Paco Jémez y sus números siniestros

Que Jémez ha sido un fiasco no lo discute nadie dada la evidencia aplastante de los resultados. No es culpa exclusiva suya el desastre de proyecto que todavía sigue en competición. Pero tampoco se puede ocultar su aportación negligente al hundimiento clamoroso de una plantilla en la que tuvo voz y voto para remodelar en el mercado invernal. La UD le dio poderes inéditos en su afán por eludir el desastre. Tiempo de meditación (en plena crisis, le esperaron varias semanas mientras disfrutaba de unas vacaciones familiares), vía libre para contratar profesionales de su confianza (trajo tres auxiliares), contrato jugoso con independencia de la consecución de objetivos (cobrará, según fuentes consultadas, una cifra que ronda el millón de euros por cinco meses de trabajo), un código disciplinario personalizado (expulsó de la entidad, sin consultar a sus superiores, a Rémy y Tannane), fichajes de catálogo (Peñalba, Aguirregaray o Gálvez vinieron por petición expresa suya) y voz y voto en bajas y descartes (liquidó a Aythami Artiles y admitió que no le interesó la posibilidad de repatriar en el mercado invernal a un Araujo que hoy triunfa por todo lo alto en Grecia). Lo único que escapó a su mapa de influencia fue la salida de Viera al fútbol chino, operación que, según sus palabras, estuvo a punto de provocar su dimisión («debí de irme en aquel momento», ha manifestado en varias ocasiones) y tampoco se le puede achacar la incorporación de un futbolista lisiado e incapacitado para jugar (Emenike).

Con todo, la actual UD está modelada a su medida y el calendario le ha retratado. Tres meses sin ganar, el equipo más goleado de la categoría (71 tantos recibidos) y, lo trascendental, una cosecha de puntos ridícula y muy lejos de las expectativas. Once puntos de 57 posibles para un raquítico 19%.

Por si fuera poco, su gestión del vestuario también ha dejado mucho que desear. Casos como los de Tana o Hernán Toledo, de los que ha prescindido incomprensiblemente en los últimos tiempos sin motivo conocido, citación de los canteranos Benito o Erik Expósito para no darles minutos, privándoles, además, de intervenir con el filial, y críticas explícitas a sus jugadores en ruedas de prensa, regadas de censuras constantes a los medios de comunicación, tampoco han ayudado a apagar una crispación que se ha instalado desde su llegada a Gran Canaria.

Pese a que Miguel Ángel Ramírez, de puertas para afuera, no ha cerrado la posibilidad de que pueda renovar el contrato del actual entrenador, lo cierto es que en la UD llevan semanas buscando sustituto de garantías y ya se maneja una lista de candidatos que encabeza el uruguayo Martín Lasarte, con quien ya se han dado los primeros contactos, y que también considera al argentino Luis Zubeldía, entre otros.

A Paco Jémez le quedan dos partidos y luego, despedida y cierre.