
Reivindicación, madurez y orgullo del vivero del Granca
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Los canteranos del equipo claretiano Christian Díaz y Petit Niang gozan de confianza y minutos en un Covirán Granada que disfruta de su estreno en la ACBSecciones
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Los canteranos del equipo claretiano Christian Díaz y Petit Niang gozan de confianza y minutos en un Covirán Granada que disfruta de su estreno en la ACBóliver suárez armas
Las Palmas de Gran Canaria
Jueves, 20 de octubre 2022, 17:44
Una conexión con sabor a la Vega de San José. Descaro, talento, físico y sueños cumplidos y por cumplir de dos canteranos del Club Baloncesto Gran Canaria. Christian Díaz Rodríguez (Las Palmas de Gran Canaria, 23 de marzo de 1992) y Mamadou Ndiaye Niang, conocido como Petit (Thiès, Senegal, 1 de enero de 1994), vuelven a la Liga Endesa de la mano del recién ascendido Covirán Granada, un club en el que brillaron en la LEB Oro el pasado curso y ahora persiguen ganarse un puesto duradero en la élite nacional. Este sábado (19:45 horas) se verán las caras con el Granca en el Arena.
El base isleño y el pívot africano simbolizan la reivindicación, la madurez y el orgullo en una entidad que se estrena en la ACB. Ambos ya saben lo que es competir entre los mejores porque el primero estuvo una campaña en el Río Breogán (2018-2019) y el segundo lo hizo durante su etapa en el Lenovo Tenerife (2013-2019) y en el Real Betis (2019-2021). No tuvieron la oportunidad de tocar el cielo con la camiseta amarilla.
Christian Díaz Rodríguez se pasó del fútbol al baloncesto a los ocho años en el colegio Aguadulce, un deporte que practicaba su hermana Jasmina y que le llenó mucho más hasta el punto de no aparcarlo jamás. Pasó por todas las categorías de formación del vivero claretiano y formó parte de una generación entrenada por Víctor García y Cristo Guerra para el recuerdo tras conquistar el prestigioso torneo junior de la Euroliga Cuidad de Roma en 2008.
El director de juego de Casablanca 3 debutó en el equipo EBA amarillo en 2010 antes de desplazarse a La Palma para jugar en el cuadro vinculado dirigido por Carlos Frade, hasta que compitiendo en el Granca de LEB Plata en el ejercicio 2012-2013 se marchó en el tramo final al Navarra. Y lo hizo con 20 años para cumplir un sueño fuera de casa tras estar en la órbita del primer equipo, pero sin llegar a tener la ocasión final nunca.
Tras ocho campañas de crecimiento en LEB Oro, subió y probó la élite con el Río Breogán. No pudo lograr la permanencia, pero años después retorna con un Covirán Granada que rebosa ilusión.
Petit aterrizó en Gran Canaria con 15 años y compartió residencia con otros proyectos africanos como Mouhamed Barro, Edy Tavares, Tridón Makonda y Bakary Konate, entre otros. Pasó por el cuadro cadete y junior hasta coincidir con Christian en el Plata. De ahí se marchó al Lenovo Tenerife para crecer personal y deportivamente y, posteriormente, al Real Betis hasta fichar por el Covirán Granada. Vuelve a una competición que conoce para quedarse.
El equipo andaluz que entrena Juan Pablo Pin acumula tres victorias en el arranque liguero y, cuestionado por si les ha sorprendido este inicio, el jugador grancanario asegura que «teníamos la esperanza después de una pretemporada que fue muy complicada por las lesiones y por el cambio de pabellón. Es verdad que ese inicio de Liga fuera de casa con un triple en el último segundo nos dio mucha confianza y ver que podíamos competir. Estamos muy contentos por lo que llevamos hasta ahora«.
Christian Díaz Rodríguez, quien promedia 5,8 puntos, 1,3 rebotes, 1,5 asistencias y cuatro de valoración en los 15 minutos que ha jugado de media en los cuatro primeros compromisos ligueros, se ve «bien y las lesiones me están respetando. Me veo con mucha confianza personal y, sobre todo, del cuerpo técnico, que incluso se enfada muchas veces conmigo porque no tiro».
«Estoy encantado, sé que mi rol es completamente diferente al que tenía el año pasado y creo que me he adaptado a lo que me pide Pablo. Estoy muy contento con las oportunidades que me está dando«, agrega.
Es una semana diferente para Christian Díaz Rodríguez. «Volver a casa, aunque sea vistiendo otra camiseta, es bonito y especial, es jugar en el pabellón en el que entreno cada verano, la isla en la que me he criado y el club que me enseñó a jugar a baloncesto«.
«Es una semana diferente para mí a nivel personal porque todo el mundo sabe que nos toca ir para allá, son muchísimos mensajes, la familia y los amigos para ver si estoy nervioso, si quiero llegar ya... Estoy con ganas, es ese partido que buscas cuando sale el calendario«, valora.
Y los días pasan más lentos para todos. «Lo hablamos Jacobo -canterano del Lenovo Tenerife-, Petit y yo. Jacobo es mi compañero de habitación y paso mucho tiempo con él. También repartimos entradas para que estén nuestros familiares y amigos. Estamos con muchas ganas de disfrutar de este partido«.
Sobre Petit, quien firma 7,8 puntos, 4,8 rebotes y 12,3 créditos de valoración en los 14 minutos que disputa de media, cree que «le costó mucho adaptarse a la LEB porque es una liga diferente, con muchas trampas y a él le viene bien los espacios en la ACB. Aunque no tenga muchos kilos en la zona, la ACB le viene bien por su estilo de juego y lo está demostrando desde el principio de temporada. Está como un tiro. Se ha notado que ha jugado muchos años en la ACB«.
Sobre el Granca, manifiesta que «lo veo muy bien, están increíbles. Tienen un gran entrenador y una plantilla muy competitiva como han demostrado en todos los partidos. Tenemos una pequeña ventaja porque no tiene que ser fácil jugar dos competiciones en una semana. Veo una plantilla con calidad, con veteranos que conocen mucho la Liga y jugadores jóvenes que vienen apretando desde atrás«.
Christian Díaz Rodríguez ya pisó el Arena en su etapa en el Breogán y recuerda «a a la gente de pie contenta porque un jugador de la casa estaba en la ACB».
«Empecé en la escuelita y muchos años después he conseguido llegar a la élite otra vez«, resalta con orgullo y motivación infinita.
Esa motivación y confianza que con los años aparca la reivindicación por no disponer de oportunidades en la isla.
«Es verdad que reivindicativo fue en su día, tenía esa espinita clavada de ver a mucha gente jugar en la ACB y yo no tenía esa oportunidad. A día de hoy, lo veo con otros ojos, lo veo con una madurez mucho más amplia, con una tranquilidad para analizar los partidos, los jugadores y con muchísima más confianza en mí mismo a la hora de salir a la cancha«.
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