Una flor (con espinas) en el pacto
casimiro curbelo ·
Hace tres años pudo inclinar la balanza del pacto regional a derecha o izquierda. Ahora vuelve a estar en el centro de la polémicaA las 4.30 de la mañana la mayoría de los ciudadanos duerme. Otros trabajan para que al alba todo estén en su sitio y después queda un grupo que exprime a esas horas el tiempo de vigilia en un local de ocio, contribuyendo así al mantenimiento de esos negocios. En uno de esos grupos estaba la madrugada del día 8 el presidente del Cabildo de La Gomera, diputado por esa isla y líder de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro Curbelo.
El resto ya es conocido: se encontraba en el pub karaoke Anaga 15, en la avenida del mismo nombre de la capital tinerfeña. Allí compartió su tiempo y alguna copa, según testigos presenciales, con otros políticos, como el consejero de Sanidad, Blas Trujillo, como también previamente hubo una cena con presencia de otros dirigentes institucionales. En el local se encontraba igualmente Miguel Q., que admite haber tomado también alguna consumición a cuenta de la generosidad de Curbelo, que habría exhibido «un fajo de billetes» a la hora de pagar.
A la salida del local, Miguel Q. se acerca móvil en mano a Casimiro Curbelo y le hace varias preguntas mientras graba la secuencia. Le pregunta por el puerto de Adeje y por Gesplan, tras un comentario en el que trata de distinguir entre un Casimiro Curbelo que le parece buena gente y el Casimiro Curbelo que forma parte de la clase política. El político gomero está notablemente incómodo con las preguntas, pide que dejen de grabarle y la secuencia finaliza de forma abrupta: se nota que algo sucede con Miguel Q., la cámara se mueve a gran velocidad y se oye una voz que repite «ay, Aday». Fin de la grabación.
Miguel Q., autor del vídeo y denunciante, coincidió con Curbelo en el karaoke y admite haber tomado alguna consumición a cuenta de la generosidad del político
Aday es Aday Curbelo, uno de los hijos de Casimiro Curbelo. El mismo con el que compartió hace una década una velada polémica en un local de ocio en Madrid que acabó con los dos detenidos por la Policía Nacional. Tras el incidente en el karaoke santacrucero, Miguel Q. tiene un parte médico que refiere algunas lesiones en la cabeza y otras partes del cuerpo, que podrían ser consecuencia de los golpes y empujones que, según detalla en la denuncia que presentó ante la Policía Nacional, sufrió supuestamente a manos de Aday y del propio Casimiro Curbelo. Miguel Q. publicó la grabación del incidente en YouTube y el jueves el asunto corrió por los medios de comunicación. El periódico digital 'Canariasahora' se hizo eco esa noche, poco después apareció la noticia en Canarias7.es y el día después en portada de este periódico en su edición impresa.
El denunciante sostiene que las grabaciones de cámaras de vídeo en la calle corroborarán su versión y se sabrá qué pasó y quién intervino. Curbelo niega la versión del denunciante, según avanzó, en una escueta información, el pasado viernes Televisión Canaria.
A la memoria viene aquel incidente de Madrid. Según Casimiro Curbelo, se escribieron ríos de tinta pero cargados de falsedades. Lo cierto, y así consta en sentencia firme, es que el entonces senador socialista aceptó de conformidad la condena por agredir a un agente de la Policía Nacional, pactando con la Fiscalía del Tribunal Supremo una pena de multa por resistencia a la autoridad y lesiones.
