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María G. Astorga
Martes, 11 de junio 2024, 06:14
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Según los datos del Servicio de Cambio Climático de Copernicus (C3S) de la Unión Europea, 2023 se convirtió en el año más caluroso desde que existen registros. Las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejaron de aumentar y la extensión máxima de hielo marino antártico fue la más baja jamás registrada. «Los fenómenos meteorológicos extremos destruyen vidas y medios de subsistencia a diario», declaró en 2023 el Secretario General de la OMM, Petteri Taalas. Sin embargo, y pese a las evidencias, existen grupos que continúan negando el cambio climático.
Las plataformas de redes sociales se han establecido como una tecnología digital capaz de manipular la información a gran velocidad y en grandes cantidades. Y, por consiguiente, son un caldo de cultivo perfecto para la transmisión de informaciones falsas. Por el alcance que tienen, se han convertido en un motor cada vez más potente para la desinformación y Youtube, en el vehículo principal para que los negacionistas hagan circular contenido desinformativo sobre el cambio climático.
Aquellos que buscan desacreditar la ciencia climática han cambiado de estrategia en los últimos años porque «como no pueden negar lo evidente, el contenido que primero negaba la existencia del cambio climático ahora niega que esté causado por el hombre para no tener que asumir las consecuencias», señala el profesor de los estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación y especialista en desinformación y redes sociales, Alexandre López Borrull.
El análisis muestra que los negacionistas del clima han pasado de la 'vieja negación' con afirmaciones como que el calentamiento global no está ocurriendo y los gases de efecto invernadero generados por el hombre no están causando el calentamiento global, a argumentos que Borrul clasifica como 'nueva generación'. Incluyen que los impactos del calentamiento global son beneficiosos e inofensivos, que las soluciones climáticas no funcionarán y que la ciencia que estudia el clima no es fiable.
Imran Ahmed
Director ejecutivo del centro para la lucha contra el odio digital (CCDH)
El derecho a la libertad de expresión, protegido por el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, incluye el derecho de «no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión». Esto quiere decir que permite la difusión de informaciones e ideas de todo tipo, incluso aquellas que puedan «conmocionar, ofender o perturbar», lo que complica la tarea de mitigar la desinformación.
La 'nueva negación', según John Cook, investigador sobre escepticismo climático, constituía un 70% de todas las afirmaciones negacionistas en la plataforma de YouTube en 2023. Una diferencia del 35% respecto a 2018.
La política de Google para los creadores de YouTube prohíbe la publicidad y la monetización de «contenido que contradiga el consenso científico establecido sobre la existencia y las causas del cambio climático». Sin embargo, la política de la plataforma solo cubre los discursos de la 'vieja negación' pero no los actuales. Esto supone que -calcula el citado estudio- YouTube gane hasta 13,4 millones de dólares al año gracias a estos canales.
La empresa de medios Blaze TV, con 1,95 millones de suscriptores en YouTube, pasó de la antigua a la nueva negación. Consta que, al menos desde 2010, lleva promoviendo mensajes negacionistas como que había habido «calentamiento cero durante más de una década», cuando, de hecho, la década del 2000 al 2010 fue la más cálida hasta ese momento, según datos de la OMM.
Otra de las cuentas que destaca la investigación es la de Jordan Peterson, psicólogo y comentarista de medios, que rara vez publicaba contenido de negación climática en su canal de YouTube. Sin embargo, a partir de 2021 se dispararon. Cuenta con 7,5 millones de suscriptores en YouTube. Sus vídeos son principalmente entrevistas con quienes se oponen al clima bajo títulos como 'La gran estafa climática', 'Matar a los pobres para salvar el planeta' o 'Las predicciones son falsas'.
La negación climática ha evolucionado y las plataformas de redes sociales no están manteniéndose al día con estas nuevas narrativas. Aunque el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC) ha reconocido esta amenaza, la evolución de los discursos negacionistas, según el informe, continúa siendo un fenómeno poco estudiado, e indican que es fundamental abordar esta brecha para cuantificar y contrarrestar el aumento de la 'nueva negación'.
Pero, ¿qué impacto consiguen estos nuevos argumentos en las redes como YouTube? Según San Cornelio, el impacto es «alto». El uso de las redes sociales por parte de los negacionistas no es casual. «Los medios de comunicación convencionales en general no les dan eco, y en las redes cabe todo. Además, los algoritmos facilitan que aparezca una cuenta tras otra, creando finalmente ese mundo de negacionistas», según Gemma San Cornelio, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e investigadora del grupo Mediaccions.
Lo que pretenden, añade López Borrull, es «crear una sensación de dos visiones enfrentadas, iguales y equidistantes para que, cuando se tenga que hablar de cambio climático, se haga con los que lo confirman, pero también con los que lo niegan». Por ello López Borrull recomienda tener «una dieta mediática plural, siguiendo el máximo de expertos, y sobre todo no fiarse de los argumentos que dé cualquier persona por el hecho de ser influencer».
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