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Palmeras muertas a hachazos en la Vega de San José

Palmeras muertas a hachazos en la Vega de San José

El Ayuntamiento anunció la interposición de una denuncia en el Cuerpo Nacional de Policía por la aparición de cuatro palmeras taladas en un patio interior de la Vega de San José. «Lo hicieron a hachazos», lamentó la concejala de Servicios Públicos, Inmaculada Medina.

Jueves, 1 de enero 1970

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Esta vez no fueron las plagas del picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus), el picudín (Diocalandra frumenti) o el hongo de la podredumbre negra del corazón (Thielaviopsis paradoxa). Las cuatro palmeras que ayer cayeron en un patio interior de la Vega de San José fueron objeto de un acto vandálico que acabó con sus vidas. La concejala de Fomento y Servicios Públicos del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Inmaculada Medina, aseguró que las plantas fueron taladas «a hachazos» en dos días consecutivos: el lunes apareció un ejemplar, y en la mañana del martes se descubrieron otros tres más.

Ante estos hechos, la edil Medina hizo que la Policía Local levantara un atestado de lo sucedido para poder formalizar una denuncia ante el Cuerpo Nacional de Policía.

«Le va a costar caro a quien lo hizo porque se trata de un atentado contra el patrimonio municipal y contra el medio ambiente», indicó Inmaculada Medina.

Las palmeras en cuestión son dos palmeras canarias (Phoenix canariensis) y dos washingtonias (Washingtonia filifera) que integraban el censo de alrededor de 26.000 ejemplares que están en Las Palmas de Gran Canaria.

«Cuando el Ayuntamiento hace un trasplante la gente pone el grito en el cielo y cuando talamos es peor, pese a que siempre lo hacemos por seguridad», denunció la concejala, «y ahora que matan cuatro palmeras a hachazos nadie parece saber nada».

En principio, los vecinos pensaban que las plantas habían caído por el efecto conjunto del viento y de la enfermedad. Uno de los residentes de la zona, Federico Batista, aseguró que «da la impresión de que las palmeras están podridas». Y relató que «hay dos palmeras grandes que cuando las mueve el viento parece que se van a caer encima de uno».

Este vecino confirmó que, al menos una vez al año, las plantas son atendidas por palmeros y que el Ayuntamiento acude a recoger los restos que se desprenden.

Sin embargo, desde el grupo municipal de gobierno se descartó cualquier enfermedad. «Las palmeras afectadas son de titularidad municipal y tenían su mantenimiento y su cuidado», aclaró Medina. La edil añadió que los cuatro ejemplares talados en la Vega de San José presentaban un buen estado de salud.

Además, indicó que con cierta frecuencia los operarios de Zonas Verdes tienen que ir a retirar los restos vegetales de las palmeras porque los propios vecinos las someten a podas, lo que puede poner en riesgo la continuidad de las plantas.

Quejas vecinales

Las dimensiones de las palmeras y el hecho de que en ocasiones impiden abrir las ventanas de sus casas a los vecinos o facilitan la entrada de cucarachas y ratones a las viviendas es un motivo de queja recurrente por parte de algunos residentes de esta y otras zonas de la capital grancanaria.

«Quieren que se las quitemos porque les molesta», admitió la concejala de Fomento y Servicios Públicos del Consistorio.

De hecho, no es la primera vez que en los espacios interiores de la Vega de San José se produce un hecho similar. Hay que recordar que en agosto de 2013 un individuo sin identificar taló ocho árboles (tres hibiscos y cinco ejemplares de otras dos especies) y seis palmeras washingtonias con una sierra eléctrica.

En aquella ocasión, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria presentó una denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) y ante el juzgado de guardia pero nunca se llegó a identificar al autor de los hechos. Se especuló con la posibilidad de que fueron varias personas los causantes de la masacre.

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