Borrar
Vea la portada de CANARIAS7 de este viernes 5 de diciembre de 2025
Vecinos protestando por la elección del local con aforo reducido. Cober

La tarde que Las Torres amagó una revuelta: 120 minutos de tensión y un final firmando la paz a medias

Los vecinos abandonan la reunión sobre la posible expropiación de sus viviendas al producirse en una sala de aforo reducido pero la agresividad se desvanece con la alcadesa saliendo a la plaza y prometiendo que no se tirarán sus casas

David Ojeda Merino

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 11 de septiembre 2025, 18:36

Comenta

Las Torres amagó una revuelta y tras dos horas de tensión, con la alcaldesa Carolina Darias manteniendo el pulso, las aguas se calmaron. Todo obedeció a un error de cálculo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, que convocó a los vecinos que temen por la hipotética expropiación de sus viviendas a un salón en el que no todos cabían. A partir de ahí: gritos, patadas en las puertas, despliegue policial y la jefa del gobierno municipal saliendo a la plaza de la Ascensión para pedir paz megáfono en mano.

Hace meses que en Las Torres se está macerando un conflicto vecinal, uno que el Ayuntamiento no ha sabido contener. La evaluación de impacto ambiental de la modificación del plan general de la ciudad para el distrito de Ciudad Alta desliza la posibilidad de que 127 viviendas de la zona de casas terreras del barrio vayan al piso. Darias aseguró este jueves, como lo ha hecho en las semanas precedentes, que eso no va a suceder. Pero el fuego estaba ya demasiado caliente como para no quemarse.

El gobierno de la ciudad convocó este jueves a los vecinos. Estos pedían que fuera en la plaza para que todos pudieran escuchar las explicaciones de Darias y de las técnicas de Geursa, que ya les habían atendido previamente en sede municipal. Sin embargo, el equipo de Darias decidió hacerlo en un salón vecinal sin capacidad para todos aunque se dispuso de una sala anexa. La explicación: la instalación de medios técnicos para ofrecer una argumentación visual del insistente mensaje del Ayuntamiento: «Ninguna casa se verá afectada, nadie perderá su vivienda».

Pero había en marcha una revolución. Nada más comenzar la charla de Darias la mitad del salón se levantó y marchó a la plaza. Allí esperaba otro buen puñado de vecinos. Por el camino la tensión creció. Algún asesor de Alcaldía se vio en el centro de una turba indignada que le gritaba con agresividad: «Han tardado cinco meses en venir a dar explicaciones», le increpaban.

Mientras, en la sala de abajo, Darias pedía calma mientras la calle se llenaba de agentes de la Policía Local y un furgón se cruzaba en la mitad de la calle Manzanilla para que no pasaran más vehículos.

Apenas un puñado de vecinos escuchó la intervención de las técnicas, Ruth Navarro y Carolina Saavedra, que con la voz quebrada por la tensión lamentaban que el resto de vecinos no escucharan sus indicaciones: «De verdad, ninguna casa será expropiada».

Mientras eso pasaba en la sala inferior, la audiencia en la plaza mantenía el tono elevado. «Las casas de Las Torres no se tiran» fue uno de los eslóganes más repetidos de una multitud indignada de pura preocupación.

Tras la finalización de la exposición en el plano inferior, Darias, rodeada de concejales socialistas, subía hasta la plaza para dirigirse a los allí presentes. Por el camino pasó un camión del cuerpo municipal de Bomberos que tocaba la pita y daba ánimos a gritos a los vecinos soliviantados.

Y tras la tempestad, como dice el tópico, la calma. Juan Angulo, líder de los vecinos que participó activamente en el conato de revuelta, pedía respeto, silencio y que se escuchara a la alcaldesa. Esta mantuvo el mismo discurso: «La modificación del plan no contempla ninguna expropiación», señalaba, ahora a través del megáfono con el que minutos antes era increpada, y cediéndoselo a las técnicas que transmitían la misma información a una plaza todavía caliente.

El tono de la ciudadanía de Las Torres siguió siendo beligerante pero abierto al diálogo. Muchos señalaban que no se fían de la promesa de Darias y quieren que eso quede refrendado por escrito y aprobado por un pleno. Algo que desde el gobierno local, que se emplazó a nuevas reuniones, aseguran que es imposible y que tampoco es necesario.

Gritos a Mauricio Roque

Todo eso mientras muchos de esos vecinos localizaban a un culpable: Mauricio Roque, concejal de Urbanismo. A este le achacan no darles la información que sí le daban las técnicas y de usar malas formas en las reuniones con ellas. Alguno, incluso, le acusaba de que durante el debate en la plaza se reía constantemente y escondía la mirada en la pantalla de su móvil. Algunos vecinos también cargaron contra José Moya, jefe de gabinete de Darias, al que acusaron de vetar la entrada a los asesores de los vecinos e incluso de hacerlo con empujones y malas formas.

La tensión fue descendiendo y Darias se marchó con algunos besos y abrazos de la plaza.Pero esta guerra no ha terminado.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

canarias7 La tarde que Las Torres amagó una revuelta: 120 minutos de tensión y un final firmando la paz a medias