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La Guardia Civil detuvo este jueves al vecino de Mogán Juan Carmelo J.H. al entender que es el presunto autor del homicidio de Pedro Jesús Jiménez Rivero, más conocido como Pedro Ulla, la persona con discapacidad intelectual que falleció el pasado lunes por las heridas que le causaron los fuertes golpes que éste pudo haberle propinado hace un par de semanas. La persona apresada es uno de los sobrinos de la víctima. Residían en el mismo edificio de la calle La Corriente, en Los Riscos de Playa de Mogán, solo que en casas separadas.
En este nuevo escenario, el Juzgado de Instrucción número 3 de San Bartolomé de Tirajana ha transformado la diligencias que incoó en su momento por un delito de lesiones en referencia a la supuesta agresión a Ulla el pasado 14 de enero, y ha reconducido la investigación hacia un presunto delito de homicidio, tras tener conocimiento oficial de la muerte días atrás de la persona agredida.
Entre este viernes y este sábado, el presunto autor del crimen pasará a disposición de la autoridad judicial que decidirá sobre su situación personal, es decir, si sigue en libertad con cargos o bien ingresa en prisión provisional.
La detención de este joven, con numerosos antecedentes policiales y que tenía atemorizado al barrio, ha calmado los ánimos en el pueblo, que desde un primer momento puso sus ojos en él y en su agresividad para explicar lo que pudo suceder aquella madrugada de enero, cuando Pedro Ulla, muy querido y conocido en Playa de Mogán, quedó gravemente herido por un incidente que tuvo lugar dentro de esa casa.
La indignación popular había quedado latente hasta que este lunes trascendió la noticia de la muerte de Ulla, que finalmente no pudo superar las heridas que sufrió su cerebro, y provocó la convocatoria de una concentración de homenaje y protesta de sus vecinos que resultó ser muy numerosa y en la que se clamó por que hubiera justicia para Ulla.
El enfado ayudó a que los posibles testigos de lo que sucedió aquella noche perdieran el miedo y acudieran a declarar ante la Guardia Civil. Aseguran en el pueblo que aquella noche escucharon gritos y que algunos podían dar pistas de lo que realmente pasó, que Pedro no se cayó por las escaleras, como dijeron a la Guardia Civil el detenido y su madre, sino que pudo haber sido fuertemente golpeado.
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