
Borito: toda una vida dedicada al terrero
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90 años contemplan a una figura que es historia viva de la lucha canaria por su labor como deportista, difusor y promotorpedro reyes
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 30 de abril 2022, 19:21
El nombre del galdense Salvador Sánchez, Borito, es el de un luchador que no solo lo fue en el terrero. Después de abandonar la práctica deportiva ha dedicado toda su vida a difundir y llevar la lucha canaria a todos los lugares que ha podido, siendo uno de sus más firmes embajadores. Cuando está a punto de cumplir los 90 años de edad, todavía cuenta con fuerzas para seguir ya que, incluso, tiene algunos libros nuevos preparados para su edición.
Su biografía es tan extensa que harían falta varias páginas para relatarla, pero, en resumen, queda que fue mandador del Unión Sur Tablero, Moyense y Bentejuí, equipo este último del que fue su fundador, pasó también como federativo, aunque por corto periodo de tiempo, pues no le gustó lo que vio, fue organizador de encuentros con representantes de la lucha islandesa, leonesa y senegalesa en diferentes momentos del tiempo, se distinguió como difusor del vernáculo deporte en ciudades como Madrid, Zaragoza o Barcelona además de países como Cuba, Venezuela, Francia, Alemania o Austria, es escritor con más de 20 publicaciones entre libros y tratados sin contar todavía con los que faltan por aparecer en el mercado, ejerció de colaborador de diferentes medios de comunicación como revistas, periódicos, radios y emisoras y televisión, profesor de diferentes cursillos sobre lucha en Canarias y Cuba, participante en congresos sobre lucha canaria en Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife y Alemania, iniciador del proceso para que la lucha canaria fuera Bien de Interés Cultural, poeta y compositor musical de temas relacionados con la lucha canaria o colaborador en elaboración de un documental para Alemania...
Todo eso hace de Borito una persona entregada toda su vida al vernáculo deporten en múltiples facetas. Estuvo, incluso, a punto de ser el primer presidente del Guanarteme a principio de los setenta, pero no aceptó, aunque aparece en una famosa foto cuando se estaba constituyendo el club.
En su casa recuerda lo que ha dejado atrás: «Mi afición me viene gracias a mi abuelo, el notario Salvador García y gran admirador del Pollo de Buen Lugar, pues me llevaba a las luchas en el Campo España, siendo un niño con 10 años. Y ahí empecé a ver aquellos gigantes que me parecían los luchadores y mi cabeza comenzaba a pensar que yo quería ser luchador».
El momento cumbre fue pocos años más tarde, en un encuentro casual en Triana: «Me tropecé con Abel Cárdenes, que luchaba en el Adargoma, hablamos y por ahí ya empecé a luchar dicho club. Ahí empezó todo», detalla.
Poco después dejaba el equipo de San José: «Hubo algunas discrepancias y pasé al Rumbo para marcharme, más tarde, a Venezuela dos año y medio. A mi regreso el Rumbo no estaba en competición y fiché en el Vencedor. Posteriormente se fundaba un nuevo equipo con luchadores del Vencedor, y creo que estaba Pepín Ruano, creando el Guiniguada y ahí acabo mi etapa de luchador».
Como bregador tiene su propia definición. «La gente de la lucha dice que yo era contrista, pero creo que como mi pensamiento es lento, no dinámico, quizás ese modo de ser tranquilo, observador, se reflejaría en mi comportamiento como luchador, ser menos dinámico. Ahora, hacía mis cosas, mis luchas, como todos».
Borito tuvo el honor de hacer una maña un poco diferente y apenas vista en su época. «Se llamaba la lucha de Borito o 'Boritina' y, años más tarde, una parecida la hizo el volquete. Cuando me dicen que mi lucha se parece al volquete, siempre digo lo mismo, que es al revés, que es una variante de la lucha de Borito, con todo mi respeto. Su lucha se vio mucho en televisión y eso quedó en la mente de la gente. En mi época no había televisión».
Hubo luchadores que fueron muy complicados para Borito en sus años. «En Gran Canaria, por ejemplo, Camurrita, Orlando Sánchez y, en Tenerife, Nino Morales, el Pollo del Naranjo, Vidal Martín...».
Cuando se le pide que opine sobre cuál es el luchador más completo se rebela: «Siempre digo lo mismo y me moriré diciéndolo. No hay un luchador como el más completo. Hay varios completos con características distintas. Completo, ninguno ya que quedarían olvidados los otros. Para saber cuál es el más completo hay que tener en tu mente toda la historia de la lucha canaria y eso no va conmigo».
