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Almudena Sánchez y Santa Cruz de Tenerife
Viernes, 26 de junio 2020, 08:13
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— Hace un año, estuvo a punto de ser viceconsejera de Educación, pero la secretaria general de su partido en Lanzarote frustró el nombramiento. Ahora resurge de las cenizas con la consejería en sus manos. ¿No le parece la historia un tanto surrealista?
— No, creo que las personas con responsabilidad hicieron lo mejor que creyeron, por lo que sea (ellas nunca me lo explicaron ni yo pedí explicaciones). Mire, yo siempre he estado a disposición, del partido por supuesto, y de la sociedad en la que vivo, primero que nada. Lo que tengo es que, cada vez que lo han necesitado, me han venido a buscar a mi casa. Con lo de la viceconsejería, habían rumores, la consejera habló conmigo y si me necesitaban, estaba a su disposición. Entendieron que en el aquel momento mejor que no y me hicieron un gran favor; me quedé otro añito más en casa, estoy jubilada y sin ningún problema.
— Deduzco entonces que ahora no le han hecho un favor....
— No, claro, más bien yo a ellos.
— Ha tomado alguna decisión sobre el equipo de la consejería...
— No. Si por algo me caracterizo es por ser una persona tranquila y además me parecería una imprudencia llegar a un sitio y empezar a cargarme a gente como se dice vulgarmente. Yo prefiero ver lo que hay, cómo encajo ese equipo y después, tomaré las decisiones.
— El encaje esta vez es muy relevante. Sorprende que el director general de Ordenación, Gregorio Cabrera, después de anunciar su dimisión, siga en su puesto...
— Mire, conozco a Gregorio Cabrera. Fíjese hasta qué punto que cuando fui viceconsejera, él estaba de jefe de gabinete. Es un profesional como la copa de un pino, ha sido inspector de educación en varias islas y yo quiero que mi jefe de gabinete conozca muy bien la enseñanza. Así que, aparte de su honradez y su profesionalidad, ha hecho una magnífica labor este año en donde está.
— Me deja claro que será una persona para la nueva etapa...
— Seguramente. No se lo puedo asegurar porque no quiero hablar de personas concretas, sino del equipo completo...
— Hablamos de él porque su dimisión precipitó la marcha de la consejera...
— Sí, a veces las cosas pasan por algo.
— Dijo que la vuelta a las aulas se producirá en septiembre y totalmente presencial. ¿Mantiene su propósito?
— Sí, lo mantengo con las condiciones que marque el comité científico que nos va a asesorar. La idea es que los niños vuelvan, con la necesidad tan grande que tienen muchos de ellos de estar en contacto unos con otros. Dese cuenta de que los colegios son una herramienta que iguala a las personas. Hay muchos niños que lo han pasado muy mal durante el confinamiento, aunque tuvieran la tablet y conexión a internet; todas las familias no son iguales. A veces tenemos la mala costumbre de fijarnos solo en nuestros hijos, en los hijos de nuestros amigos, sin estirar la mirada un poquito más allá para saber que hay cantidad de familias que lo están pasando muy mal y que hay niños viviendo en ese entorno, donde puede haber un padre, por ejemplo, que no está para darle la clase, bien porque no tiene conocimiento para hacerlo, bien porque está en otra cosa. No solo es la conciliación, siendo muy importante, sino que los niños estén atendidos por el sistema. Eso se garantiza más si están dentro de la escuela que si le mandan la comida a la casa. A veces, lo que hace falta es sacarlos de allí.
— Ya que ha mencionado el comité científico, cuando lo va a constituir y quiénes lo van a formar?
— Hoy tenemos la primera reunión con algunos científicos para empezar a crearlo. Veremos quién está dispuesto a echar una mano, quién dispone de tiempo para hacerlo.
— El Ministerio de Educación ha indicado que, hasta cuarto de primaria, se formarán en las aulas grupos burbuja de entre 20 a 25 alumnos. ¿Hasta cuántos podrían ser en Canarias?
— Yo siempre voy a estar asesorada por ese comité científico, pero procuraré que sean los menos posibles por dos razones: es más seguro -salvo que me digan otra cosa- y las aulas no reúnen condiciones. Las aulas de nuestros centros no tienen esa capacidad para poner 20 o 25 niños separados con las distancias adecuadas. Entonces, lo más probable es que en vez de 20 sean 15, pero no le puedo decir todavía con seguridad. Lo que es verdad es que esas burbujas se rompen, por ejemplo, cuando hay dos hermanos que van a cursos distintos, o en el transporte escolar que habrá que revisarlo -a lo mejor, en vez de una ruta, tengan que hacer dos-, los comedores escolares... todos los servicios complementarios habrá que revisarlos.
— Pues eso implica, más espacios, más docentes y más inversión. Empecemos por lo primero.
— Ahora mismo se está preparando una encomienda de gestión para hacerla seguramente con Gestur que nos va a chequear centro a centro en toda Canarias. Los últimos centros construidos tienen sus planos digitalizados pero la mayor parte no, así que me parece mejor que la empresa mande a técnicos y hagan ese chequeo in situ. No solo tendrán que ver cómo están las aulas sino la disponibilidad de otros espacios susceptibles de ser ocupados en caso necesario. Por ejemplo, bibliotecas, almacenes... También ver fuera. Estoy segura de que hay disponibilidad de los ayuntamientos para hacerlo. A primeros de julio tengo una reunión con la Fecam para ver este tema. Al final, se hará un listado de espacios disponibles fuera de los recintos escolares.
