¿Qué es la COP15? La cumbre para frenar la pérdida masiva de especies
ODS 15 | vida de ecosistemas terrestres ·
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ODS 15 | vida de ecosistemas terrestres ·
La Conferencia sobre Biodiversidad llega a Montreal tras ser pospuesta en varias ocasiones por la Covid-19Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
Apenas han pasado 16 días desde que los focos de la COP27 en Sharm el-Sheij (Egipto) se apagaran para que una nueva COP, en este caso la número 15, eche a andar en Montreal (Canadá), pero con la biodiversidad en el centro del debate. La atención mediática mundial y también política la aglutinan las famosas cumbres del clima, sin embargo, cada vez más, estas reuniones internacionales sobre biodiversidad adquieren protagonismo después de que en 2019 el Panel Intergubernamental de Diversidad Biológica (IPBES), un panel hermano al IPCC, diera cifras: hasta un millón de especies corren peligro de desaparecer y el 75% de la superficie terrestre y el 66% de la oceánica ya están alteradas por las actividades humanas.
Ambas cumbres, la del clima y la de biodiversidad, comparten números alarmantes y mensajes de acción: «El tiempo se está agotando, necesitamos actuar ahora», advertía en la sesión inaugural el ministro de Medioambiente de Canadá, Steven Guilbeault. Frente a él 196 delegaciones que buscarán el 19 de diciembre alcanzar un acuerdo para proteger especies, mares, océanos y humedales. Aunque, «van a ser dos semanas llenas de obstáculos», alertaba.
Steven Guilbeault
ministro de Medioambiente de Canadá
«Se trata de una cita crucial y lleva sin celebrarse de forma presencial dos años debido a la crisis mundial de la Covid-19», alerta la oenegé Greenpeace. Encuentro que tenía fijado su inicio en primavera de 2020 en la ciudad china de Kunming. Varios retrasos que finalmente han acabado con esta reunión, donde España está representada por el secretario de estado de Medioambiente -Hugo Morán-, en Montreal, aunque, China mantiene la presidencia de la cumbre y deberá buscar liderar las negociaciones e impulsar un acuerdo sobre biodiversidad.
Las 196 partes y Naciones Unidas llegan a Canadá con una larga lista de tareas por realizar y objetivos incumplidos. Hace más de una década, tras la COP10 de Nagoya (Japón), nacieron los llamados Objetivos de Aichi, 20 metas para «asegurar que, para 2020, los ecosistemas sean resilientes y sigan suministrando servicios esenciales, asegurando de este modo la variedad de la vida del planeta y contribuyendo al bienestar humano y a la erradicación de la pobreza».
Esa era la declaración de intenciones firmada en 2010, doce años después «no se ha cumplido ninguna meta» coinciden varias organizaciones ecologistas. «El fracaso se debió a la falta de planes para alcanzar las metas establecidas y de un verdadero sistema de seguimiento. Por eso no debemos dejar que vuelva a ocurrir», señala Juan Carlos Atienza, responsable de gobernanza ambiental de SEO/BirdLife.
Inger Andersen
directora ejecutiva del PNUMA
Con los objetivos ya caducados, la Convención de la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés) busca alcanzar 23 acuerdos que abordan desde pesticidas y contaminación acústica hasta divulgaciones corporativas sobre el uso de recursos naturales.
Una de las metas más ambiciosas es que el 30% de los ecosistemas del planeta deberían estar protegidos para 2030, además, se tratará la fijación de un nuevo objetivo de restauración de áreas degradadas. «Necesitamos ver un Marco Global de Biodiversidad posterior a 2020 ambicioso y efectivo, con objetivos y puntos de referencia claros», afirmó Inger Andersen, directora ejecutiva del PNUMA, en la apertura de la cumbre.
Como ocurre con las cumbres del clima, el país que ostenta la presidencia es el encargado de liderar los temas de debate y la búsqueda de acuerdos finales. Un papel que, como ocurrió recientemente en Egipto, puede presionar más o menos para lograr un consenso satisfactorio para todas las partes.
Mónica Parrilla
responsable de la campaña de bosques de Greenpeace España
Aunque Canadá hospeda esta COP15, China es quien lleva la batuta de las negociaciones. El gigante asiático está en el punto de mira por acumular el 24% mundial de deforestación tropical por delante de la Unión Europea (16%) y Estados Unidos (7%). «Cuando hablamos de proteger la biodiversidad estamos hablando de la salud del planeta, de nuestra propia supervivencia. Mantener los ciclos vitales, estructura, funciones y procesos tan vitales como la purificación del agua y aire, la polinización natural, la mitigación de los eventos climáticos extremos, la prevención de pandemias», explica Mónica Parrilla, responsable de la campaña de bosques de Greenpeace España.
La financiación es un tema capital en las cumbres del clima y, de hecho, también lo es para las centradas en biodiversidad. Según datos de varios institutos de conservación de naturaleza, actualmente, existe una brecha de financiación de al menos 711.000 millones de dólares por año.
Como parte de las conversaciones, los países discutirán formas de recaudar dinero y redirigir fondos hacia objetivos de conservación. Estos podrían incluir repensar los subsidios para las industrias que contaminan o dañan la naturaleza de otra manera. Uno de los borradores previos apuntan a la negociación de un recorte de subsidios dañinos en al menos 500.000 millones anuales. Además, también prevé aumentar el financiamiento del sector público y privado a por lo menos 200.000 millones por año.
Los grupos ambientalistas argumentan que las naciones ricas deberían proporcionar al menos 60.000 millones por año para ayudar a los países en desarrollo a cumplir con sus objetivos de naturaleza.
A las puertas del inicio de la COP15, la Unión Europea ha decidido plantar cara a la deforestación mundial con una nueva normativa única en todo el planeta. Este martes, los 27 estados miembros han dado el visto bueno a la iniciativa comunitaria que cerrará el espacio europeo a productos como el café, madera, soja y carne que contribuyan a la deforestación o a la degradación de los bosques.
Los productos incluidos en esta nueva regulación europea son el aceite de palma, el cacao, el café, el caucho, el ganado, la madera y la soja, así como sus derivados, entre otros, carne de vacuno, productos de cuero o de papel impreso, muebles, cosméticos o chocolate. Esta lista se irá revisando y actualizando, teniendo en cuenta nuevos datos, como los cambios en los patrones de deforestación.
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