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«Mucha gente no podrá ver las Dunas»

«Mucha gente no podrá ver las Dunas»

En la medianoche de este jueves se cierran 12 kilómetros de carretera desde Parque Holandés hasta la rotonda del Oliva Beach. Los tapones de tráfico y la falta de espacio para aparcar están casi garantizados. El Cabildo pide comprensión y en la calle hay división de opiniones sobre si la carretera debe mantenerse o eliminarse

Jueves, 1 de enero 1970

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La carretera de las Dunas cierra al tráfico en la medianoche de este jueves y no volverá a abrir hasta el 6 de octubre. Decisión del Cabildo que ha generado una campaña de recogida de firmas en contra y la convocatoria de una concentración de protesta esta misma noche a las 20.00 horas en el entorno de iglesia de Puerto del Rosario; a los manifestantes se les anima a asistir con chalecos reflectantes para crear mayor impacto. Ante las fuertes críticas, responsables del Cabildo se apresuraban este miércoles a convocar una rueda de prensa en la que trataban de justificar el cierre de la vía: «Somos conscientes de las molestias, pero evitar el cierre definitivo justifica este breve cierre temporal», manifestaba al respecto el presidente insular, Marcial Morales.

El cierre de la carretera está generando una gran controversia en la isla. Hay quienes piensan que cerrarla, ya sea un día o para siempre, es un disparate en cualquier caso. Otros opinan que, a tenor de la pérdida de arena en últimas décadas, el disparate está en que siga abierta. Al margen de ello, desde el Cabildo insisten en que el cierre temporal servirá, además de para el rodaje de Wonder Woman, para elaborar un estudio socioeconómico sobre los «perjuicios» que generaría el cierre definitivo que debe llevarse a cabo en cumplimiento de las medidas correctoras del informe de impacto ambiental del proyecto de la autovía La Caldereta- Corralejo. Las conclusiones se remitirán a la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Canarias para que estudie las opciones legales de mantener abierta la vía litoral. Antes de que se recepcione la autovía, la empresa adjudicataria está obligada por contrato a colocar las barreras que impidan el paso por la carretera de las Dunas.

Pedro Hierro, taxista en la parada del Oliva Beach, además de considerar «muy extraño» que se cierre la carretera «en pleno mes de agosto», lamenta «que se vaya a perder el encanto de las Dunas si no dejan circular por ahí», lo cual implicará «que mucha gente que viene no vaya a poder conocer las Dunas». Y no le falta razón, puesto que no se han habilitado fórmulas alternativas para que turistas y bañistas en general accedan a las diferentes playas a lo largo del litoral. Tampoco las guaguas de los turoperadores podrán descargar turistas cerca de uno de los grandes atractivos del parque natural, esto es, de la duna gigante a la que los llevan para que se tiren rodando y se hagan fotos. Hierro añade además que el gremio del taxi se verá afectado por el aumento de las frecuencias de guagua entre Corralejo y los hoteles, programadas por el Cabildo en pro de reducir el impacto del cierre: «Nos quitan el trabajo, no es lo mismo que la guagua de línea venga cada media hora que cada 15 minutos».

El taxista hace referencia a otro aspecto que será clave desde mañana a primera hora y cuyas consecuencias todavía están por ver: «el caos circulatorio», que, probablemente, se producirá tanto en las dos vías de acceso a los hoteles, casi siempre atestadas de coches que entran y salen para aparcar, como en el tramo de carretera comprendido entre la primera rotonda de los hoteles y el núcleo urbano de Corralejo. Será en los márgenes de estás últimas vías donde únicamente puedan aparcar los vehículos para acercarse lo máximo posible a las Dunas de Corralejo; entre estos, vehículos privados, coches de alquiler, guaguas de línea y de turoperadores, camiones y furgones que suministran a los hoteles, empresas de excursiones de quads y un largo etcétera. Precisamente, entre las empresas que organizan excursiones de quads y vehículos análogos existe gran malestar, ya que durante dos meses no podrán ofertar a sus clientes su ruta estrella por las Dunas, lo que sin duda supondrá menos ingresos.

El tramo de vía cortado, desde la rotonda de Parque Holandés hasta la rotonda del hotel Oliva Beach, es de casi 12 kilómetros, de los que entre 7 y 8 corresponden a espacios arenosos. El acceso a las Dunas desde Parque Holandés es poco viable, porque habría que caminar unos 4 kilómetros por el malpaís hasta llegar al parque natural. La zona de los hoteles Oliva Beach /Tres Islas se perfila así como punto de acceso obligado para llegar a las Dunas y donde a buen seguro los tapones de tráfico estarán casi garantizados. Llegar a las playas más alejadas de las rotondas de corte será misión imposible, en especial para personas de movilidad reducida o de avanzada edad que no pueden caminar mucho. Para ir a la playa del Moro, la primera en dirección norte en el parque natural, habrá que andar unos 5 kilómetros desde los hoteles y más o menos la misma distancia desde Parque Holandés.

Aunque la percepción generalizada sea de rechazo al cierre, también hay quienes lo defienden en diferentes grados. Francisco Sánchez, que este miércoles disfrutaba de las Dunas en compañía de su familia, estaría a favor del cierre de la vía «si se hace por el medio ambiente, pero no por la película». Sánchez, que llegaba desde Gran Canaria por vacaciones, es partidario de «una pista o camino» para acceder a las playas, «como en El Cotillo», es decir, «que se limite el tráfico pero que se pueda pasar».

Más radical se manifiesta un socorrista de La Oliva que prefiere guardar el anonimato: «La carretera deberían haberla cerrado hace mucho tiempo, sobre todo porque las dunas cada vez tienen menos arena, y porque la gente deja muchas bolsas de basura y tiran latas desde los coches». En su rechazo a la carretera, el socorrista anima a fijarse en los márgenes de la carretera, donde «hay zonas en las que ya no queda arena», y recuerda que cuando era pequeño «habían dunas que hoy ya no existen». Además, defiende el senderismo como forma de llegar a las playas más salvajes del parque natural: «Quien quiera conocer los parajes más naturales, que camine; y si no, siempre tienen las playas de los hoteles y Flag Beach, que también son de arena».

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