— Y todo, en un tiempo récord, ¿no?
— Sí, sí. Con respecto a los docentes, ya se está empezando a calcular el número de profesores por cada grupo. La directora general de Personal está haciendo unas simulaciones en cada uno de los centros, en función del tipo de centro -primaria, secundaria, si es una línea dos, si es una línea tres-.
— Los sindicatos han planteado un ratio que exige aumentar el número de docentes...
— No he tenido todavía reunión con los sindicatos. Cuando avancemos nosotros un poquito expondremos nuestra, se la plantearemos para que la enriquezcan y entre todos vamos a buscar la mejor fórmula para que los chicos estén seguros.
— Los docentes, como toda plantilla pública, parten de una infradotación importante....
— Hay gente que ha aprobado las oposiciones y están en paro, o sea, en ese sentido yo creo que podemos tirar de ellos claramente. Además, en el tema económico, tampoco habrá problema porque el Ministerio de Educación nos ha dicho que tenemos un plus dedicado exclusivamente al curso covid. Por lo tanto, algo de tranquilidad nos da.
— ¿Esos recursos darán también para estabilizar la plantilla o va por otra vía de financiación?
— Tenemos que discutirlo con los sindicatos. Seguramente esas plazas tendrán que ser un poco flexibles pero ya lo veremos.
— En cuanto a la inversión, comentó que la primera reunión que iba a tener era para ver con qué presupuesto contaba, cómo había evolucionado y qué iba a necesitar...
— Mire, ahora mismo la secretaria general técnica está en ello. Yo acabo de tener una reunión porque estábamos mirando el tema de las obras. Nosotros tenemos unos fondos que nos han venido -Feder, PIEC, el propio presupuesto de la comunidad- para saber qué obra va a ir adjudicada con cargo a un fondo o a otro y en función de esto, saber al final cuánto nos sobra, cuánto nos falta. Necesito un poquito más de tiempo para ver esto con claridad, y seguridad sobre todo.
— Creo que la prematrícula ya está cerrada, ¿han registrado un aumento de la demanda de plazas escolares públicas para el curso que viene?
— No tengo todavía los datos, pero no lo creo, aunque niños de la enseñanza privada, o la concertada, pasaran a la pública porque su economía familiar no les permitiera seguir pagando la matrícula. Pasó en la crisis de 2008; pensamos que pudiera haber una avalancha y no fue así y además, el número de estudiantes ha ido disminuyendo en las islas; las mujeres estamos pariendo menos que antes. Hay zonas puntuales, por ejemplo, los sures de las islas son sitios de mucha demanda pero en general, no es tanto como para descompensar. Me imagino que las cosas no habrán cambiado ahora mucho.
— Creo que la anterior consejera puso sobre la mesa lo que se conoció como «emergencia de escolarización» ante el posible incremento de la demanda....
— No lo conozco. Lo que sí es verdad que sigue habiendo una importante falta de infraestructuras en los sures, pero no es por la crisis ni por la covid-19, sino porque ha ido creciendo la demanda y no hemos respondido a tiempo a ella.
— A partir de 4º de primaria, ¿cómo se van a reorganizar los grupos si hay que garantizar la distancia interpersonal de metro y medio?
— A mí me parece que lo más complicado será manejarse con los más pequeños porque cuesta mucho trabajo que cumplan las normas. Los más grandes se dan más cuenta de las cosas.
— ¿Contempla la posibilidad de trasvasar alumnos de centros más concurridos a otros que estén más desocupados?
— Claro, siempre que estén cerca; lo que no parece razonable es que un niño del sur tenga que ir a un colegio del norte. Pero si el centro de enfrente tiene aulas vacías y al otro le faltan, pues se pueden reubicar. Donde primero vamos a mirar son en nuestros espacios y después, los que puedan ofrecer las administraciones municipales.
— ¿Hay un plan B que se pudiera aplicar con agilidad ante el surgimiento de un rebrote?
— Sí, la digitalización de la escuela no la vamos a abandonar, la vamos a reforzar, vamos a completar lo que se inició. Hay que formar al profesorado, a los niños con los equipos correspondientes y realizaremos un seguimiento para saber si los niños están recibiendo lo que tienen que recibir. El plan va a ir en paralelo al presencial.
— ¿Para cuándo prevé que pueda estar listo el protocolo de la vuelta?
— No lo sé, a finales de agosto tendrá que estar claramente. Si lo tuviera antes, estaría encantada. yo lo que quiero es que esté terminado y muy bien hecho. No es solo elaborar el protocolo es, por ejemplo, cuando se diga que hay que separar la entrada de la salida, por ejemplo, y en un centro la puerta no dé para eso, habrá que hacer obras pequeñas. Mi interés es, aparte de saber los dineros que tenemos, conocer en qué estado están las obras. Sacaremos dinero para hacer lo que hay que hacer según el protocolo.
— Ahora mismo tiene otra urgencia: cómo asegurar la comida a los alumnos cuyas familias no tienen recursos suficientes. ¿Qué va a hacer?
— Creo que están ya los ingresos hechos para la tarjeta monedero de junio, ahora falta julio y agosto. Me parece que la decisión hay que tomarla en el Gobierno. Yo lo plantearé y se decidirá si hay capacidad económica. A mí me encantaría que siguiera el programa y el método que se ha empleado para llevarlo a cabo me parece estupendo.
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