Lucas Cruz, el intermediario que participó en la fallida compra por parte del Servicio Canario de Salud (SCS) de un millón de mascarillas 3M a cambio de cuatro millones de euros, defendió su papel en la operación alegando que solo puso «en contacto a varias personas» y se extrañó de que Sanidad pagara por adelantado a RR7 United sin que esta empresa -que lo denunció- tuviera experiencia en el sector: «RR7 firmó el contrato y cobró los cuatro millones sin tener las mascarillas», expuso.
El empresario declaró a este periódico desde Oriente Medio, donde se encuentra residiendo en la actualidad, que en esta operación de compra de mascarillas por parte del Ejecutivo canario y que investiga la Fiscalía Anticorrupción, él es «una simple maniobra de distracción, soy el eslabón más débil en este negocio, estoy harto, pero también seguro de que saldrán más cosas», comentó. «Si me llaman desde la Fiscalía hablaré con ellos y les daré todos los datos que tengo, aunque esté en el extranjero. No me consta que haya ningún problema conmigo ya que no fui el intermediario especializado, solo fui testigo de ver cómo un tercero hacía una operación», detalló.
Este caso lo investiga desde el pasado 8 de abril la Delegación de Las Palmas de la Fiscalía Especial contra la Corrupción y la Criminalidad Organizada, a RR7 por estafa y a Sanidad por prevaricación y malversación.
Cruz denuncia que «seguro de que saldrán más cosas» y adelanta que «contará todos los detalles» si lo llama el fiscal
Lucas Cruz dijo que conoció a Rayco González, administrador único de RR7, «en junio de 2020 durante el confinamiento porque un tercero me dijo que si sabía de alguien que dispusiera de mascarillas porque habían firmado un contrato de cuatro millones de euros con el Servicio Canario de Salud y no encontraban el material», narró. «Le respondí que iba a buscar y contacté con mi amigo Ihsan Mahmhoud. Ellos negociaron todo e incluso crearon una sociedad para hacer negocios, tanto con las mascarillas como con otros asuntos relacionados con el petróleo».
A partir de ese momento, insistió Cruz, «Ihsan Mahmhoud contrató los servicios de un abogado fiduciario en Londres llamado Charles Douglas para buscar las mascarillas, comprobarlas, pasar todos los filtros necesarios y luego servirlas al SCS», manifestó. Dijo que le sorprendió que el administrador único de RR7 le planteara «que llevaba tiempo buscando en el mercado las mascarillas 3M FFP3, a pesar de que ya había firmado el contrato y cobrado los cuatro millones del SCS. Lo hizo sin tener la mercancía disponible. Yo le pregunté que cómo había sido que le adjudicaran el contrato sin tener las mascarillas y sin dedicarse al ámbito sanitario y me respondió que no me preocupara», recalcó.
Contrato «legítimo»
Tuvo claro en todo momento que RR7 y el SCS «habían suscrito un contrato legítimo y entonces me puse manos a la obra en mi trabajo de intermediación. Le pregunté con posterioridad cómo una compañía con 3.000 euros de capital social puede suscribir un contrato de esas cantidades millonarias y no me dio una respuesta clara. Pero que quede claro, yo aparecí en junio de 2020 para la búsqueda de un proveedor de mascarillas a pesar de que les dije que no estaba especializado en este campo y después de que ellos estuvieran cinco meses buscándolas», denunció.
Cuando firmaron el contrato de compra de las mascarillas 3M modelo 1860, Cruz detalló que lo hicieron «con un abogado que opera a diario en transacciones de comercio exterior, sabe de lo que habla y cómo verificar el producto. Ihsan incluso fue a Adís Abeba, al terminar de carga, con un inspector para revisar el cargamento, hicieron un informe, lo mandaron al abogado que ordenó el pago y las mascarillas volaron hasta Gran Canaria. Parece que fui yo el que recibió los cuatro millones y, si realmente hay un problema entre el exportador y el importador RR7, ¿por qué no iniciaron una reclamación? Mi trabajo es ser empresario y conectar a personas para hacer negocios y, en este caso, todos los documentos fueron correctos», argumentó.
Que no estaban homologadas
Acerca del quid de la cuestión sobre si las mascarillas eran falsas -como sostiene RR7- o no estaban homologadas en España -como argumenta el proveedor, Lucas Cruz se alineó con la segunda tesis: «Yo veo normal que la Aduana retenga el producto ya que al recibirlo y comprobar la documentación, le extrañe que esta mercancía la reciba una empresa que no se dedica al sector sanitario. Automáticamente el DUA entra en semáforo rojo y revisa la documentación. Yo viví esa situación en primera persona con inspectores, Hacienda, recuentos, 3M, documentación y demás. Esa mercancía ni siquiera se vendía en 3M España porque no cumplía con la certificación europea y no entiendo que las hayan pedido. Por eso destruyeron el cargamento», declaró.
Por último, se quejó de lo que considera una «persecución» hacia su persona desde que apareciera en la escena pública representando a un supuesto fondo de inversión que intentó una compra fallida del CB Gran Canaria: «Parece hasta ilegal ganar dinero hasta el punto de que ahora estoy en otro país trabajando porque, después del ruido generado con el asunto del Gran Canaria, mi vida se fue al traste y mi reputación cayó al suelo», finalizó Lucas Cruz.
«Si hay problema, consigno los 25.000 euros que cobré en el juzgado», dijo
El intermediario quiso defenderse de la noticia publicada en CANARIAS7 de que había recibido una comisión de 25.000 euros por la compra de unas mascarillas que resultaron ser falsas, según 3M. «Es cierto que me pagaron, pero mi comisión no fue ni el 1% de la totalidad y me la ingresaron como anticipo. Si esto es un problema, consigno los 25.000 euros al juzgado hasta que aclaren el problema», dijo.
Cruz, que adelantó que no tenía «ningún contrato firmado con RR7», no desveló cuál fue la cantidad concreta que iba a percibir por su intermediación: «Rayco cambió 17 veces la cantidad que me iba a pagar y había tantísimos intermediarios en la operación que ya perdí la cuenta», declaró a este periódico.
¿Dónde están los cuatro millones que pagó el SCS a RR7 entonces? Cruz dice desconocer este extremo: «Solo puedo contar lo que sé. Que se localizaron unas mascarillas en Sudáfrica pero su Gobierno las retuvo ya había estado de emergencia y devolvieron la mitad del dinero y quedaron el devolver el resto. Fue una operación fallida. Luego pagaron las 3M desembolsando 2,65 millones. ¿El resto? Pues habrá que preguntarle a RR7. Yo cobré 25.000 euros, pero del resto desgraciadamente no tengo ni idea».
A Lucas Cruz no le consta que le hayan denunciado, «me enteré por la prensa. Mi responsabilidad está ligada al cobro de la intermediación y si las cosas no salen, no se lo voy a dar a RR7, lo pondré a disposición del juzgado. Hice un trabajo con toda la buena fe del mundo y no soy un chorizo por ello», denunció.
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