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Alba: «Mi defensa provocará una reacción social»

Alba: «Mi defensa provocará una reacción social»

El magistrado, que está acusado de cinco delitos por el Albagate, ofrece todos los detalles sobre su situación personal, la más que probable suspensión provisional de su cargo por parte del CGPJ y la defensa que planteará en el juicio que afrontará tras la denuncia de la también magistrada Victoria Rosell.

Jueves, 1 de enero 1970

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— Antes de nada, está de baja médica, ¿cómo se encuentra?

— He estado mejor de salud, sin duda alguna, pero es un bache que tiene cualquier persona y que no es achacable a mi profesión.

— ¿Y desde el punto de vista personal?

— Bueno, es una doble sensación. La de sorpresa por un lado y la de tranquilidad por el otro y deseo y ganas de que todo lo que considero que es justo

salga a la luz en un juicio. Que Salvador Alba no ha cometido ningún tipo de delito en el ejercicio de sus funciones ni fuera de ella.

— Habla de sorpresas, ¿a cuáles se refiere?

— Sorpresa por la prisa. Me ha resultado curioso la prisa por cerrar el procedimiento en su fase de instrucción porque había diligencias pendientes, solicitud de prueba, de sobreseimiento y eso impide que se incoe un procedimiento abreviado. Eso no lo digo yo, lo dice el Tribunal Supremo. Entonces me sorprende esa prisa con el auto de apertura de juicio oral. Primero el PA no es firme, se ha planteado un incidente de nulidad y hemos anunciado un recurso ante el Tribunal Constitucional, por lo que no es firme. Al no haber ganado firmeza ese auto de procedimiento abreviado, la prudencia impone dictar un auto de apertura de juicio oral. Lo que sí es cierto que esta velocidad en la apertura del juicio oral y la finalización de las diligencias, a quien favorece evidentemente es a la instrucción del delito fiscal de Miguel Ángel Ramírez, que incluso ha planteado la recusación del Ministerio Fiscal. Esa velocidad y la coincidencia de fechas de la apertura del juicio oral con la detención de Ramírez, la presentación de la querella ante Instrucción nº 6 por parte de la Fiscalía, la coincidencia de fechas refleja que quien sale favorecido sentando en el banquillo al juez Alba es Miguel Ángel Ramírez Alonso. No me cabe ninguna duda y así se demostrará.

— ¿Sugiere usted que es algo premeditado, o fruto de la casualidad?

— No hago juicios de valor. A los jueces nos gusta centrarnos en los hechos y lo que yo estoy contando son hechos. Hay esa coincidencia en el tiempo, una rapidez inexplicable en el asunto que afecta a Salvador Alba y por lo tanto creo que esos factores tienen ese beneficio procesal para Ramírez. El hecho es que ha formulado un incidente de recusación contra la fiscal. Por cierto, el mismo que se presenta el 7 de mayo a las 11.43 horas, dice en la página 11 que se ha abierto juicio oral contra Salvador Alba y el problema es que el mismo se abrió el 8 de mayo. La pregunta que yo me hago es, ¿cómo sabe Miguel Ángel Ramírez que se va a abrir juicio oral un día después? Es un hecho, un dato que está ahí y que la gente saque sus propias conclusiones, que yo ya he sacado las mías.

— ¿Y cuáles son?

— Entienda que prefiero guardármelas.

— ¿Cree que esa rapidez a la que aludía antes, también se dará en la fecha de señalamiento de su juicio y la resolución de las demás cuestiones previas?

— Intuyo que va a ser rápido porque, por los datos que tengo, entiendo que la salvación de la causa por delito fiscal contra el señor Ramírez Alonso, pasa por el juicio del señor Alba, por lo que puede haber cierta prisa. Estas dos cosas van muy relacionadas. Tal y como va el procedimiento, puedo intuir que es difícil que sea condenado por delito fiscal porque se han ocupado de poner grandes obstáculos a la instrucción y el último episodio de que vuelva la señora Rosell a instruir el caso, cuando Ramírez ha dicho a la prensa que ella tiene que “actuar en consecuencia”, y poco menos que archivar la causa... Da que pensar.

— Salvador Alba lleva dos años con el Albagate. ¿En qué momento anímico se encuentra?

