Unos 27.000 docentes se incorporan este jueves a los colegios e institutos de Canarias con el reto de empezar a implantar en los cursos impares la Lomloe, la octava ley educativa de la democracia. Y lo hacen con cierto «hastío» e «incertidumbre» por la posibilidad de que un futuro cambio político convierta en efímero este esfuerzo, según denuncian los sindicatos STEC y ANPE.
El regreso a los centros del profesorado canario también está marcado por una buena noticia: este curso, que arranca con normalidad y sin distancias en los institutos ni grupos burbuja en los colegios, no habrá docentes de refuerzo covid, pero el acuerdo firmado entre la Consejería de Educación del Gobierno canario y los sindicatos en julio consolida un aumento de la plantilla en 1.600 docentes, lo que da más recursos para los centros. El número es similar al del profesorado temporal de refuerzo del curso pasado.
Este aumento del profesorado se destinará a reducir ratios respecto a la era precovid, dar mayor atención al alumnado vulnerable o rebajar a 23 las horas lectivas semanales en el cuerpo de maestros y maestras.
Implantar la nueva ley, que se hará de forma gradual y este año toca en los cursos 1º,3º y 5º de Primaria, 1º y 3º de la ESO y 1º de bachillerato y FP, es el mayor reto del profesorado. El objetivo es cambiar la forma de enseñar y aprender, con un modelo menos memorístico y más competencial. Es decir, lograr que el alumnado aprenda a aplicar los conocimientos que adquieren.
Pero de momento el curso empieza sin que los nuevos currículos aprobados estén aprobados en Canarias -tampoco en la mayoría de comunidades- y los y las docentes tienen como guía para programar los borradores publicados en verano por la Consejería de Educación.
«Hay que empezar casi de cero, programar de nuevo, y todo con la incertidumbre de no saber cuánto durará esta ley, porque cada tres o cuatro años tenemos una nueva», afirma Emilio Armas, del sindicato docente STEC.
«La realidad es que el curso empieza y el profesorado solo tiene los borradores de los currículos, acabaron el curso con un simple listado de materias por curso y en verano llegaron los borradores con los contenidos», añade Armas, quien sostiene que «esto conllevará que las programaciones se retrasarán y estaremos hasta diciembre con ellas, el profesorado tendrá que invertir toda su energía en elaborarlas».
«Hay mucho hastío e incertidumbre», declara por su parte Pedro Crespo, presidente de ANPE Canarias, quien afirma que el profesorado está harto de que salgan leyes sin un acuerdo de mínimos entre los partidos que les dé estabilidad. «El profesorado está cansado de aplicar nuevas leyes y no saber lo que puede venir después, si durará pocos o muchos años porque las fuerzas políticas no han sido capaces de llegar a un acuerdo previo», añade Crespo, que también critica que el profesorado «vaya a programar en base a los borradores de los currículos», varios de ellos de nuevas asignaturas.
Este curso convivirán en las aulas dos leyes, la Lomce y la Lomloe, «y el profesorado sigue siendo un mero espectador del proceso educativo, porque nos dan los cambios enlatados y así no se avanza», resume Armas.
Avance educativo
Lo que sí aplauden los representantes de los dos sindicatos de la enseñanza mayoritaros en Canarias es la consolidación de las 1.600 plazas docentes en la plantilla de la enseñanza pública del archipiélago. «Es un buen acuerdo porque supone incorporar de forma definitiva las plazas covid, consolidándolas», apunta Emilio Armas, quien asegura que «todavía queda mucho por mejorar, porque seguimos por debajo de la media estatal».
«Son 1.600 docentes más respecto al curso 2019-20, antes de la pandemia, y permitirá avanzar en varios aspectos, tener más calidad», asegura Pedro Crespo, quien recuerda que el acuerdo incluye una cláusula de revisión para evaluar la necesidad de plantear un plan plurianual de reducción de ratios en todas la etapas.
«Los acuerdos a los que hemos llegado suponen un incremento fuerte de las plantillas para adecuarlas al siglo XXI, a una nueva forma de dar clase, más competencial, todo está orientado a una mejora de la educación canaria», destaca Fidel Trujillo, director general de Personal de la Consejería de Educación y quien encabezó la negociación con los sindicatos.
«Es el mayor número de docentes por grupos de estudiantes que ha tenido Canarias», afirma el alto cargo de Educación, quien destaca que el último acuerdo sobre plantillas docentes en las islas se produjo en 2002.
Según el responsable de Personal de la Consejería de Educación, la normalidad marca esta vuelta al cole del profesorado. De los 27.000 docentes de la enseñanza pública no universitaria de las islas se ha dado destino en julio a 8.071 de secundaria y 6.315 maestros y maestras. «La mitad de la plantilla se mueve y hemos resuelto los procedimientos en días», resalta Trujillo.
Queda una pequeña parte del profesorado que todavía no se ha nombrado. Educación publica estos días la oferta web de plazas no cubiertas en el proceso de adjudicación y habrá vacantes por aumento de grupos, jornadas parciales o sustituciones de bajas. Trujillo asegura que estarán cubiertas la próxima semana antes de que llegue el alumnado los días 9, en Infantil y Primaria, y 12 de septiembre, en la ESO, bachillerato y FP.
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