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«Temí por mi hijo, le dije que era una fiesta»

Andrés Medina, escritor y periodista grancanario, aprovecha para volver cada año a Barcelona, la ciudad en la que estudió y de la que nunca se ha terminado de ir. En la Ciudad Condal disfruta de unas vacaciones con su mujer, Olivia Regidor, y su pequeño de casi cuatro años Aythami.

Viernes, 18 de agosto 2017, 12:14

El atentado terrorista les sorprendió cuando, a pocos metros, terminaban de almorzar en el restaurante La Tramoia, situado en la esquina de Gran Vía de les Corts Catalanes con Rambla de Catalunya. «Acabamos de terminar de comer y estábamos un poco molestos porque el servicio había sido más lento de lo normal. Ahora agradezco que haya sido así, porque de lo contrario quizás la tragedia nos había tocado vivirla en la calle. Me dispuse a ir a comprar a un supermercado agua mientras mi mujer pagaba la cuenta. Al salir la calle me percaté de que algo no iba bien. Entonces vi que había gente tirada en el suelo. Desconozco si estaban muertas o heridas... Por mi condición de periodista, quizás pecando de inconsciente, me acerqué a ver qué pasaba. Los que estaban allí me dijeron que había pasado una furgoneta apenas unos minutos antes a toda velocidad. Algunos decían que podía ser un accidente, pero la mayoría ya pensábamos en un atentado, recordando lo que había sucedido en otras ciudades», asevera Medina, impactado por el escenario que se encontró y también por la dualidad de la reacción de los transeúntes. «Mientras algunos lloraban y trataban de ayudar a las víctimas, otros simplemente no reaccionaron y siguieron con lo que estaban haciendo», recuerda, antes de volver al restaurante. «Estuvimos encerrados allí más de cuatro horas. Incluso hubo dos estampidas dentro del restaurante y tuvimos que refugiarnos en la cocina antes de que cerraran el local. Estábamos muy asustados mi mujer y yo, sobre todo por el niño. A Aythami le dijimos que era una fiesta para que no tuviese miedo, incluso los dueños del restaurante tuvieron la deferencia de subir la música para que lo creyese», afirma Andrés que, con la perspectiva del paso de las horas y «de bajón» por la tensión, piensa que ha vivido una pesadilla. A pesar de ello, volverá a Barcelona.

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