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Nkunku bate a Courtois para sellar el segundo tanto del Leipzig ante el Real Madrid. Martin Divisek (Efe)
El Leipzig le quita al Real Madrid la careta de invencible
Grupo F | Jornada 5

El Leipzig le quita al Real Madrid la careta de invencible

Los goles de Gvardiol, Nkunku y Werner fueron una losa demasiado pesada para el equipo de Ancelotti, que sufrió su primera derrota del curso y demostró que también es humano

Óscar Bellot

Madrid

Lunes, 24 de octubre 2022

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El Real Madrid visita el Red Bull Arena con el objetivo de arañar al menos un punto que certifique su pase a octavos de final de la Champions como primero de grupo. Una vez sellado el pasaporte para la primera ronda de eliminatorias de la máxima competición continental por vigesimoséptima vez bajo el actual formato de la añeja Copa de Europa tras las tablas que cosechó hace un par de semanas en Varsovia frente al Shakhtar, al catorce veces rey de Europa le bastaría un empate contra el RB Leipzig para asegurarse un sitio entre los campeones de la primera fase, lo que podría allanarle la ruta en el sorteo que se celebrará el 7 de noviembre en Nyon.

Cierto es que eso no garantiza un cruce más benévolo. Cabe recordar en este sentido, sin ir más lejos, lo sucedido la pasada temporada. El equipo de Carlo Ancelotti remató entonces la liguilla como líder del Grupo D para toparse entre mediados de febrero y comienzos de marzo con el temible PSG de Mbappé, Messi y Neymar, al que el Manchester City había condenado al segundo escalón y que quedó emparejado con el a la postre campeón a resultas de una chapucera lotería que había citado en primera instancia al conjunto de Chamartín con el Benfica.

El cuadro parisino terminó sucumbiendo a la magia del Bernabéu en lo que fue el primer eslabón de una asombrosa cadena de remontadas que catapultaron al Real Madrid hasta la final en el Stade de France, escenario de la Decimocuarta, pero no se puede esconder que aquella riña de gallos torció el morro a más de uno cuando quedó acordada. Sin embargo, la estadística dice que pasar como cabeza de serie a octavos eleva las opciones de saltar a cuartos, entre otros factores porque fija el partido de vuelta en casa de quienes lo consiguen. Y eso siempre es un plus.

Establecer el Santiago Bernabéu como cuadrilátero del definitivo asalto de octavos es, por tanto, el principal propósito con el que pisa tierras sajonas el Real Madrid, cuyo paso marcial en la Liga se está viendo acompañado por un sólido tránsito en la Champions.

El citado traspié frente al Shakhtar, cuya incidencia minimizó Rüdiger con un gol sobre la bocina que dejó al central teutón con heridas de guerra, es la única mácula que arroja el expediente de un equipo que dio cuenta en la primera vuelta del Celtic a domicilio, así como de los ucranianos y del RB Leipzig en su morada del Paseo de la Castellana. Allí compitió con gallardía la escuadra de Marco Rose hasta que las dianas de Valverde y Asensio en la recta final dieron alas a los locales en un envite espeso del vigente campeón.

Examen para meritorios

Precisamente el todocampista charrúa es una de las tres ausencias de peso con las que comparecerá el Real Madrid en el Red Bull Arena. Dolorido por una intempestiva entrada del Papu Gómez en el choque ante el Sevilla, el Halcón no tendrá oportunidad de lucir su cañón en la quinta jornada de la Champions, que tampoco contará con el concurso casi siempre estelar de Modric y Benzema. El croata se quedó en tierra por molestias en el aductor y el flamante Balón de Oro guarda descanso a causa de la fatiga muscular en el cuádriceps de la pierna izquierda que ya le impidió ser de la partida el pasado sábado. Sus bajas, que se unen a las de Ceballos y Mariano, abren espacio en el once para varios miembros de la segunda unidad.

Rodrygo, figura imprescindible por su extraordinario rendimiento, repetirá como delantero de referencia, mientras que Camavinga reemplazará a Modric en la sala de máquinas. También entran en el once Lucas Vázquez, Nacho, Rüdiger y Asensio.

Mientras que la cita emana cierto aroma de trámite para la tropa de Ancelotti, que dispondrá de otra bola extra la próxima semana contra el Celtic en el Bernabéu, el RB Leipzig no puede descuidarse. Los pupilos de Marco Rose, todavía en shock por el fallecimiento de Dietrich Mateschitz, fundador del imperio de la bebida energética que sustenta a un club que pasó de la quinta división germana a la élite continental en menos de una década, aventajan en un punto al Shakhtar, al que visitarán en la última jornada.

En el peor de los casos, una victoria ante el Real Madrid les permitiría afrontar ese duelo con el viento de cara. En el mejor, que pasa porque los ucranianos sucumban a domicilio contra el Celtic, la última fecha de la fase de grupos sería una suerte de amistoso para el bloque sajón, que tiene entre algodones a Timo Werner, Dani Olmo y Nkunku.

