Ni ofertas ni descuentos, estas empresas plantan cara al Black Friday
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El sector de la moda se rebela al gran día del consumo no sólo por una cuestión económica, sino también de sostenibilidadNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
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Como cada cuarto jueves del mes de noviembre, Estados Unidos celebra su Día de Acción de Gracias y la jornada posterior, es decir, el viernes llega el Black Friday que da el pistoletazo de salida a las compras navideñas. Desde hace varios ejercicios, este Viernes Negro se ha trasladado a los comercios españoles con agresivas ofertas y descuentos. En un principio, esta campaña se dirigía a los productos electrónicos, pero, al menos en España, los más demandados durante este evento son: moda; calzados y complementos; electrodomésticos; aparatos electrónicos y, por último, teléfonos móviles. Un día de ventas que también deja su huella en el planeta.
«En 2020, las emisiones anuales de CO2 de Madrid aumentaron un 1,7% el día del Black Friday por el transporte, el embalaje y la producción de los productos, seis veces más que un día normal», denuncia la ONG Greenpeace. Desde 2015, las cifras de ventas este día no han dejado de crecer, sin embargo se espera un descenso este ejercicio por el impacto de la inflación en los consumidores españoles. A pesar de ello, el 90% de los comercios electrónicos españoles realizarán alguna promoción por Black Friday, según el ‘Informe de Previsiones y Ventas de Black Friday 2022’ elaborado por Adigital y Confianza Online.
Sin embargo, un 10% le planta cara, porque «fomenta es un consumo compulsivo. Compras cosas que realmente no necesitas, simplemente porque tiene una bajada de precio», denuncia Nerea Alonso, responsable de comunicación de Sepiia. «Antes tenía sentido, ya que servía para sacar el stock y evitar prendas que no has vendido. Pero es que a día de hoy se ha vuelto realmente un sinsentido», comenta la portavoz de esta firma de moda española.
Nerea Alonso
portavoz de Sepiia
Entre las razones para rechazar el Black Friday van desde las económicas a las medioambientales: «Nada tiene que ver con el mundo de la pesca y vemos como peligrosamente hay algunas empresas ya que están intentando aplicar o aplicando y descuentos en el pescado y el marisco», explica Milucho Louro, portavoz de Fresco y del Mar, una empresa gallega de comercio electrónico. «Ese día como los pescadores saben que van a ingresar menos tienen que pescar más para compensar las pérdidas de ese día», responde. «Se sobreexplotan los recursos y en realidad se convierte en un verdadero viernes negro».
Una iniciativa que, realmente, les lleva a ‘negro’, porque, desde hace tres años, el Black Friday para ellos supone cero ingresos. «Ese día cerramos nuestra web y no se puede comprar», advierte Louro. «Aunque esas pérdidas las recuperamos de lunes a jueves, porque la gente compra más y, además, lo hace también con un motivo solidario», apostilla.
Pepe Martín
fundador de Minimalism
Durante estos días, este ecommerce gallego destina el 10% de las ventas a Cáritas, «el dinero sale de nuestros bolsillos», responde Louro. «No es una campaña contra el Black Friday es hacer cosas con propósito», comenta. Y la finalidad se cumple: «cada año aumentan las ventas estos días y es más solidaria».
A pesar de ser un evento nativamente tecnológico, tanto por su canal de venta como por los productos que originariamente se ofertaban, a medida que han pasado los años los descuentos y compras han ido avanzando por otros sectores. De hecho, el sector de la moda es el más beneficiado en cuanto a ventas en el Black Friday, ya que uno de cada dos productos adquiridos en este evento es ropa. Aunque, cada vez la oposición a estas campañas es mayor. «No es posicionarse en contra del consumo, sino es posicionarse a favor de una compra consciente. Es decir, que la gente sea muy consciente de lo que está comprando, que analice si realmente lo necesita y si lo necesita pues lo compre», relata Pepe Martín, fundador de la marca de ropa Minimalism.
Milucho louro
portavoz de Fresco y del Mar
En su página web, este viernes no se encuentra ninguna oferta ni descuento, «pero es que tampoco lo hay en otros momentos como puede ser Navidad», responde Martín. «La única forma de ahorrar es comprando por packs y tiene un sentido, porque así ahorramos también en emisiones», advierte. «Es nuestra filosofía».
En su ‘tienda’ se encuentran «precios justos, siempre», así presentan su página web estos días. «Preferimos ofrecer un precio justo todo el año», advierte su fundador. Una filosofía adoptada hace tres años y que «cada vez conciencia a más gente», añade.
La justicia también se encuentra en el origen de la oposición al Black Friday de Mutitaa. «Por un consumo responsable y con propósito, frente al consumo impulsivo ante los grandes descuentos este Black Friday venderemos 10€ más caros nuestros productos», avisa esta firma de moda en su página web. «Subimos el precio para dar valor al trabajo que hacen los trabajadores, rebajarlo es quitarle valor», destaca Juan Sobrini, cofundador de Mutitaa.
Las prendas de esta firma se hacen desde Camboya en Battambang, «donde trabajamos con gente con discapacidad, esta iniciativa nació con esa mentalidad», apunta. «Cuantos más ingresos logremos, más dinero para este proyecto y para otros proyectos sociales. Esta es nuestra idea, dar más oportunidades a más personas que lo están pasando mal ahora mismo».
Juan Sobrini
cofundador de Mutitaa
Además de la oposición al Black Friday, estas tres compañías de moda (Sepiia, Minimalism y Mutitaa) son el polo opuesto de la moda rápida o fast fashion en inglés. Según datos de la ONU, solo para producir unos vaqueros se necesitan 7.500 litros de agua, el equivalente al agua que una persona bebe durante siete años. El consumo de agua de la moda rápida es de casi 8 millones de metros cúbicos anuales y es responsable del 20 % de la contaminación industrial de agua. «Se está produciendo de más», señala la portavoz de Sepiia, «y no es sostenible, lo que sí es sostenible es que una camiseta te dure varios lavados y no pierda calidad», añade.
La huella ecológica del Black Friday es patente, «el uso actual de los recursos naturales es de media 1,7 veces más rápido de los que los ecosistemas se puede regenerar. «España consume al año 2,5 planetas», asegura Greenpeace. «Tenemos que hacer un ejercicio de transparencia», comenta Martín. «Nuestras etiquetas desglosan el precio de nuestras prendas y el coste de que alguien te lo lleve a casa», responde.
Los nuevos hábitos de consumo han cambiado. Ahora se compra más online y también se devuelven más productos y esto también tiene un coste, especialmente ambiental. En Estados Unidos ya han medido que en un año se emitieron 15 millones de toneladas de CO2 solo por las devoluciones, «igual que tres millones de coches rodando durante todo un año» revela Greenpeace.
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