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Captura del perfil que creó el investigado para promocionar su agencia KV Representaciones. C7

KV Representaciones: la coartada perfecta del falso ojeador Kenneth V.V.

El presunto pederasta empleaba dos vías para captar víctimas: perfiles falsos y su actividad como representante y asesor deportivo

Francisco José Fajardo y Aday Martín Santana

Las Palmas de Gran Canaria

Domingo, 7 de diciembre 2025, 06:30

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Entornos sanos y seguros como el que proporciona el deporte han vuelto a verse sacudidos por un caso de pederastia que, hasta el momento, contabiliza a 61 menores de edad afectados. Se trata de la operación 'Fake manager', ejecutada por la Guardia Civil y que ha acabado con Kenneth V.V. entre rejas. Este grancanario de 25 años había creado una agencia de representación, asesoramiento deportivo y 'scouting' llamada KV Representaciones que utilizaba -supuestamente- para acercarse a futbolistas en edad adolescente y juvenil.

Los investigadores empezaron a tirar del hilo cuando recibieron una primera denuncia que derivó en la detención de este joven. Un menor refirió haber sufrido abusos en diciembre de 2024 por esta persona que había estado relacionado desde muy joven con el mundo del fútbol. Desempeñó diversas tareas en clubes como la Unión Deportiva Las Palmas, el San Juan Tres Palmas o el Real Club Victoria, pero de todas estas entidades no se marchó en paz. Sus excompañeros lo definieron como una persona que, aunque educada, era mentirosa, tenía aires de grandeza, manipuladora y se mostraba excesivamente cercana a los jugadores. También compaginó esta faceta de técnico con la de árbitro en categorías inferiores cuando tenía 17 años y en las temporadas 2017-2018 y 2018-2019.

Estas experiencias le ayudaron para adquirir un conocimiento muy detallado de todo lo que rodea al fútbol base de las islas, por lo que decidió aproximadamente a mediados de julio del año 2023, a crear su propio proyecto: una agencia de asesoramiento deportivo: KV Representaciones se convertiría en una de sus coartadas perfectas.

La Guardia Civil pudo determinar al investigar ese primer hecho que derivó en su detención inicial y también en la segunda por un presunto delito de quebrantamiento de medida cautelar, que Kenneth se acercaba a sus víctimas utilizando como cebo promesas de encontrarles un hueco en equipos como la UD Las Palmas o en la península. Todo ante esa falsa apariencia de ojeador y haciéndose valer que había ya estado en los filiales amarillos y que contaba con contactos en dicha entidad.

También se prevalía de que realizó estudios de técnico deportivo de grado medio en el Instituto Felo Monzón de Las Palmas de Gran Canaria. Un cóctel perfecto para atraer a menores que deseaban llegar alto en el mundo del fútbol.

Y así ocurrió. El Equipo de Policía Judicial de Vecindario de la Guardia Civil fue analizando de forma minuciosa los dispositivos que incautaron al presunto pederasta y encontró una cantidad ingente de comunicaciones de este falso manager con jóvenes a los que ofrecía «falsas oportunidades de promoción, pruebas en clubes de alto rendimiento, inclusión en bases de datos profesionales o difusión de sus perfiles en redes especializadas», es decir, en la cuenta de Instagram de su 'empresa' KV Representaciones.

También llegó a hacer uso de perfiles inventados que presuntamente creó haciéndose pasar por chicas y que utilizaba para acercarse digitalmente a niños introduciendo paulatinamente conversaciones de contenido sexual, solicitando imágenes íntimas y enviando material pornográfico, e incluso llegando a pagar a menores a cambio de sexo.

Esta operación 'Fake manager' vuelve a evidenciar que, incluso en ámbitos concebidos para promover valores como el compañerismo, el respeto y la disciplina, pueden surgir espacios de vulnerabilidad si no se aplican de forma estricta mecanismos de control, supervisión y prevención. El deporte es, en esencia, un entorno saludable, pero requiere estructuras sólidas que garanticen que quienes acceden a los menores lo hacen bajo criterios profesionales, transparentes y sometidos a vigilancia constante.

La experiencia acumulada en Canarias con procedimientos judiciales por pederastia relacionados con entrenadores, monitores, asistentes o falsos representantes demuestra que la protección de los menores en el deporte es una responsabilidad compartida entre clubes, federaciones, administraciones, familias y también los propios deportistas. Solo una red coordinada de prevención, detección y respuesta puede impedir que casos como este vuelvan a repetirse en un espacio que debería ser siempre seguro.

Otros casos en Canarias

Durante las últimas décadas se han ido destapando casos de abusos sexuales a menores vinculados al mundo del deporte que comparten patrones claros: entrenadores o responsables de clubes que se aprovechan de su autoridad, la confianza de las familias y la vulnerabilidad de niños y adolescentes para someterlos en gimnasios, colegios, pistas, canchas y, recientemente, a través del móvil.

Caso Kárate, 302 años a Torres Baena

El más impactante fue el conocido como caso Kárate, con epicentro en la Escuela de Kárate Torres Baena, en Las Palmas de Gran Canaria. La Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias confirmó en 2013 la condena al maestro Fernando Torres Baena a un total de 302 años de prisión por 37 delitos de abuso sexual y 13 de corrupción de menores cometidos durante años sobre alumnos de su gimnasio. Dos entrenadoras del centro fueron igualmente condenadas a 148 y 126 años de cárcel.

