parte de numerosos ciudadanos y fue en ese momento donde apareció por primera vez Antonio Ojeda Bordón el Rubio, aunque lo hizo en calidad de testigo y no de sospechoso

Jueves, 1 de enero 1970

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Los investigadores revisaron todas las noticias de supuestos testigos de los hechos que se recibieron en los cuarteles de la Guardia Civil de todo del país. Recibieron datos no solo de personas que afirmaban haber presenciado personalmente la desaparición de Yéremi, sino de otras que afirmaban haber visto al menor en otros puntos del país. Casi todos los presuntos testigos coincidían en señalar como vehículo usado en el rapto a una furgoneta blanca. Por ello, analizaron todas las pistas, hasta las más disparatadas, por si se encontraban indicios veraces. Muchas incluso procedían de videntes que afirmaban saber dónde estaba el niño y tenían por protocolo que comprobar el sitio que anunciaban por si no se estaban inventando los hechos.

El día 3 de septiembre de 2007 se produjo la primera aparición en el caso de Antonio Ojeda Bordón el Rubio. Se presentó de manera voluntaria por la mañana y sin ningún motivo aparente en el cuartel de la Guardia Civil de Vecindario para denunciar que había visto como Yéremi era raptado. Por aquel entonces, todas las denuncias de menores pasaban por la oficina donde estaban los investigadores de la Operación Yéremi y por ello, cuando el Rubio fue a denunciar, le atendió precisamente el agente de la Guardia Civil liberado para el caso. El Rubio, que se mostró serio y coherente, declaró que observó a tres personas en un turismo blanco, ofreció incluso su matrícula, y describió que vio como se llevaron al menor describiendo e el recorrido que realizaron los presuntos secuestradores. El camino recorría calles como Honduras, Guatemala o la avenida de La Unión, hasta que los presuntos secuestradores se pararon en un invernadero, dijo Ojeda. Allí, afirmó que vio a una mujer con el menor y dos coches más y aportó numerosos detalles en un relato completamente elaborada y que mantuvo con el paso de los años, pero que los investigadores acreditaron que era totalmente falso. Incluso, la matrícula que ofreció de memoria el Rubio a la Guardia Civil correspondía ciertamente a un turismo blanco, pero al ser verificada por los agentes, se comprobó que, casualmente, el mismo era un coche oficial y que en el momento de los hechos no estaba en la calle Honduras como se acreditó en su registro de servicios. El vehículo sí había sido utilizado semanas antes para trasladar unos objetos metálicos a la recuperadora de Arinaga donde Ojeda iba frecuentemente al ser chatarrero.

Con esa acción de ir a declarar que vio los hechos, el Rubio admitió voluntariamente que estuvo en el lugar y en el momento de la desaparición de Yéremi Vargas.

En ese primer contacto con el Rubio, los investigadores no dieron credibilidad a su testimonio y por eso no se le siguió investigando.

Numerosos detenidos.

La Guardia Civil detuvo a numerosas personas que molestaron a la familia del menor. Por ejemplo, J.M.P. la llamó pidiendo 6.000 euros en concepto de rescate porque decía que lo tenía retenido. También fue investigado un menor de ocho años que llamaba al domicilio del menor a todas horas. Detuvieron a un hombre de Moya que contactó con la familia diciendo que tenía «un zulo preparado para Sara Morales –en la foto– y Yéremi». También unos sujetos fueron apresados por montar una tienda online de productos con la foto y nombre de Yéremi. No eran de la isla y vendían, por ejemplo, paquetes de pan con la imagen del menor.

Delinquió en la misma calle de Yéremi.

Los conductos oficiales recibieron ingentes cantidades de llamadas. Entre ellas las una señora colombiana que afirmaba asistir al culto religioso de la Iglesia Evangélica Pentecostal Rehoboth, situada en la calle Honduras, nº 3 –la misma del domicilio del menor desaparecido–. Dijo tener constancia de abusos sexuales a varios hijos de los asistentes al centro religioso por parte de J.O. El agresor, durante su detención y de forma espontánea, llegó a confesarse autor de la desaparición de Yéremi, pero su testimonio no era creíble. No tenía coche ni conducía y dudó a la hora de mostrar el sitio donde llevó presuntamente al niño.

Abusó de sus ocho sobrinas.

Se hizo una coordinación perfecta con la Policía Nacional y las policías locales y por ello, se abrió la línea de investigación Tarot. La Guardia Civil recibió en 2012 una denuncia en la que se inculpaba a D.S. como autor de abusos sexuales al violar a sus ocho familiares menores de edad. Fue desvelado por una vidente que decía tener un cliente que le había contado que cometía agresiones sexuales y que había raptado a Yéremi. Ella le decía al denunciado que tenía su «aura manchada, algo tienes dentro» y tanto fue la insistencia que confesó el abuso de sus familiares, aunque se descartó su vinculación con el menor de Vecindario.

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