La Isleta se resiste a su estrangulamiento

El viernes pasado, el edil expuso que, en un plazo de dos semanas, la calle Doctor José Guerra Navarro volvería a cambiar de sentido de circulación, lo que supondrá el tercer cambio de tráfico en los últimos cuatro meses.

Hay que recordar que esta calle siempre tuvo doble sentido: de entrada a La Isleta por Juan Rejón y de salida del barrio hacia la GC-1, una alternativa siempre presente en los vecinos que querían evitar la rotonda de Belén María.

Sin embargo, con la construcción del tramo 8 de la MetroGuagua por delante del castillo de La Luz, se optó por constreñir esta calle y dejarla solo de entrada a La Isleta, lo que se produjo a fines de noviembre del año pasado.

Durante la celebración del carnaval de Las Palmas de Gran Canaria se alteró esta configuración. La ubicación del escenario en el solar que se habilitó junto a Belén María obligó a habilitar esta calle como salida ante los cortes de tráfico que tuvo que soportar la glorieta.

Esto obligaba a los usuarios de los centros de salud y de día, así como a clientes del supermercado que llegaban hasta estas infraestructuras en coche a tener que salir por la GC-1 y llegar a Eduardo Benot o la Base Naval (a través de Néstor de La Torre tras cruzar Mesa y López) para volver a entrar en La Isleta. Así se ha mantenido hasta ahora, lo que ha provocado un malestar creciente en el barrio.

El mes que viene operará el que los vecinos esperan que sea el penúltimo cambio, que es dejar la calle Doctor José Guerra Navarro como vía de entrada a La Isleta por Juan Rejón, accediendo a los centros sociosanitarios desde la GC-1. Y eso, mientras no se devuelva el doble sentido de circulación a la calle.

Los vecinos entienden que los cambios introducidos por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria para permitir el paso de la MetroGuagua y para fomentar la movilidad peatonal están estrangulando el barrio. Y, lo que es peor, alterando y dificultando la vida cotidiana de sus vecinos.

La restricción a un solo sentido de circulación tiene como consecuencia la sobrecarga de la calle Albareda y de la rotonda de Belén María, lo cual deja pocas posibilidades de escapatoria a un barrio con más de 25.000 habitantes, acogotado por el istmo y sobresaturado de construcciones turísticas que imponen una carga adicional al territorio.

El Foro por La Isleta ha solicitado una reunión con el concejal de urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Mauricio Roque, para tratar de que restituya los dos sentidos y se mantenga la calle Doctor José Guerra Navarro como un punto de acceso fundamental a la isleta. De aceptarse esta petición el Ayuntamiento tendría que romper los parterres que ha creado en el acceso a la calle Doctor José Guerra Navarro y que son los causantes del estrangulamiento en el acceso a esta calle.

Paco V., que este miércoles estuvo repartiendo pegatinas y carteles de protesta entre los manifestantes, considera que la actuación municipal es un «sinsentido». En su opinión, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria «ha impuesto esta sinrazón cuando no sabemos cuánto tiempo más tendremos que esperar por la MetroGuagua». Cree que «el sentido común nos dicta que esta calle es de doble sentido».

El presidente del Foro por La Isleta, Félix Alonso, advierte del riego de colapso que sufre todo el barrio con estas medidas. «Si estrechan esta entrada y se vuelve a una dirección en la calle Gran Canaria cuando empiece la MetroGuagua, todo el tráfico discurrirá por Albareda, y ya vemos los atascos que se producen a diario», expone el representante vecinal, «solo hace falta un accidente de circulación en el istmo para que toda La Isleta quede colapsada».

A la hija de Fernando Fernández, el tener que cambiar el sentido por Mesa y López casi le cuesta una analítica. «Llegó media hora tarde», denunció.