La sentencia describió un sistema de funcionamiento interno con rasgos de secta destructiva, en el que se mezclaban disciplina deportiva, control psicológico y normalización de prácticas sexuales con menores. Los hechos ocurrieron tanto en el gimnasio de la capital grancanaria como en un chalet en Playa de Vargas, en el municipio de Agüimes, donde se organizaban convivencias en las que se consumaban muchos de los abusos.

Aday Henríquez Sosa, técnico de un equipo de fútbol

A 27 años y medio de cárcel ascendió la condena que la Audiencia de Las Palmas impuso al entrenador de fútbol infantil Antonio Aday Henríquez, de 29 años en la fecha de los hechos. La Sala consideró probado que este técnico nacido en Bilbao en 1984 pero residente en Gran Canaria entre 2008 y 2009 abusó de tres alumnos de forma continuada. La Sección Primera le declaró culpable como autor de un delito continuado de abusos sexuales por el le impuso nueve años y medio, otro de abuso sexual en grado de tentativa castigado con dos años, dos delitos de abuso sexual sancionados con cinco años y medio y con seis años, respectivamente, otro continuado de abuso sexual en grado de tentativa por el que se le impusieron cuatro años y un delito de corrupción de menores penado con seis meses de cárcel.

La sentencia consideró probado que en octubre de 2009 el imputado se aprovechó de la relación de confianza y amistad que mantenía con la madre de uno de sus alumnos, que entonces contaba 12 años, para llevárselo a un centro de talasoterapia. «En el interior de una de las cabinas, le obligó a que le hiciese una felación y luego lo penetró analmente, todo ello pese a la negativa expresada verbalmente» por la víctima.

José Ramón Benítez, entrenaba al Claret de Voleibol

Por otra parte, en febrero de 2009, la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Las Palmas condenó a tres años de prisión al profesor y entrenador de voleibol José Ramón Benítez Medina por un delito continuado de abusos sexuales sobre una alumna de 14 años. El condenado trabajaba como docente en el colegio San Antonio María Claret de Las Palmas de Gran Canaria y entrenaba a los equipos masculinos y femeninos del centro, donde conoció a la menor.

La sentencia detalló que los encuentros se producían de forma periódica en 2005, coincidiendo con los días de entrenamiento –dos tardes por semana, de 17.00 a 19.00 horas– en las instalaciones que el colegio Claret tiene en Tamaraceite, así como en jornadas de competición y en algunos de los viajes que realizaban dentro y fuera de Gran Canaria.

Vicente Castellano, entrenador del gimnasio Hodori

La figura del entrenador como referente incuestionable volvió a aparecer en el ámbito de las artes marciales. En 2020, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas condenó a 11 años y medio de prisión al propietario y profesor del gimnasio de artes marciales Hodori, en Arucas, por un delito continuado de abuso sexual a un alumno menor.

La resolución declaró probado que Vicente Castellano abusó de forma reiterada durante el mes de julio de 2018 de un niño de nueve años que acudía a sus clases, aprovechando que las prácticas se desarrollaban en un espacio cerrado y sin presencia de otros adultos. Además de la pena de cárcel, la sentencia fijó una orden de alejamiento de 15 años respecto al menor y una indemnización de 40.000 euros, responsabilidad civil que el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) confirmó posteriormente.

El baloncesto, afectado. Monitor del Colegio Virgen del Mar

El baloncesto escolar tampoco ha quedado al margen. En noviembre de 2021, el Tribunal Superior de Justicia de Canarias ratificó íntegramente la condena impuesta a un monitor de baloncesto del Colegio Virgen del Mar, en Santa Cruz de Tenerife, por un delito continuado de abusos sexuales a una alumna de 13 años. El entrenador, de 20 años en el momento de los hechos, dirigía el equipo de baloncesto del centro y contactó con la menor a través de la red social Instagram. Según la sentencia, a lo largo de 2018 fue introduciendo conversaciones de carácter sexual hasta concertar varios encuentros en los que se produjeron tocamientos y relaciones sexuales en tres ocasiones.

La Audiencia Provincial lo condenó a 10 años de prisión y cinco de libertad vigilada, con inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio que implique contacto habitual con menores durante trece años, una orden de alejamiento de doce años y el pago de 6.000 euros de indemnización, términos todos ellos confirmados después por el TSJC y por el Tribunal Supremo.

Miguel Ángel Millán, exseleccionador de atletismo

En el ámbito del atletismo, el nombre de Miguel Ángel Millán Sagrera, exseleccionador nacional y técnico del club Tenerife CajaCanarias, quedó asociado a otra causa de gran impacto. La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife lo condenó en 2019 a 15 años y medio de prisión por delitos continuados de abuso sexual cometidos contra dos atletas a los que entrenaba cuando eran menores de edad.

La sentencia, después confirmada por el Tribunal Supremo, considera probado que Millán se valió de su prestigio deportivo, de su condición de responsable técnico de la Real Federación Española de Atletismo y de la dependencia que generaba en los jóvenes para someterlos durante años en Tenerife. Uno de los casos se sitúa entre 2010 y 2011, cuando la víctima tenía entre 13 y 14 años; el otro se prolonga hasta 2015.

El tribunal le impuso también la prohibición de trabajar con menores durante un periodo superior al de la prisión, libertad vigilada y la obligación de participar en programas de reeducación, así como el pago de indemnizaciones de 15.000 y 20.000 euros a las víctimas.

El club Tenerife CajaCanarias y la Federación Española de Atletismo fueron declarados responsables civiles subsidiarios.

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