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Hay rupturas de muchos tipos, posiblemente tantas como parejas. Y la cosa puede ir suave. Si los dos se llevan bien y queda el cariño, quizá no haga falta borrar de nuestras redes sociales las fotos de otros tiempos más boyantes, sobre todo si la nueva pareja no es muy picajosa. Pero cuando la separación ha ido mal, especialmente para el más perjudicado puede ser necesario acometer algunos cambios para sobrellevar el desastre emocional que nos acompañará durante un tiempo.
«Si no has sido tú la que ha cortado, el duelo puede llegar a los dos años –explica la psicóloga de Granada Zoraida Rodríguez–. Aunque si has estado casado mil años y llegas a una ruptura amistosa, igual no quieres borrar a la persona a la que has querido, pues es parte de tu vida». Considera que en este caso hay dos aspectos a tener en cuenta: «porque una cosa es no querer saber las novedades de tu ex ni tener contacto con él o ella, y otra que, efectivamente, termines borrando de tu perfil todas las fotos con esa persona que también es parte de tu vida. Las referencias que nos asaltan a diario, sus historias de WhatsApp, sus novedades en Facebook o Instagram, te pueden generar dolor, pero procesar el duelo implica también aceptar que ya no está en tu vida».
Zoraida Rodríguez
Psicóloga
¿Y si las cosas han ido mal o muy mal? Hay que ponerse en la situación de estar recibiendo cada día noticias de cuando el o la ex sale de fiesta, fotos con otras personas, o incluso situaciones que pueden llevar a imaginar equivocadamente que te está mandando un mensaje en clave y que quiere volver. «Una de las estrategias o recomendaciones que damos en consulta –desvela la psicóloga– es el contacto cero, y para el contacto cero tienes que hacer esa estrategia de higienización, porque al final cuando tú vas viendo la historia de esta persona en las redes sociales, de alguna manera sigues en contacto con ella, y cuando necesitas superar una ruptura debes dejar de tener esas conexiones de apego, necesitas dejar de estimular las neuronas del apego. Dicen que cuando alguien muere, esas neuronas que ha creado la conexión vital con esa persona, ese apego, necesitan dos años para desaparecer. Por supuesto, te seguirás acordando del que se fue, pero no hay una conexión tan fuerte. Y entrar en su red social o que aparezca en las tuyas sería una forma de estimular esas neuronas para seguir unida emocionalmente a esa persona». Añade que si después de dos años no has superado el duelo, se vuelve patológico.
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¿Cómo se logra el 'apego cero? La experta señala que, cuando les llega alguien que tiene problemas de este tipo con una ruptura, le dan una especie de manual para eliminar todo tipo de contacto. «Eso implica bloquear el WhatsApp, quitarse de sus redes sociales, eliminar el e-mail e incluso, si fuera necesario, borrar el teléfono. Pero tampoco seguir hablando con sus amigos, para suprimir así completamente cualquier tipo de contacto. Y no pasar por debajo de su casa a ver si le encuentro, que lo único que provoca es revivir todo el dolor y la necesidad, porque cuando quiero hacer eso es porque realmente hay una dependencia emocional».
Hay una experta en redes sociales llamada Ilana Gershon que en su libro 'The Breakup 2.0' (La ruptura 2.0) recomienda «dejar de seguir en Facebook, Twitter e Instagram a la otra persona, aunque parezca duro cortar la relación con alguien de forma tan extrema. Es mejor a largo plazo porque te ayudará a evitar la tentación de 'stalkearle' (una especie de acoso cibernético). Es más, si tienes muchos amigos suyos en tus redes sociales, podría merecer la pena borrarles a ellos también. Aunque sea durante un tiempo».
Aunque puede que necesitemos no solo 'higienizar las redes sociales, sino también las cosas físicas, la camiseta que me regaló, aquel cuadro, las fotos que tengo en casa, ese disco... «Efectivamente –prosigue Zoraida Rodríguez–, hay que romper todo vínculo con esa persona, porque cuando yo escucho esa canción es otra manera de estar conectando con ella. Incluso las 'rumiaciones', el seguir pensando continuamente en lo que hice o lo que podíamos haber hecho, estimula esas neuronas del apego y sigo conectada a esa persona. Si no dejo esa conexión, no puedo pasar página».
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