— Me encuentro fuerte y con muchas ganas, aunque es lógico que estoy afectado porque si no, estaría mal de la cabeza. Estoy con ganas porque me encuentro en este punto por haber cumplido con mi obligación cuando llega un señor y me cuenta que tiene relaciones comerciales con la pareja de una juez que la investigaba antes que yo. Eso me lo cuenta al mismo tiempo que me dice que conoce a altos cargos de la judicatura, que le hace regalos, que ha sido amenazado por la juez Rosell... Una serie de cosas que no digo yo sino en una grabación que consta en el procedimiento. Estoy aquí por sacar a la luz todas estas irregularidades y presentar a las partes lo que había pasado. Que lo que me contó en privado, lo contara a las partes. Eso fue lo que pasó en el despacho y desde que saco a la luz que este señor tiene relaciones comerciales con Carlos Sosa, pareja de Rosell, es cuando comienzan mis problemas. Otro hecho que hay que añadir es que, hoy por hoy, instruye el delito fiscal contra Ramírez, Victoria Rosell, pareja de Carlos Sosa y que ha cobrado alrededor de 300.000 euros del empresario y para mí eso es una barbaridad, una vergüenza y un disparate. Por eso digo que estoy en un momento bueno, con ganas de que, si la Fiscalía no adopta medidas contra estos hechos, sea yo el que empiece a ejercitar acciones para poner en su sitio todas estas irregularidades que se han producido, que han trascendido a la opinión pública, que está cargadas de medios probatorios que obran en un proceso penal y que, tanto la Fiscalía como la instructora, han mirado para otro lado. Yo no lo voy a permitir y no miraré a otro lado.

— Dos años después, ¿se arrepiente de haber tenido esa reunión con Miguel Ángel Ramírez?

— No, en absoluto. Yo estaba haciendo mi trabajo, y cuando él solicitó el encuentro, vino a mi despacho en la Audiencia Provincial en horario de audiencia pública y fue testigo de esa reunión el presidente de la Audiencia Provincial, que es amigo de Ramírez. Así fue. Se produjo de una forma transparente y al terminar de decirme que hay jueces que cobran regalos, que los hay que reciben querellas repartidas por la intervención de funcionarios del decanato, que los hay que reciben datos de un procedimiento cuando esta bajo el secreto sumarial y que hay uno que cobra a través de su pareja, pues creo que es mi obligación judicializar esa circunstancia y ponerla en conocimiento de las partes. La reunión fue el 16 de marzo y lo hizo el 23. Por ello, no me arrepiento en absoluto. De lo que sí me arrepiento es del resultado, puesto que se trata de una situación muy irregular. Que un empresario me diga que tiene relación económica, comercial y empresarial con la pareja de la juez que lo investigaba, con una instrucción desordenada y desafortunada, en palabras de la sala de Apelación en el recurso por la causa que se seguía en el TSJC de Rosell. Ante esa situación, creo que la consecuencia no puede ser ni que el juez que saque eso a la luz este en el banquillo, ni que la juez que ha hecho esas cosas siga instruyendo la causa contra Miguel Ángel Ramírez. No creo que sea la solución. Me entristece y deja perplejo.

— Habla de que la Fiscalía no ha actuado y que usted se encargará de sacar a la luz todas esas irregularidades. ¿Cómo será su escrito y estrategia de defensa?

— A la defensa, en el momento en el que esté el escrito, le daré la misma difusión a los medios que se le dio al escrito de acusación, un documento plagado de sospechas, elucubraciones y que no se sustenta en modo alguno en ningún tipo de pruebas. Será una defensa fundada en pruebas documentales de bastante peso y que pondrán en evidencia dos cosas. Primero, la gran cantidad de irregularidades procesales y procedimentales que se han dado con una magistrada que instruía el procedimiento contra Rosell y que, por lo tanto, tenía conocimiento de los hechos en la causa de Alba previamente, y eso es una causa de abstención. Lo pusimos de manifiesto en dos incidentes de recusación que no han prosperado, pero la ley nos permite volver a hacerlo. Por lo tanto, van a poner esas pruebas de relieve que no se han respetado las normas del juego con alguien que no debió instruir el caso jamás, que tuvo origen en una explosión razonada por una amiga íntima de Rosell, que no debió hacerlo jamás y todo eso quedará claro y demostrado. Y también quedará demostrado que el juez Alba jamás ha cometido ningún delito en el ejercicio de sus funciones ni tampoco fuera de ellas.

