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Pulso de exigencia máxima en Valdebebas. Real Madrid e Inter de Milán, dos pesos pesados del continente, se miden en el estadio Alfredo Di Stéfano cargados de urgencias. Sin conocer todavía la victoria en la presente edición de la Champions tras sendas jornadas en las que han sufrido más de lo previsto, los dos equipos llamados a abanderar el exigente Grupo B de la máxima competición continental cruzan armas en una situación límite. Un triunfo les permitiría enderezar el rumbo en un torneo que les ha visto reinar en 16 ocasiones -con trece coronas para los blancos y otras tres en el bando lombardo-, pero en el que ahora avistarían el fantasma de una eliminación prematura en caso de derrota.
El descalabro frente al Shakhtar y el agónico empate logrado ante el Borussia Mönchengladbach han colocado al Real Madrid entre la espada y la pared por segunda temporada consecutiva en la Liga de Campeones. En la anterior logró levantar el vuelo ganando su doble enfrentamiento frente al Galatasaray. Mas el panorama es otro doce meses después, con un equipo de aristocrático pasado que trata de reverdecer laureles enfrente. No en vano, al Inter también le aprieta el zapato, con sendas tablas como magro balance (2-2 frente al Mönchengladbach y 0-0 contra el Shakhtar) que le obligan a sumar a domicilio si no quiere que el pase a octavos hable en arameo.
Será por tanto una auténtica 'final' que el Real Madrid encara animado por la vuelta de Hazard. El belga, que ya participó hace una semana del arrebato de orgullo que dio a los blancos un punto en Renania que les permitió sacudirse el 'rigor mortis', marcó frente al Huesca ese gol que su equipo espera sirva de catarsis tras el largo calvario que le ha impedido ser el referente que el madridismo tanto esperaba. Se le fichó para que comandara la resurrección en el continente y a su capacidad para marcar la diferencia se aferra una escuadra en la que la ambición sigue intacta.
«Aspiramos a ganar la Champions, siempre», proclamó este martes Zidane, que podrá batallar por fin con el tridente que tanto anhelaba. Porque a las buenas sensaciones que dejó el ex del Chelsea, ya sin molestias en la pierna derecha, se suma la aportación de Asensio, titular en los cuatro últimos partidos y gozando por fin de esa continuidad que tanto precisaba. Ambos escoltarán a Benzema, que tras un inicio dubitativo de campaña llega en racha tras firmar tres goles en sus dos últimos encuentros.
Brotes verdes en ataque que contrastan con la escasez de cromos en defensa. Con Carvajal, Odriozola y Nacho todavía al margen por sus respectivas lesiones, el positivo por coronavirus de Militao reduce aún más los efectivos con los que Zidane tratará de restaurar un muro que ha hecho aguas en Europa: doce dianas encajadas en las seis últimas comparecencias de los blancos en su torneo fetiche, donde solo han ganado uno de sus seis últimos partidos y apenas contabilizan un triunfo en sus siete apariciones más recientes como locales.
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Lucas Vázquez se perfila de nuevo como inquilino del carril diestro. Pese a las molestias musculares que le hicieron retirarse contra el Huesca, Zidane forzará con el gallego porque no tiene muchas más cartas. Solo dispone de cinco zagueros incluyendo al canterano Santos, demasiado tierno para un envite de semejante calibre. Odegaard ya entrena, restablecido de su lesión en el sóleo, pero no entró en la lista. Kroos y Modric pugnan por un puesto en la medular, donde Casemiro y Valverde se antojan imprescindibles.
Si la presión acucia al Real Madrid, no menos apremia a un Inter que llega en horas bajas. Solo ha ganado uno de sus seis últimos pleitos entre la Champions y la Serie A. Recupera a Skriniar y Alexis Sánchez, pero no podrá contar con Lukaku, su hombre más en forma, por una lesión muscular que traspasará la responsabilidad ofensiva a Lautaro Martínez. El argentino, en la órbita de Real Madrid y Barça desde hace meses, tendrá un gran escaparate en el que lucirse. Lo mismo que Achraf, mirlo de La Fábrica que prefirió irse a Milán en verano antes que pelear por un puesto con Carvajal. Dejó 40 millones más cinco en variables en las arcas blancas pero ahora aparece como amenaza de un equipo que solo ha ganado uno de sus ocho litigios más recientes contra adversarios españoles. Una dinámica opuesta a la del Real Madrid, victorioso en ocho de sus últimos nueve choques contra adversarios italianos.
Más pimienta para un duelo que verá el reencuentro de Zidane con Conte casi una década después de compartir vestuario en la Juventus y del técnico neroazzurro con Sergio Ramos, que abortó su llegada a la capital española un par de temporadas atrás dejando claro que no era del agrado de la caseta.
Repitió Zidane en la víspera el mensaje de que este duelo era una final. Tenía razón. Aunque se tratase solo de la tercera jornada en la fase de grupos, el Real Madrid llegaba con un punto y el Inter con dos. Pero lo dijo porque sabe que
Para los jóvenes igual no tanto, pero un duelo entre el club blanco y el 'neroazzuro' es un gran clásico de Europa, al nivel casi de los choques entre el Madrid y el Bayern o la Juventus. Baste un ejemplo.
Ocurre que este fútbol y aquél no son comparables, ya que sobre todo el Inter lleva muchos años en un segundo plano continental y el frío Alfredo Di Stéfano de Valdebebas nada tiene que ver con un Bernabéu abarrotado. Pero
Real Madrid
Courtois, Lucas Vázquez, Varane, Ramos, Mendy, Casemiro, Valverde, Kroos (Modric, min. 78), Asensio (Rodrygo, min. 64), Hazard (Vinicius, min. 64) y Benzema.
3
-
2
Inter
Handanovic, D'Ambrosio, De Vrij, Bastoni, Achraf, Barella (Gagliardini, min. 78), Brozovic, Vidal (Nainggolan, min. 87), Young, Lautaro y Perisic (Alexis Sánchez, min. 78).
goles: 1-0: min. 25, Benzema. 2-0. min. 33, Ramos. 2-1: min. 35, Lautaro. 2-2: min. 68, Perisic. 3-2: min. 80, Rodrygo.
árbitro: Clément Turpin (Francia): Mostró amarilla a Vidal, Mendy, Brozovic, Valverde, Barella, Casemiro y Courtois.
Incidencias: Partido de la tercera jornada de la Liga de Campeones en el grupo B.
Zidane se dejó de experimentos y apostó por la mejor zaga que tiene, con Lucas Vázquez asentado en el lateral derecho tras la lesión de Carvajal, un centro del campo con la mezcla de la clase de Kroos, el músculo de Casemiro y el recorrido de Valverde, y ese tridente que le encanta con Asensio, Benzema y Hazard, cuya sola presencia asusta a los adversarios por muy bajos que dos de ellos estén de forma. Ante un rival con tres centrales y la sensible baja en punta de la bestia Lukaku, la clave era romper por las bandas y cambiar mucho el juego.
Empezó el duelo con una gran parada del esloveno Handanovic a tiro de Asensio y otro disparo de Valverde que se marchó ligeramente alto.
Parecía tranquilizarse un poco la contienda cuando
Por lo que había en juego y por el lógico cansancio,
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