Incidiendo en el tema, sí detalla cuál fue el que más le impresionó: «Por su calidad y su conocimiento, en la época que yo viví la lucha, han sido Camurrita y Orlando Sánchez sin lugar a dudas».
Como luchador recuerda momentos felices y tristes: «Luchando con el Adargoma en la competición para delimitar al vencedor, hacían falta las luchadas average y, en la última luchada con el Rumbo, tuve la suerte de vencer a un número de luchadores que permitió al equipo ser campeón y me dejaron tener el trofeo varios días. Como momento triste, tengo una foto donde en una luchada logro vencer al contrario con mi lucha, pero mis pelos llegan a la arena antes y me dan por perdido».
Las principales diferencias de la lucha en su etapa a la actual así las enumera: «Hoy hay una teoría del peso excesivo, de atrincherarse, de no luchar y esperar. Me da la sensación que en los entrenamientos no existe una práctica continuada y obsesiva de las luchas o de las contras, con la finalidad que los luchadores conozcan y practiquen todo lo habido y por haber. Después, en los terreros, cada quien hará lo que le sea más favorable, pero hace falta más calzón. Gimnasia, preparación física, magnífica, pero el calzón es lo esencial».
Sobre las mañas que se ven en la actualidad, pondera: «Se va a lo seguro, a lo práctico, por lo que hay que trabajar más en los entrenos todas las mañas y las técnicas para que el deporte sea más rico».
Los consejos que daría a los que empiezan son muy sencillos: «Cuidarse la alimentación, no hacer extravagancias, utilizar la mente, ser tranquilos, y ser muy observadores».
Si fuera presidente de una de la federación, Borito implantaría una serie de medidas muy concretas: «Eliminaría al luchador con dos amonestaciones, pues hablamos de lucha no de pasividad. También establecería la lucha corrida ya que se beneficia el grande y el chico y así la lucha se enriquece. Hay que mejorar la megafonía de los terreros y poner en los marcadores el nombre del luchador. Buscaría hacer luchadas internacionales con países distintos, con devolución de visitas, no solo con Corea del Sur; pues está Italia, Alemania, África o Japón, entre otros. Estar de modo activo en una federación de modalidades autóctonas y que la modalidad vencedora pudiera ir a las olimpiadas. Imagínate la lucha como un deporte olímpico».
Para la promoción de la lucha entre los jóvenes, propone lo siguiente: «La lucha canaria, la pintura o la escultura habría que establecerla desde la EGB en un libro de enseñanza reglado y con profundidad. Si se transmite hasta la universidad, en ese trayecto, los niños se benefician con la historia, la tradición, la no violencia, etc. De todos esos receptores, algunos serán luchadores y los demás aprenderán aspectos de nuestra identidad. Hay que estimular llevando luchadores a los colegios».
En su etapa de difusor de la lucha canaria, se siente orgulloso de varios hitos internacionales: «Ir a Alemania a una exposición de diapositivas y que años más tarde un señor me reconociera porque estuvo allí. También en Cuba y Venezuela que me hayan reconoció allí mi labor. Siempre he buscado que mi deporte, mi cultura, mi tradición, mi no violencia, mi compañerismo, sea difundido en todo el mundo. He hecho lo que he podido dentro de mis modestas posibilidades, pero tengo una satisfacción inmensa con lo que hice».
Como hombre que inició el proceso para que la lucha canaria fuera BIC, abunda: «Nunca había entendido como a nadie se la había ocurrido la idea que la lucha canaria fuera un Bien de Interés Cultural, por lo que hice el escrito oportuno y los pasos que tenía que dar, pero durante tres años fue una negativa total para ello, con silencio total. Me acordé de un amigo parlamentario que tengo – José Manuel Pitti-, se lo envié, lo amplió y lo enriqueció con sus asesores y se aprobó en el Parlamento canario. Esto no es más que un paso, pero hay que llegar al máximo a nivel mundial, pero los políticos son los que saben que hay que hacer para que ese BIC llegue más arriba».
Con los años le gustaría que le recordaran como «una persona que hizo todo lo que pudo por la lucha canaria, tanto en el terrero, en la poesía, en la prosa». «Con que me reconozcan lo que hice, me conformo», añade con satisfacción.
Le queda la tristeza que un pase para asistir a las luchadas y que le corresponde y no tiene: «No ha tenido respuesta a pesar de ser propuesto por un equipo y que está establecido por ley. Tengo 90 años, 74 dedicados totalmente a la lucha canaria, e incluso para informar pues todavía colaboro con una emisora de radio. No soy ni un atrevido, ni un osado o un aventurero y por ello no me lo explico».
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