— ¿Y por qué no ha sacado esas pruebas antes?

— Presenté unas pruebas en las que un magistrado de la Audiencia Provincial me ofrece, de parte de Miguel Ángel Ramírez, manipular un informe de la Guardia Civil. La misma está incorporada al procedimiento y, en vez de investigarse esa posible irregularidad, la consecuencia ha sido que me abrieron un expediente a mí y me veo sentado en un banquillo. Si hubiese presentado las pruebas antes, probablemente estaría en una situación peor que la de ahora, tanto a nivel procesal como personal.

— ¿Cree que ese escrito de defensa puede provocar que más de uno no pueda dormir tranquilo?

— Creo que, tanto el escrito de defensa como el juicio, va a provocar una reacción social en cadena que va a tirar por los suelos la valoración de la Justicia. Yo soy juez, amo a la Justicia y esto no me gusta, pero creo que hay unos límites y, cuando se pasan, hay que optar por poner de relieve a la ciudadanía y las instituciones las cosas que han ido ocurriendo entre bastidores. No me gusta, pero creo que va a provocar esa reacción social e institucional.

— Habla de un deterioro de la imagen de la Justicia, ¿cuál es su estado de salud a su juicio?

— Desde que la justicia en Canarias permite que una magistrada cuya pareja tiene negocios y ha cobrado de Ramírez, sea quien la investigue, no es que está enferma, sino está en estado terminal. Así de claro. Rosell declaró que yo avergonzaba a la Justicia, pero no sé si ha hablado o no con ella. Yo no lo he hecho, pero hablo con la gente y créame cuando le digo que a la gente le da vergüenza de que Rosell y Carlos Sosa hayan tenido relaciones con Ramírez y sigan donde están. Eso no lo dice la Justicia, porque no he conseguido hablar con ella. La justicia no se avergüenza de sus jueces, se avergüenza de no cumplir con la obligación que le tiene encomendado el Estado de Derecho y la Constitución que es ser imparcial, independiente y parecerlo. En este famoso Albagate no es Alba el que no ha parecido imparcial e independiente, son otros miembros de la judicatura los que lo han sido. Lamento que Rosell entienda que la Justicia se avergüenza y celebro de que haya podido hablar con ella directamente, cosa que yo no he podido hacer jamás.

— ¿Se ha encontrado apoyado o solo en estos últimos dos años?

— El juez y su cargo tiene un trabajo solitario y debe de ser así para evitar injerencias externas. Me he sentido muy apoyado por la gente y me han parado muchas personas en la calle para darme ánimo y de lucha. Gente que no conocía. Mis amigos no me han decepcionado y, ¿los compañeros? Pues muchos han actuado con prudencia, otros no han actuado y otros lo han hecho de forma temeraria, cosa que no me sorprende. Esto que ha pasado no ha cambiado el contacto que tenía con compañeros y he sentido el calor de mis amigos.

— ¿Se ha llevado muchos palos?

— No, ninguno. No me he llevado ningún palo ni ninguna decepción, porque los que han actuado de forma temeraria, yo me lo esperaba.

— Se encuentra de baja y el CGPJ resolverá en breve su suspensión cautelar. ¿Quiere decir que no volverá a ejercer hasta que sea restituido de su cargo, si ocurre así.

— No. Por un lado, la situación de baja, será el médico el que decida cuando me incorpore, pero si fuera por mí lo haría mañana mismo. Por el otro, la suspensión cautelar depende del CGPJ que tomará una decisión que, si no comparto, la recurriré. Puede que esta semana me incorpore o dentro de seis meses, eso no lo sé. Una vez se tramite el expediente, adoptará la decisión que considerará más aceptada. Espero que no me suspendan, pero como llevo 20 años en esto, suele ser la tónica habitual cuando se abre juicio oral.

— ¿Se ha planteado cómo sería su vida si es suspendido?

— Pues sí. Llevo una vida normal, no tengo lujos. Conduzco un Kia y voy a la playa de Salinetas, esos son mis lujos y no todos pueden decir lo mismo. Tengo muchos hobbies, escribo bastante, compongo música, hago surf, judo y seguiré estudiando y formándome como jurista. Esto es una cuestión coyuntural y pasará. Que alguien vaya a juicio es algo habitual y no es para toda la vida. No me cambiará la vida y aprovecharé mi tiempo libre para mi familia que bastante ha sufrido con esta situación y merece que esté al 100% con ella.