Tras encadenar 20 encuentros sin hincar la rodilla desde que sucumbiera en aquel derbi disputado el pasado mes de mayo en el Metropolitano con el título de Liga ya a buen recaudo y la cabeza puesta en la final de Saint-Denis, el Real Madrid demostró en Alemania que no es invencible. Dieciocho minutos eléctricos del Leipzig acabaron con la hasta ahora prácticamente impecable hoja de servicios del equipo de Carlo Ancelotti y obligarán a los blancos a jugarse el primer puesto en la última jornada de la fase de grupos de la Champions.

El vigente campeón de Europa deberá superar el próximo miércoles al Celtic en el Santiago Bernabéu para ser cabeza de serie en el sorteo de octavos sin depender de lo que hagan a domicilio frente al Shakhtar los Toros Rojos, a los que Marco Rose ha vuelto a convertir en miuras.

Los goles al inicio de Gvardiol y Nkunku, fruto de una salida en estampida del cuadro sajón, fueron una losa demasiado pesada para un Real Madrid que, sin tres figuras troncales dentro de su engranaje como son Modric, Valverde y Benzema, entró de forma desangelada al envite. Los visitantes reaccionaron con un gol de Vinicius al borde del interludio y achucharon en la segunda parte, pero la diana de Rodrygo en el descuento desde el punto de penalti tras un derribo claro del paulista por parte de Nkunku solo sirvió ya para maquillar un marcador que había agrandado Werner y dejó a la soldadesca de Ancelotti sin ese punto que reclamaba el transalpino a fin de olvidarse de una fase de grupos en la que tendrán que remar hasta el final como consecuencia de un tropiezo permisible, pero que supone un aviso.

RB Leipzig

Blaswich, Simakan (Henrichs, min. 89), Orban, Gvardiol, Raum (Diallo, min. 68), Haidara (Kampl, min. 84), Schlager, Szoboszlai, Forsberg (Dani Olmo, min. 68), Nkunku y André Silva (Timo Werner, min. 68).

3

-

2

Real Madrid

Courtois, Lucas Vázquez (Carvajal, min. 68), Militao, Rüdiger, Nacho (Alaba, min. 68), Tchouaméni, Camavinga, Kroos (Hazard, min. 76), Asensio, Rodrygo y Vinicius.

  • Goles: 1-0: min. 13, Gvardiol. 2-0: min. 18, Nkunku. 1-2: min. 44, Vinicius. 3-1: min. 81, Werner. 3-2: min. 90+3, Rodrygo, de penalti.

  • Árbitro: Daniele Orsato (Italia). Amonestó a Lucas Vázquez.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la quinta jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones, disputado en el Red Bull Arena ante 45.228 espectadores.

Todo ello en un coso al que los Toros Rojos saltaron con las astas tremendamente afiladas. Courtois logró abortar una colada por la izquierda de Forsberg que llevaba marchamo de gol rebasado apenas el primer minuto, pero nada pudo hacer cuando Gvardiol aprovechó un rechace del cancerbero a la salida de un córner para poner en ventaja al cuadro de Marco Rose.

La diana recompensaba la brava puesta en escena del Leipzig, que colapsaba el carril central y presionaba con mucha garra a un Real Madrid visiblemente incómodo. Nkunku, un búfalo al espacio, rozó el segundo tras desbordar a Courtois, pero su disparo esquinado se estrelló contra el exterior de la red. El asedio era incesante. Courtois sacó una manopla prodigiosa en respuesta a un disparo soberbio de Haidara, pero apenas difirió unos segundos el nuevo castigo a la pasividad defensiva del Real Madrid, al que Nkunku ajustició con un zurdazo.

El atacante francés era un trueno indescifrable para el equipo de Ancelotti y Simakan volaba por el carril de Rüdiger, lo que motivó que Ancelotti desplazase allí a Nacho y reubicase el berlinés como central para paliar daños. Mejoró con el movimiento de piezas el rey de Europa, que pudo recortar diferencias con una contra fulgurante culminada por Rodrygo con un buen disparo que repelió Blaswich y con un ataque estático resuelto otra vez sin herida por el sustituto del húngaro Gulacsi tras un remate venenoso de Vinicius. El arquero germano, casi siempre un actor secundario desde sus tiempos como canterano del Borussia Mönchengladbach, parecía un coloso, hasta que un Vinicius cazó con la testa un centro de Asensio y lo superó con un remate ajustado al palo cuando el duelo enfilaba el descanso.

El Real Madrid esperaba que ese gol psicológico cambiase las tornas y regresó de vestuarios con otro trazo, pero se topó con un Leipzig de granito. La escuadra germana, prieta y ordenada, erigió un muro en torno a su área y amenazó con sentenciar a la contra. Un disparo cruzado de Timo Werner que se marchó fuera por milímetros advirtió a la tropa de Ancelotti del riesgo que aparejaba buscar el empate a pecho descubierto.

El técnico italiano elevó la apuesta rescatando a Hazard, que en su primera acción habilitó a Asensio para que el balear sirviese un gol en bandeja a Vinicius, que malogró una ocasión cristalina antes de que Werner, tras la enésima internada de Simakan por la derecha, abrochase el triunfo de un Leipzig que se asoma a octavos tras una mala noche de un Real Madrid que también es humano.

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