«Vi la furgoneta pasar volando»
Shaday Fernández, de 31 años y natural del Polígono de Arinaga, en el municipio grancanario de Agüimes, estaba en su puesto de trabajo en la puerta de la tienda de una conocida marca deportiva, en el número 120 de la Rambla Catalunya, cuando tuvo lugar el brutal ataque terrorista. «Vi la furgoneta pasar a toda velocidad delante de mí y cómo se llevaba a dos personas que salían por los aires. Luego oí un estruendo y la gente comenzó a gritar y a correr por todos lados. Cuando vi la furgoneta blanca a toda velocidad por medio de la Rambla enseguida me vinieron a la mente los ataques terroristas de Europa», explicaba a CANARIAS7 Shaday Fernández mientras permanecía atrincherado en la tienda donde trabaja.
Él y el encargado del local reaccionaron de inmediato y no dudaron en dar cobijo a la gente que corría aterrorizada, algunas sin rumbo y con el miedo en el cuerpo. «La gente empezó a correr y a cruzar de un lado de la Rambla al otro, donde está la tienda, buscando refugio. Mi encargado y yo organizamos la entrada de la gente como pudimos, unos 70, y cerramos la persiana rápidamente. No dudamos en encerrarnos. En ese momento no teníamos información de lo que estaba pasando fuera», añade.
Shaday admite que se vivieron momentos de tensión, nerviosismo y, en algunos casos, de miedo por lo vivido segundos antes en pleno centro turístico y comercial de Barcelona. «Algunos estaban heridos, con restos de sangre, nerviosos, alterados y llorando. Por suerte, no sé si por mi trabajo, mantuve la calma y poco a poco la situación se fue tranquilizando. Quitamos la música de la tienda y esperamos a que nos dieran alguna indicación», explica.
Entre los cobijados habían niños y, sobre todo, turistas a los que el ataque terrorista cogió cuando disfrutaban de una tarde de verano en el centro de Barcelona. Una vez calmada la situación, una de las primeras llamadas que hizo Shaday fue a sus familiares en Gran Canaria para calmarles y comunicarles que estaba a salvo. «He avisado por whatsapp», relataba. También usó las redes sociales. Cuatro horas después del atentado pudieron salir de la tienda.
Tras once años viviendo y trabajando en Barcelona, para Shaday la tarde de ayer será difícil de olvidar. «Nunca había vivido algo tan fuerte como lo de hoy [ayer para el lector]», sentencia.
