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La zafra del tomate arranca con tres agricultores menos en el sur

La zafra del tomate arranca con tres agricultores menos en el sur

Dos agricultores a tiempo parcial y uno profesional dejan de plantar este año, lo que significan unas 2,5 hectáreas menos. La novedad de esta temporada es el uso del cultivo injertado de 100.000 matas

Jueves, 1 de enero 1970

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La zafra del tomate de exportación arranca con tres agricultores menos y con la novedad del sistema de cultivo injertado que sustituye a los semilleros tradicionales. También lo hace mirando con preocupación hacia la temporada anterior, que acabó con apenas 1.000 toneladas de tomates dedicadas a la exportación en el norte de Europa.

Los agricultores que clausuraron sus invernaderos de tomates son dos del municipio de Pájara (uno de La Pared y otro de Tarajal de Sancho); y otro de Tuineje. El de La Pared es el único agricultor profesional de los tres. El precio del agua es la razón fundamental, junto con el precio del tomate en los mercados europeos, por la que han dejado de dedicarse a este cultivo de exportación que, hasta la consolidación de la industria turística en la isla, era la principal fuente de ingresos económicos.

En total, en esta zafra 2018-2019 se cultivan 22 hectáreas (2,5 menos que la anterior) y unas 100.00 matas que se plantaron durante agosto en dos tandas y en su totalidad según el novedoso sistema de injertados. En la finca de La Quinta, en Tuineje, crecen unos 12.000 tomateros del total de esta temporada que, como el resto de los asociados a la cooperativa de tomates de Gran Tarajal, ha dejado atrás el sistema de plantación por semilleros y se ha apuntado al injertado.

«De momento, aguantando»

El nuevo sistema se puso en práctica la zafra pasada, aunque es en esta temporada cuando el cien por cien de los cultivos son injertados, lo que supone una mayor tolerancia y más rebrotaciones frente a la planta de semillero.

Los cultivos en general vienen «muy bonitos», lo único es que las altas temperaturas de estos días y el tamaño de tomate han obligado a aumentar el riego. La incidencia de virus es incluso menor que la anterior zafra por ahora.

En La Quinta, cuyo propietario cultiva tomates de exportación desde hace 30 años tomando el testigo de su padre que empezó a finales de los 50 del siglo XX, se está «de momento, aguantando después de los malos precios de la zafra pasada». Es agricultor profesional, gracias a lo que paga el metro cúbico de agua a 0.60 céntimos, rechazando el agua de desaladora propia por cara entre averías y robos.

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