«Todavía queda el mal cuerpo»
Ingrid Ortiz Viera y San Mateo
Domingo, 24 de septiembre 2017, 05:00
La niebla vuelve a cernirse sobre la Vega de San Mateo, como si el tiempo acompañara los tres días de luto que ha declarado el alcalde del municipio, Antonio Ortega, después del impacto por la muerte de la vecina de Cueva Grande, Carin Ostman, y de que en la noche del viernes el Gobierno de Canarias diera el fuego por estabilizado.
«Lo único bueno, si es que se puede hablar así, es que no ha habido muchos desperfectos en las casas», afirmó Carmelo Marrero mientras ayudaba a reparar los cables de un poste de luz. «Tal y como vivimos el incendio, pensábamos que habría más viviendas quemadas. Aun así todavía queda el mal cuerpo», aseguró.
En las zonas altas de la Cumbre el olor a quemado sigue penetrante y el panorama dista mucho de lo que días antes era completamente verde. Muchos de los residentes de los barrios se han recogido en sus casas, aún sin las fuerzas necesarias para valorar el nuevo paisaje. Otros, en cambio, se pasean maldiciendo las llamas y especulando teorías sobre qué –o más bien quién- las originó. «Es una desgracia, pero al menos estamos vivos y hay que seguir con lo que nos toca», se oye al fondo de un bar.
En centro del pueblo todo ha vuelto a la normalidad: los comercios abiertos y los vegueros haciendo sus compras. «El ambiente que se respira, sin embargo, es de una gran tristeza», afirmó Ortega. «Todo está funcionando, en las zonas afectadas se están restableciendo las comunicaciones, pero no estamos todavía en un ambiente distendido».
