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La abstención, que se incrementó hasta casi el 40%, jugó tanto en contra de los partidos progresistas como de Ciudadanos.
La formación naranja se dejó 22.388 votos en la cita del 10-N, lo que supone un 66% menos de apoyos que en los comicios del 28 de abril. En todos los barrios se sintió el estrépito de su caída pero fue en San Roque, El Polvorín y El Zardo donde los liberales perdieron mayor porcentaje de votos en relación con las elecciones anteriores. En cambio, en San Cristóbal e Isla Perdida el desplome fue algo menor, si bien hay que notar que esta agrupación política se dejó más de la mitad de los votos recibidos en abril.
De la debacle de Ciudadanos se beneficiaron sus dos competidores naturales por el espacio de centro-derecha, el PP y Vox.
El partido de la gaviota fue el que más creció en la ciudad, con 8.272 votos más que en abril. Los populares consolidan su crecimiento en barrios poblados del término municipal capitalino, como son el eje de Mesa y López-Madera y Corcho, Siete Palmas o La Minilla. De hecho, en estos barrios, así como en Sansofé, el crecimiento de los populares llegó a superar al de Vox.
El PP llega a convertirse en primera fuerza en Vegueta, Tafira Alta, Tafira Baja, San Francisco de Paula, Triana, Los Tarahales, Arenales, Ciudad Jardín, Alcaravaneras, Puerto, El Toscón, San José del Álamo, La Milagrosa, San Lorenzo y Piletas. Esto supone una mejora respecto a abril, cuando solo ganó en las mesas de cuatro barrios.
La extrema derecha, por su parte, se dispara en todos los barrios, pero su crecimiento porcentual se explica por los bajos resultados obtenidos en abril. Así, cualquier ligera variación al alza se traduce en un aumento sorprendente. En todo caso, esta tendencia ha terminado por consolidar a Vox como la cuarta formación política con más votos de los distintos barrios de la ciudad, solo por detrás de PSOE, PP y Podemos. Solo en La Matula se ve relegada a una quinta posición, superada por la alianza nacionalista, mientras que en Casablanca III está en una situación de empate técnico con el PP.
Por si fuera poco, en los barrios de San Francisco de Paula, Arenales, Alcaravaneras, Puerto, Las Majadillas, Ladera Alta, El Toscón, San José del Álamo, La Milagrosa, San Lorenzo, Siete Puertas, El Zardo, Isla Perdida y Piletas, Vox es ya la tercera fuerza.
Pese a la pérdida de más de 5.000 votos, el Partido Socialista sigue siendo la fuerza más votada en los barrios de la ciudad. Aún así, cede quince vecindarios, once más que en abril.
Su tendencia es clara a la baja. Jinámar, Ladera Alta y El Toscón son los barrios en los que más se ha acentuado su caída. En el otro lado de la balanza, sigue creciendo en Schamann, San Cristóbal, Casa Ayala, Puerto y Tafira Alta.
Para Podemos, la situación no pinta mejor. Perdió casi 6.700 votos respecto a abril, aunque en el haber de la formación morada hay que reseñar que fue la segunda fuerza más votada en Tres Palmas, El Batán, La Matula, Jinámar, Casablanca III, La Isleta, Las Coloradas, Las Rehoyas, Sansofé, Parque Central, El Pilar, Ciudad del Campo y Ladera Alta.
La reducción de sus apoyos no puede explicarse solo con la aparición de Más País ya que la formación de Íñigo Errejón solo obtuvo 3.456 votos en la ciudad. Esto solo representa la mitad de lo que pierde Podemos en la capital grancanaria.
El partido de Pablo Iglesias pegó sus bajones más fuertes en Casa Ayala, La Milagrosa, Siete Puertas, Cañada Honda-Costa Ayala y Las Rehoyas. Solo sube algo en El Secadero.
La alianza nacionalista fue víctima del pulso entre fuerzas centrífugas y centrípetas que se desarrolló en la Península. La capital grancanaria optó por la opción centralista y finalmente rebajó las expectativas de Nueva Canarias/Coalición Canaria en 5.298 votos en relación al mes de abril. Tres Palmas, Arenales y Las Rehoyas determinan el desplome de los nacionalistas, que crecen en Las Coloradas.
La abstención en la capital grancanaria se disparó este domingo hasta el 39,61%, en torno a un 7% más que en las elecciones del pasado mes de abril, que se situó en un 32,3%. El hecho de que 119.063 electores optaran por no ejercer su derecho a voto perjudicó sin duda a Ciudadanos -casi 7.000 de sus votantes prefirieron quedarse en casa-, pero también a Podemos (en torno a 6.700) y al Partido Socialista (más de 5.000). Pero la escasa participación, fijada en un 60,39%, permitió que el Partido Socialista Obrero Español pudiera presumir de un aumento de apoyo en la capital grancanaria, al pasar de un 29,32% en las elecciones de abril a un 30% en las de mayo. Sí se redujeron, en cambio, la cantidad de votos nulos (se pasó de 2.230 a 1.702, según los datos del Ministerio del Interior) y el número de votos en blanco, que pasaron de 1.598 a 1.458. Con todo ello, el número de votos que se repartieron entre las distintas formaciones políticas se redujo en 21.275 respecto a los anteriores comicios: se pasó de 199.642 a 178.367. Además, el 10N se incrementó el número de partidos que recibió votos (de trece a dieciséis), con lo que se produjo una mayor fragmentación del espacio.
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