Pacto necesario y razonable

Es un pacto razonable, en el que estarían las fuerzas que a lo largo de la anterior legislatura trataron de romper con el régimen y con las que se conformaron mayorías que corrigieron el rumbo de algunos desmanes de CC. Es el pacto de mayor afinidad ideológica que podrá dar coherencia y estabilidad a las instituciones en las que gobiernen. Es el pacto por el que votó la mayoría porque así se le ofreció en la campaña electoral.

El PSOE, que basó gran parte de su campaña en echar a Coalición Canaria, no puede permitirse decepcionar a los miles de votantes movidos por el deseo de lograr un cambio sustancial en Canarias, que sólo podrá llegar cuando el nacionalismo insularista pase a la oposición y se produzca una reconducción de las políticas que han imperado hasta este momento.

Ángel Víctor Torres tampoco puede defraudar a cientos de compañeros del partido, entre ellos a algunos sectores no afines, que se pusieron a su lado en esta campaña con el único objetivo de ayudarle a ganar para echar a Coalición Canaria del poder.

Madrid no ha atado las manos a Torres para gestionar el pacto que necesite para echar a Coalición Canaria, lo que parece un buen principio. Por lo pronto Ferraz no es un escollo, aunque el galimatías de la política nacional podría poner patas arriba el trabajo de Torres. La posición de Sánchez ante la investidura no debe paralizar el proceso iniciado para negociar este pacto, es más, el PSOE se debe adelantar a esa posible coyuntura, cerrarlo y anunciarlo para hacerlo posible. Pedro Sánchez, en la actual situación podría perfectamente prescindir de CC y ser investido en segunda vuelta con mayoría simple, lo que debilita mucho la posición de los nacionalistas en Madrid.

Nueva Canarias y Podemos han sido socios leales a lo largo de la anterior legislatura y no ponen condiciones inasumibles en estas negociaciones que imposibiliten un pacto, aunque un sector de los socialistas de Gran Canaria, animados por los enemigos del pacto de progreso y al servicio de Coalición Canaria, están en la tesitura de emprender una cruzada en el Cabildo de Gran Canaria y en algunos ayuntamientos del corredor sur de la isla con la excusa política de quitarse de encima a un competidor del ámbito de la izquierda. De la misma manera, otro sector socialista ya pone vetos a Podemos, todo ello en un momento en el que se debe imponer la lealtad y los objetivos comunes. El PSOE cometería un grave error pactando en instituciones municipales para dejar fuera a CC, quizás con el objetivo de torpedear un pacto regional que les resulta más cómodo con el PP o con Coalición Canaria.

Convencer a Casimiro Curbelo es quizás la parte más complicada del pacto y no por lo que el PSOE pueda ofrecer al líder de los gomeros, sino por las heridas que el propio Curbelo conserva del castigo al que lo sometió Madrid por comportamientos que se consideraron impropios. La distancia de los hechos y de las personas que impulsaron el expediente permitirán un mejor diálogo entre Torres y Curbelo. El fondo o sustrato socialista que pueda conservar el presidente del Cabildo de la Gomera están ayudando también a un entendimiento que no sabemos cómo va a acabar, pero que, como mínimo, permite el diálogo.

El PP está siendo absolutamente generoso con el PSOE a la hora de ofrecerle un pacto, nada descabellado y que no parece un farol para después pactar con CC, su socio natural. Es un pacto posible y realista, deseado por una parte de la militancia del PSOE, pero con dificultades para ser asumido por Ferraz, en plena operación de desarticulación de lo que queda del nuevo PP. Aún así, en la hipótesis de que este pacto prosperara, que lo dudo, sería muy mal visto por la mayoría de votantes progresistas que no entenderían que existiendo otras opciones se opte por salvar al PP y que queden fuera del mismo los aliados naturales, especialmente Nueva Canarias.