Curiosamente fue también sobre las 4.30 horas, pero no en un karaoke sino en el local Gola, del que Aday, Casimiro Curbelo y un amigo del primero fueron expulsados. Se encontraron a la salida con tres agentes policiales de servicio, a los que pidieron que les acompañaran al establecimiento porque estaban disconformes con su expulsión y querían denunciar. «Como no recibieron la respuesta deseada», señala el escrito del pacto que derivó en sentencia firme, «y uno de los acompañantes fuera detenido, Curbelo se dirigió a los funcionarios de Policía manifestando que era senador y pronunciando expresiones tales como 'sois unos terroristas', 'unos borrachos', 'no sabéis con quién estáis tratando', 'voy a ir uno a por uno de vosotros, voy a acabar con vuestras carreras». Según el relato que publicó en su día el periódico 'El Español' a partir de ese documento pactado con la Fiscalía, Curbelo «golpeó con su mano» a un policía y, una vez en la comisaría, «se abalanzó sobre el mismo agente», provocándole algunas lesiones.
El político gomero aceptó una multa de 900 euros y una indemnización de 50 euros al agente agredido. La Fiscalía rebajó sensiblemente la pena al entender que se habían producido dilaciones indebidas en el procedimiento.
Ahora habrá que ver cómo termina el incidente del karaoke. A falta de un año para que acabe la legislatura, lo ocurrido incomoda en el seno del pacto de gobierno regional. Todos recuerdan en el Ejecutivo y en la mayoría parlamentaria que lo sustenta que en 2019 Curbelo fue clave para la configuración de pactos. No decisivo pero sí un actor cualificado: con poco más de 6.000 votos, la Agrupación Socialista Gomera -partido que funda tras su divorcio con el PSOE precisamente por el trato de este partido después del incidente en Madrid- sacó tres escaños que contribuyeron a la mayoría que invistió presidente a Ángel Víctor Torres.
A ASG le tocó una Consejería -la de Turismo, con Yaiza Castilla- al frente, y Curbelo se reservó además el control de la empresa Visocan, la consulta casi privilegiada en la confección de los Presupuestos de la Comunidad Autónoma en todo lo relativo a su isla y capacidad de influencia de facto en lo relativo a política portuaria que afecte a La Gomera. También extiende su poder a la política sanitaria en la Isla Colombina y ha enseñado a los consejeros autonómicos que toda llamada suya debe ser atendida de manera prioritaria. En caso contrario, recuerda a propios y extraños que es amigo personal de Fernando Clavijo, que puede extenderse en la política regional con un proyecto político que incluiría alianzas con partidos insulares y la nada velada amenaza de presentar una plancha en Tenerife para robarle al PSOE al menos un escaño y un par de consejeros en el Cabildo con los votos que dice controlar en el sur de la isla.
En el Ejecutivo todos recuerdan que Curbelo fue clave en 2019 para la configuración de pactos, con poco más de 6.000 votos
¿Dónde estará en 2023 cuando se abran las urnas y haya que hacer cábalas para los pactos? A ciencia cierta, lo sabe él y dependerá de las matemáticas. Los socialistas barajaron hace año y medio que volviera al PSOE por la puerta grande, en una reconciliación de la que hablaron con Curbelo, entre otros, José Luis Ábalos -entonces secretario de Organización del PSOE, todo poderoso ministro y ahora caído en desgracia- y Jerónimo Saavedra -que también ayudó con llamadas y encuentros para que Curbelo entrase en el Pacto de las Flores-. Lo cierto es que la legislatura va camino de acabar y Curbelo ha preferido seguir con su ASG, la garantía de que tendrá de nuevo tres escaños y la convicción de que la gobernabilidad puede pasar otra vez por sus manos. Habrá que ver, eso sí, si el incidente del karaoke le pasa alguna factura, no tanto en votos en La Gomera como en su condición de interlocutor preferente para los pactos.
Los que lo elogian subrayan su olfato político, su intuición y su capacidad para asegurar los votos. Sobre esto, un dato: los alumnos de La Gomera que residen en la capital grancanaria y cogen un vehículo de Guaguas Municipales tienen el transporte subvencionado por el Cabildo, a lo que se añaden muchos otros servicios costeados por la entidad insular en esa isla y para los gomeros que residen en el exterior.
Los que no le ríen la gracia o sencillamente creen es un prototipo de político de otra época, señalan que si supera el incidente del karaoke, más pronto o más tarde su flor en el pacto regional será como un cardo con espinas.
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