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Sandro, poco antes de su presentación oficial. fotos: cober
A Sandro le tienen que parar los pies por sus ganas de jugar

A Sandro le tienen que parar los pies por sus ganas de jugar

fútbol ·

Lleva más de tres meses sin minutos de competición en las piernas y seguirá un plan de puesta a punto como Vitolo para evitar riesgos

Ignacio S. Acedo

Las Palmas de Gran Canaria

Miércoles, 24 de agosto 2022, 15:47

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A Sandro Ramírez le están teniendo que parar los pies por las ganas de jugar que le invaden. «Si es por mí, mañana ya estoy disponible», dijo en su presentación de manera ilustrativa. Con la temporada en marcha, el atacante recién incorporado trata de acortar los plazos de su adaptación al ritmo competitivo que ya tienen sus compañeros. Sandro viene de ejercitarse en solitario en Huesca, sin minutos de amistosos en las piernas, y con unas semanas acumuladas de enorme tensión emocional mientras se gestionaba su pase. «Fue complicado», admitía al referirse a este interín en el que fue noticia por todo menos por sus méritos.

Ya donde quería estar, le toca a García Pimienta gestionar la ansiedad de Sandro por empezar a justificarse. Tiene cintura el técnico en estos menesteres, como bien ha venido demostrando con Vitolo, un caso similar de jugador con aureola y al que han tenido que frenar y «sin plazo» para su puesta en escena.

Pese a que Vitolo entró en la primera convocatoria, Pimienta advirtió que era más una cuestión de adaptación que destinada al fuego real. Se trata de evitar riesgos innecesarios en agosto. Y al igual que no hay intención de poner en peligro la integridad de Vitolo a corto plazo o la de Viera, convaleciente de un pinchazo que amenazó con rotura, tampoco se asumirán peligros con un Sandro que necesita, al menos, «un par de semanas de entrenamientos colectivos de intensidad», previsión que manejan en el cuerpo técnico.

Así, su presencia frente al Andorra el próximo lunes no cuadra, salvo sorpresa mayúscula, en los planes del técnico, reacio a exponer sin necesidad a futbolistas que necesitan más carga de trabajo. Además, en este caso específico, el riesgo de lesión es más que evidente ante la ausencia de un plan físico definido. Así mismo lo admitió Sandro en un ejercicio de honestidad y sabiendo que no puede privilegiar sus deseos a la lógica que se impone ahora.

Con más de tres meses sin jugar un encuentro (quince minutos tuvo en el cierre de campaña del Getafe ante el Elche el pasado 22 de mayo), tiene por delante jornadas en abundancia para mostrarse de manera progresiva, sin precipitaciones de ningún tipo. Y a corto plazo lo que le toca es acumular sudor, definir la musculatura y coger el golpe de pedal del grupo con sesiones en las que haya disputas, exigencia física y velocidad en todos los ámbitos. Será entonces cuando llegue su hora. No antes.

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