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Atasco a la salida del Sebadal. C7

El atasco de Torre Las Palmas: la herencia eterna de las instituciones públicas isleñas

Se acaba el actual mandato sin que se haya abordado la solución a uno de los problemas principales de la capital: el eterno atasco de la GC-1

Javier Darriba

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 8 de enero 2023, 00:00

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El tráfico sigue siendo la papa caliente de la gestión pública, un asunto que genera pérdidas millonarias en materia económica; aumento de los niveles de contaminación, desde el punto de vista ambiental; y afección a la salud individual, si se miden los niveles de estrés y tensión que tienen que afrontar los conductores que cada día tratan de salir de La Isleta, El Sebadal o el Puerto de La Luz.

Pese a ello, el abordaje de este asunto siguen pasando como una herencia envenenada de un gobierno a otro. Este mandato que ahora acaba ha seguido la misma dirección.

Esta dolencia tiene una diagnosis clara. Solo falta voluntad y valentía para actuar. Desde hace décadas, la lentitud de las administraciones a la hora de aportar soluciones solo ha servido para agravar el trombo que padece la ciudad en su arteria principal, la más importante desde el punto de vista económico de toda Canarias.

En los cajones de las instituciones duermen el sueño de los justos diferentes proyectos que nunca han salido del papel: el atasco de Torre Las Palmas no se soluciona porque las propuestas que se han esbozado hasta el momento terminaban por comerse la parte de la playa de Las Alcaravaneras más próxima a la actual carretera y ahora se está buscando una «solución blanda», como la definió el consejero de Obras Públicas, Sebastián Franquis, mientras se espera por los estudios de tráfico que deberá aporta el Cabildo de Gran Canaria; de la reordenación de la Plaza de América apenas se sabe nada más que iba a ser la actuación prioritaria en materia de carreteras, y en esas estamos desde el año 2016; y en la única en la que se está trabajando es en el soterramiento de Belén María.

En concreto, se trata de deprimir algunos enlaces de Belén María de manera que se agilice, bajo tierra, la salida del polígono industrial El Sebadal, donde muchos días un trayecto de cinco minutos puede requerir un ejercicio de paciencia de más de media hora al volante.

No se actúa en el origen

Sin embargo, esta actuación por sí sola, no va a suponer ningún alivio inmediato para el tráfico de toda la zona Puerto. Lo único que se conseguirá es llegar antes al atasco y sufrir un tramo de la cola bajo tierra.

Esto se debe a que el problema del tráfico está unos kilómetros más adelante, en concreto en el tramo que está comprendido en el entrelazado de Alcaravaneras y el nudo de Torre Las Palmas, a la salida de los túneles de Julio Luengo.

Hace ocho años, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria encargó un informe a una ingeniería sobre el problema del tráfico en esta parte de la ciudad y las posibles soluciones.

Los resultados del estudio sorprendieron porque señalaban que el origen del atasco constante que sufre la autovía hasta El Sebadal y La Isleta se encontraban en el trenzado de Alcaravaneras. Los análisis descubrieron que el número de vehículos que sale hacia la autovía GC-1 desde León y Castillo es mayor que el que entra hacia los túneles de Julio Luengo. Y eso provoca una ralentización de la circulación que acaba ahogando la avenida marítima hasta la rotonda de Belén María.

Estas conclusiones, sin embargo, nunca fueron atendidas. El estudio no propició un cambio de rumbo de los planes de Obras Públicas, que siguen priorizando antes la reordenación de Belén María, Plaza de América y Torre Las Palmas.

En la práctica estas propuestas no han servido para nada más que para eternizar la solución y seguir condenando a los conductores de la capital grancanaria a un atasco casi continuo.

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41 horas en atascos

De hecho, la fluidez de la circulación ha empeorado en la ciudad en los últimos años. Al menos así lo apunta el índice de tráfico de Tom Tom, que calcula que los niveles de congestión han subido un 3% entre 2020 y 2021.

De acuerdo a estos datos, cada conductor de Las Palmas de Gran Canaria perdió en 2021 un total de 41 horas en los atascos

Y el futuro no pinta mucho mejor. Las restricciones a la movilidad motorizada y el paso de la MetroGuagua van a seguir congestionando la GC-1. De hecho, se calcula que el cierre de Eduardo Benot al transporte privado aumentará el tráfico de salida del Puerto por la GC-1 en un 56%; y el de entrada, en un 10%.

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