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A la nueva guagua eléctrica se le atragantan las cuestas de la ciudad

A la nueva guagua eléctrica se le atragantan las cuestas de la ciudad

El Ayuntamiento se ve obligado a cambiar la configuración de la potencia del vehículo. La semana pasada no pudo remontar la calle del hospital Insular hacia Blas Cabrera Felipe.

Jueves, 1 de enero 1970

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El futuro cercano del transporte público pasará por el modelo eléctrico. MetroGuagua aspira a funcionar con vehículos que no necesiten los combustibles fósiles para funcionar. Y para eso, la compañía Guaguas Municipales lleva realizando desde mayo una serie de pruebas sobre el funcionamiento de la primera guagua eléctrica que opera en la capital grancanaria. Aunque desde la empresa se asegura que todavía es pronto para adoptar conclusiones, las primeras lecciones apuntan a la necesidad de calibrar mejor la potencia del vehículo.

La guagua eléctrica ha mostrado problemas para superar determinadas cuestas en las últimas semanas. Hace poco, en la calle Villa de Zarauz -la cuesta que une el hospital Insular con el Paseo de San José- el nuevo vehículo, que operaba bajo el cartel de la línea 12, se quedó sin fuerza para subir y tuvo que ser reemplazada por un vehículo de motor de combustión.

El problema está en la configuración de la potencia del vehículo. Para ello hay que entender el concepto de par motor, esto es, la fuerza con la que gira el motor, por decirlo de alguna manera. En los coches eléctricos, el par motor está disponible desde el momento en que se pisa el acelerador, mientras que en los coches de gasolina hay que revolucionar el motor para poder tener toda la fuerza.

Esto hace que un vehículo eléctrico tenga mucho más empuje en la salida que otro de gasoil o gasolina. Y esto, que en un utilitario puede ser una ventaja, en una guagua puede representar un serio problema para los ocupantes que no estén sentados y que pueden acabar por el suelo. Por eso, en Guaguas se optó por una configuración que no permitiera un arranque brusco en caso de que el conductor acelerase más de la cuenta. «No es un problema de caballos, por potencia, la guagua eléctrica puede subir cualquier cuesta», indicaron en Guaguas, «pero se optó por suavizar el arranque evitando que se lanzara toda la potencia desde el primer momento».

Los problemas en las cuestas han servido para que los mecánicos se replanteen la configuración actual. Así, la próxima semana se procederá a reformular la configuración del motor, vía telemática, desde la central de Irizar, la marca a la que pertenece esta guagua. «Todo forma parte del periodo de pruebas», prosiguen desde la compañía municipal de transportes.

El nuevo vehículo, un Irizar ie tram de 18 metros con cero emisiones de dióxido de carbono, cuenta con baterías de carga lenta –durante seis horas-, con capacidad de energía embarcada de 525 kWh, lo que se traduce en una autonomía superior a 220 kilómetros, capaces de cubrir dos turnos de trabajo en cualquiera de los servicios de Guaguas Municipales. Está previsto que se destine a las líneas que necesiten unidades articuladas por tener alta ocupación de viajeros, es decir, en la 12, 17, 26, 33 y 91.

La adquisición de la guagua eléctrica tuvo un coste para Guaguas Municipales de 850.000 euros. El modelo escogido está equipado con retrovisores interiores -lo que reduce la anchura del vehículo-, rampa telescópica, aire acondicionado, cuatro puertas y puertos USB.

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