Las Urgencias del Insular y el Negrín siguen saturadas: pacientes depositados en los pasillos durante días

Así, este viernes por la tarde, en el hospital de referencia para el norte de Gran Canaria había en torno a 25 personas atendidas en camillas; unas doce acumuladas en una sala de espera destinada a los familiares y el resto distribuido por uno de los pasillos del servicio.

Ninguno de los dos espacios está dotado de tomas de oxígeno y ni de unas mínimas condiciones de confort e intimidad para los enfermos.

Situación similar sufren los pacientes de Urgencias que esperan ser derivados a planta en el hospital Insular, muchos de ellos reubicados temporalmente a una zona, denominada de transición, situada en la primera planta.

Allí una veintena de enfermos hacinados en los pasillos, compartiendo un solo baño y sin ninguna intimidad, espera por una cama hospitalaria de Medicina Interna, según denuncia un familiar de un paciente ingresado hace días en el hospital.

«Se encuentran ubicados en pasillos, con un mero biombo por delimitación, y en boxes con las camas pegadas unas a otras con la única separación de una cortina», denuncia el familiar de una de las personas atendidas en el área de tránsito.

«Por el simple hecho de estar ubicados en dicha zona se les priva de sus derechos fundamentales y se incumple la carta de derechos de los pacientes del Servicio Canario de la Salud, como son el derecho a la intimidad, a un trato digno, a no ser discriminados y a recibir la información que afecta a su salud con la debida confidencialidad», lamenta el ciudadano.

Los pacientes situados en esta zona apenas pueden descansar por las condiciones de luz propias del pasillo y por estar prácticamente pegados, con el riesgo de transmisión de enfermedades que eso conlleva, mientras que el personal sanitario procura asistirlos en unas condiciones denigrantes.

La sobrecarga del hospital Insular se ha normalizado hasta tal extremo que esta área de camillas ya cuenta con señalización propia para acceder a ella y un horario de visitas por el cual se le niega a los pacientes, muchos de ellos mayores, el derecho a estar acompañados por un familiar, salvo por prescripción médica.