— ¿Seguirá en Gran Canaria o se ha planteado marcharse fuera?

— Seguiría aquí, actuando como he hecho hasta ahora y tendría una gran oportunidad de limpiar esa imagen tan maltrecha que hay de la justicia. Me dedicaría a eso al 100%. Desde mi cargo de juez lo haría, no me cabe ninguna duda.

— Aparte del Albagate, se ha hablado mucho de su vida privada. ¿Eso es lo que más le ha molestado?

— Aquí ha habido dos tribunales, el TSJC y el de la opinión pública. El último lo han movido medios como el de Carlos Sosa, que ha dicho auténticas barbaridades sobre mí y por las que tendrá que responder en algún momento. Un episodio que no tiene porqué ser relevante, se ha convertido en noticia. No es raro que un juez quiera investigar unos hechos, no pueda hacerlo y lo comunique a sus superiores... ahí es donde acaba la actuación del juez Alba en el Juzgado de Instrucción nº 8. A partir de ahí, han trascendido unas grabaciones que demostramos que estaban manipuladas, una actitud de personas como Sosa o Rosell que han vendido la moto de que yo trataba de perjudicarles, moto que han comprado hasta el punto de traerse un forense de Tenerife que estuvo ocho años trabajando con la magistrada para que le hiciera un informe. He estado años sin intervenir en los medios, mientras que ellos han manipulado noticias y la opinión pública y he de reconocer que le ha ido bien. Eso ha provocado que Alba sea famoso, lo agradezco y lo sabré rentabilizar. Ese alarde que hice de sacar a la luz una irregularidades tremendas y que me ha traído malas consecuencias, no evitará que siga sacando lo que entiendo no debe permitir la justicia, caiga quien caiga. Eso se lo digo yo.

— ¿Se ha sentido apoyado por la cúpula de la judicatura y Fiscalía?

— Son cargos con una función específica. La Fiscalía, la de defender la legalidad, aunque puede mejorar la actitud. De la del TSJC, no tengo quejas más allá que no tenga normas para configurar la Sala Civil y de lo Penal porque todos tenemos derecho a tener un juez imparcial, incluso los aforados. El presidente elige la sala a su criterio y creo que eso tiene que marcarlo una norma de reparto aprobada por el CGPJ y publicada en el BOE. Eso hoy no existe, pero yo lo voy a exigir.

— Se le acusa de cinco delitos, ¿qué conclusiones saca?

Saco la conclusión de que, quien ha hecho los cuatro escritos de acusación y el auto de procedimiento abreviado y apertura de juicio oral, casi forman un grupo para formarse en derecho penal otra vez. Es evidente que la Fiscalía, por su posición institucional, debería haber informado al ciudadano por qué se acusa al juez Alba de soborno, cuando no consta que nadie me haya dado nada que me haya producido un beneficio y, sin embargo, entiende como normal que la señora Rosell, que ha cobrado a través de su pareja 300.000 euros por una licencia de radio que, según el Boletín Oficial, no vale más de 8.000, no le parezca un soborno. Eso lo debería explicar en honor a la verdad y, sobre todo, para no manchar innecesariamente la imagen de una persona como yo que solo cumple con su deber. Debería explicar por qué se me acusa del delito de revelación de secretos, cuando todas las pruebas practicadas ponen de manifiesto que, en una declaración en la que todos los convocados acuden con un móvil y pueden grabar la declaración y enviarla a la prensa, que incluso se entregaron copias de Ramírez a varias partes, que argumente por qué fui yo el que la filtró a la prensa. Y que explique la Fiscalía por qué se acusa de falsedad a un magistrado, cuando varios de esos informes han sido incorporados por el Ministerio Público en diligencias preprocesales y, en ese momento, no les parecía falsos y ahora sí. Y, por último, que explique por qué acusa a un magistrado de prevaricación, cuando el instructor de la causa en la que supuestamente prevarica, lo hace adoptando resoluciones que le pide el Ministerio Fiscal, colaborando con él, e incluso en unas diligencias preprocesales que investigan a la señora Rosell, y ahora me acusa a mí por investigarla. Si yo he cometido prevaricación, también la ha cometido la Fiscalía. Eso debería explicarlo a los ciudadanos antes de lanzarlo a los medios de comunicación, dañando la imagen del magistrado en una nota de prensa.

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