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«Hay que pensar que seguimos con vida y lo podemos contar»

VOLCÁN DE La Palma: un año de la erupción ·

El párroco de Todoque, Alberto Hernández, reconoce que en el último año las palabras han ayudado poco a los afectados. Su principal medicina: escuchar a los vecinos y apoyarlos para que sacaran fuera lo que llevaban dentro

Silvia Fernández

Silvia Fernández

Los Llanos (La Palma)

Domingo, 11 de septiembre 2022

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La iglesia de La Laguna se ha convertido en el lugar de acogida y de oración de los todoqueros después de que su parroquia fuera engullida por la lava el 26 de septiembre de 2021. Allí es donde se guarda la imagen de su patrón, San Pío, cuya fiesta se celebró a mediados de agosto y que se ha convertido en signo de identidad de Todoque. También está el Cristo en la cruz, que fue de lo poco que pudo sacarse de la iglesia del pueblo.

Aunque la lava se quedó a escasos metros de la iglesia de La Laguna, ésta pudo salvarse. Reabrió el 15 de mayo y hoy es la referencia de los todoqueros que cada domingo acuden a la misa y sienten «que siguen en Todoque». «De alguna manera es como volver a Todoque. Aquí se reencuentran todos y hay muchos recuerdos comunes», indica el párroco de Todoque, Alberto Hernández, que apunta que es «muy bonito» ver cómo llegan, se saludan y se ponen al día de sus «pequeños avances», de si hay una casa, una promesa de vivienda, un solar donde construir, o incluso si ya están edificando. «Es una alegría n ver que empieza a haber algo de esperanza e ilusión por un futuro que ya se va acercando», indica.

Hernández reconoce, por todo lo que ha hablado con los fieles de la parroquia, que hay afectados que tienen su vida «medianamente encauzada» pero hay muchos otros «que todavía no tiene respuesta ni se sabe qué va a ser de ellos».

Hernández, que también fue evacuado de Todoque y ha estado viviendo en la casa parroquial de Tazacorte, apunta que su principal papel en esta tragedia ha sido escuchar a los afectados. «En esta ocasión las palabras ayudaban poco. Aquí ha sido necesaria la medicina de la escucha que ha hecho mucha falta porque la gente tenía que sacar fuera muchas cosas», indica.

El párroco de Todoque se ha encontrado en el último año en muchas ocasiones con una misma pregunta de los afectados: ¿por qué Dios ha permitido tanto sufrimiento?. «Me la han planteado pero luego ellos mismos se responden. Vivimos en zona volcánica y podía tocarnos. Aquí hay que dejar a Dios fuera», manifiesta Hernández. Sus palabras de consuelo para los afectados es que, «todos seguimos con vida y lo podemos contar».

Reconoce un año después de la erupción que los meses han sido de «angustia, de nerviosismo e inquietud» pero reconoce que siempre fue capaz de mantener la paz interior. «Los creyentes tenemos que demostrar que lo somos no solo en momentos de bonanza sino también en situaciones difíciles y siempre traté de mantener la tranquilidad y la serenidad para poder apoyar a los afectados», dice.

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