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Imagen inédita de las estaciones de esquí de Los Alpes suizos el pasado diciembre. Efe
La disminución de la nieve de los Alpes, sin precedente en seis siglos

La disminución de la nieve de los Alpes, sin precedente en seis siglos

Un estudio mide el impacto del cambio climático en la cumbre europeas e insta a replantear el modelo socioeconómico; 200 esquiadores piden a la Federación Internacional de Esquí acción frente a la crisis climática

Martes, 21 de febrero 2023

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Las nieves de cumbres europeas tan emblemáticas como la de los Alpes no parece que vayan a ser perpetuas. El cambio climático está cambiando lentamente su icónico paisaje invernal y las instantáneas que marcaron la pasada Navidad en las estaciones de esquí, donde afloraba el verdor de las montañas por falta de nieve, serán cada vez menos excepcionales. Ahora, un equipo de científicos ha medido exactamente cuánta nieve ha perdido esta cordillera a lo largo de los siglos con un resultado sorprendente: la disminución del manto blanco registrada no conoce precedente en seis siglos.

Para su investigación, los expertos de la universidad italiana de Pavoda, en colaboración con los de la universidad danesa de Aarhus, manejaban cifras sobre esta merma en los últimos 50 años. De media, se ha perdido un 5,6% de la capa de nieve cada década. Pero han querido ir más allá de las mediciones recientes para conocer la profundidad de la alteración climática a la que asistimos.

Para ello, han analizado los anillos de un arbusto (el enebro postrado) que crece a gran altura en montañas y bajo la nieve, en combinación con otros parámetros meteorológicos objetivos. Se da la circunstancia de que la tradición de medición del clima en Los Alpes data del siglo XVIII, lo que hace que los registros sean muy ricos. Ambas técnicas combinadas han revelado, no ya el citado factor cuantitativo, sino otro cualitativo de mayor calado. Esto es, cómo ha cambiado la época de la nieve en estas cumbres a lo largo de la historia.

Así han podido saber -recoge el estudio- que «la duración de la capa de nieve actual es 36 días más corta que la media a largo plazo, una disminución sin precedentes en los últimos seis siglos». Los datos, además de llamativos, son únicos en su especie, ya que no hay otros trabajos realizados con horquillas de siglos.

A priori, podría pensarse que las precipitaciones y su variabilidad están detrás de estos cambios en la capa de nieve, pero el trabajo demuestra con el cruce de los datos que «la reducción reciente de la duración de la capa de nieve está principalmente relacionada con el calentamiento ocurrido en el último siglo», versa el trabajo publicado en Nature.

Incluso inviernos «extremos» con abundantes precipitaciones y acumulación de nieve no fueron seguidos de una capa «excepcional de larga duración porque las temperaturas actuales más cálidas siempre inducen a un derretimiento más rápido».

Con este resultado, los investigadores llaman la atención sobre dos aspectos: las implicaciones ecológicas a largo plazo y «la necesidad urgente de desarrollar estrategias de adaptación para algunos de los sectores ambientales y socioeconómicos» de la región.

Las 'torres de agua' del mundo

Sobre la primera advertencia, los investigadores recuerdan que la nieve actúa como un depósito de almacenamiento de agua superficial. «Miles de millones de personas en todo el mundo dependen de estos recursos y las cordilleras son hoy en día reconocidas como las 'torres de agua del mundo', proporcionando, con los glaciares y el deshielo, un suministro sustancial de agua a las zonas río abajo durante las estaciones secas y cálidas», detallan.

En el caso de Los Alpes, es la cadena montañosa proveedora de agua más importante de Europa. Los ríos Danubio, Rin, Ródano y Po son las principales cuencas hidrográficas afectadas y sensibles a posibles alteraciones. Con un cambio climático en marcha, los expertos creen que el impacto será en cascada desde las cumbres hasta las cuencas de los ríos, con lo que la sombra de la escasez de agua empaña el futuro de estas regiones ahora fértiles.

Este estudio ha sido publicado unas semanas después de que las estaciones de esquí de Los Alpes hayan pasado una temporada navideña excepcional, sin apenas nieve, con las consecuencias que ello tiene para la economía de la región. De ahí que el citado trabajo tenga, entre otros objetivos, demostrar con base científica la necesidad de adaptarse a los cambios que implican la crisis climática y poner al servicio de otras universidades y regiones el modelo de medición creado para el caso de Los Alpes.

Los deportes de nieve, tocados de lleno

Junto al sector del ocio, el del deporte es uno de los más afectados por esta escasez de nieve, que también ha sido constatada por otros estudios en otros puntos del globo, Estados Unidos entre otros.

Ante esta realidad, un grupo de deportistas ha enviado una carta a la Federación Internacional de Esquí para pedir «mayor acción» frente a una crisis climática que está tocando de lleno su actividad.

«Con la cancelación de las competiciones por fenómenos meteorológicos extremos o la falta de nieve, las pistas de entrenamiento de pretemporada se vuelven menos disponibles y aumentan las tasas de lesiones debido a la mala calidad o la ausencia de nieve natural en los lugares de competición», reclaman a través de la asociación Protect Our Winter (POW), mientras recuerdan que hay estudios que alertan de que todas menos una (Saporo, Japón) de las ciudades anfitrionas de las competiciones serán demasiado cálidas y secas para albergar unos Juegos de Inverno seguros y justos si continuamos en la senda actual de las emisiones de CO2.

Por otro lado, los doscientos deportistas firmantes se declaran sensibles a la opinión pública, en la que crece la corriente de que crear nieve artificial, con su coste medioambiental asociado, resulta «injustificable». Esto, alerta, también afecta a la industria.

El esquiador promotor de la campaña, Julian Schütter, declaró que esquiar es tan «divertido» para él, que le gustaría seguir haciéndolo dentro de 40 años. Pero, «desafortunadamente» el cambio climático se lo impedirá. Con la carta y la campaña pretende inspirar a otros a usar la influencia en su entorno para tomar acción.

Entre otras medidas, los firmantes piden a la Federación una estrategia de sostenibilidad que reduzca las emisiones al 50% en 2030 y la creación de un departamento que ponga este concepto en el centro de las actuaciones llevadas a cabo por el organismo.

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