«Condenado estoy, yo asumo lo que hice», declaró el asesino del abogado Juan Betancor

Antonio P. G. ingresó en prisión provisional, comunicada y sin fianza investigado por haber asesinado al abogado grancanario Juan Betancor. Además, también se le imputan los presuntos delitos de amenazas, detención ilegal y tentativa de homicidio en relación a la esposa del letrado. Ante la magistrada instructora, este caboverdiano de 72 años reconoció los hechos y, además, dijo que había consumido alcohol y cocaína la noche anterior al crimen y por eso estaba fuera de sí cuando atacó a Betancor: «Era un diablo viviente, mi mente estaba en el mal», declaró en sede judicial.

Antonio P.G. negó haber discutido con Betancor antes de los hechos ocurridos el domingo por la mañana, aunque el fallecimiento se produjo el martes y, además, manifestó que había intentado suicidarse horas antes bebiendo gasolina mezclada con Coca-Cola.

Narró que había consumido 50 euros de cocaína y bebido bastante alcohol y que cuando vio al abogado caminando cerca del lugar donde se encontraba en la finca, su «mente» le dio por «coger el cubo» que tenía gasolina que usaban para un tractor y se la tiró «en el cuerpo. Como estaba fumando un puro, se prendió fuego enseguida», declaró el investigado.

A preguntas de la instructora reconoció que se llevaba bien con el matrimonio Betancor, aunque tenía problemas económicos. «Esa familia me trataba súper bien. Yo siempre estaba callado porque con setenta y tantos años si me echaban, ¿qué hacía yo? Además de que era un abogado famoso», detalló el investigado.

Esa complicada situación económica le llevó a consumir alcohol y drogas y a tener pensamientos suicidas: «Yo me iba a quitar la vida por la noche, tenía un bote de Coca-Cola y gasolina, lo mezclé y me lo bebí en la noche del sábado al domingo», contó Antonio P.G. cuando comenzó a narrar lo ocurrido el trágico fin de semana del puente por el Día de Canarias.

El asesino confeso dijo que se había despedido «de los dos perros pensando que iba a morirme», ya que se había bebido vino, cerveza y la gasolina mezclada con Coca-Cola, todo ello acompañado por un gramo de cocaína que había comprado el pasado 4 de mayo. «Fue así hasta que empecé a devolver hasta que me salió sangre», detalló.

«Yo tenía como un diablo dentro y me puse a vomitar y mi mala suerte fue que venía ese señor -en referencia a Betancor- y, cuando bajamos la escalera, la mente me dio por coger el cubo con gasolina y se lo tiré en su cuerpo». Como estaba «fumando un puro», añadió, «se prendió fuego enseguida. Condenado estoy, yo asumo lo que hice, pero había un machete, cuchillo japonés, un cuchillo largo... Si yo quisiera quitarle la vida, no dejo que caiga en el aljibe», respondió el caboverdiano.

Insistió en que no quiso acabar con la vida del letrado y en que «estaba fumando un puro y cuando se prendió no lo ayudé porque se fue directamente al aljibe. Yo quería escaparme para entregarme a la policía, pero antes y para que el fuego no llegara más lejos, lo tapé», dijo en referencia al depósito de agua que apareció con utensilios taponando la entrada. Solo reconoció haber colocado un horno viejo en la puerta mientras Betancor luchaba por no morir ahogado, aunque los investigadores encontraron más enseres en ese lugar.

«Si yo hubiese querido quitar la vida a ese señor -en referencia al fallecido- podría haberle hecho otras cosas», volvió a repetir el investigado, que no dejaba de nombrar al «diablo viviente» que dijo tener en su cuerpo, «Mi mente estaba en el mal. Está claro que me arrepiento, yo no esperaba que el combustible le quitara la vida», declaró Antonio P.G. en el juzgado.

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