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De izquierda a derecha, Marina Gutiérrez, Violeta Sanjuán y Laura Lorenzoni. Cober

La NASA vigila desde el espacio el impacto biológico del calentamiento del océano

Hasta el viernes la capital grancanaria reúne en el Congreso Internacional Ocean Optics a expertos de todo el mundo en observación marina

Carmen Delia Aranda

Las Palmas de Gran Canaria

Martes, 8 de octubre 2024, 13:49

Los satélites se han convertido en los grandes vigilantes del planeta. Gracias a ellos, los científicos intentan descubrir qué hay y qué especies habitan cada rincón oceánico. Esta compleja misión ha experimentado una revolución con la reciente puesta en marcha del satélite PACE (Plancton, Aerosoles, Nubes y Ecosistemas oceánicos) de la NASA. Los primeros resultados obtenidos con este satélite se analizarán en el transcurso del 26 Congreso Internacional Ocean Optics, que reúne en la capital grancanaria hasta el viernes a expertos mundiales en observación marina.

Las imágenes obtenidas con PACE distinguen hasta 256 colores y antes solo se podían apreciar entre siete y diez, explicó la científica del Centro Espacial de Vuelo de la NASA de Goddard, Violeta Sanjuán. «Con ello podemos saber con mucho más detalle qué comunidades de fitoplancton y otros productos hay en el agua», señaló la investigadora que, ahora, puede monitorizar la deriva de esas especies.

De hecho, la vigilancia diaria de los océanos desde el espacio permite observar los cambios que experimentan. «Lo que estamos viendo es que, debido al calentamiento global, las especies de fitoplancton se están redistribuyendo», indicó ayer Laura Lorenzoni, directora del programa de biología marina de la NASA.

«Nuestra temperatura marina ha aumentado y eso ha provocado cambios. Por ejemplo, la proliferación de sargazo y microalgas», señaló la científica de la agencia espacial estadounidense que atribuyó esta abundancia a que el alza de la temperatura favorece a ciertas especies de algas y fitoplancton y perjudica a otras.

Hasta ahora, según Lorenzoni, solo se podía distinguir si había o no fitoplancton en una zona, pero actualmente, gracias a PACE, se puede saber de qué tipo es, si es tóxico y si beneficia a las pesquerías. «Eso nos permite también entender cuál es la salud del océano», añadió la bióloga.

Los principales cambios se están observando en las latitudes medias. «Este calentamiento también se aprecia en latitudes más altas, lo que permite una expansión de especies que antes no estaban en zonas más altas», resaltó Lorenzoni sobre el efecto de las olas de calor marino.

El afloramiento sahariano -un movimiento de aguas profundas hacia la superficie-, la existencia de vórtices al sur de la islas que las convierten en puntos muy productivos y el polvo en suspensión del Sáhara dificultan la observación de las aguas canarias. Una zona interesante cuya vigilancia supone un reto y que ofrece la posibilidad de investigar métodos para mejorar la definición de la imagen, apuntó Sanjuán.

Autoridades en la materia y jóvenes investigadores

Grupos de investigación de todo el mundo compartirán su experiencias con jóvenes científicos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Es el caso de Marina Gutiérrez, estudiante de doctorado de Oceoanografía Física y Cambio Global.

«Es una oportunidad para entender mejor este tipo de productos», comentó sobre el uso de satélites para observar el medio marino. En su investigación, Gutiérrez emplea las imágenes de Copernicus para caracterizar el fitoplancton.

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