«Es un tema económico»: el lamento del empresario
El funeral organizado por las hijas de Ángel Ferrera puso en evidencia ante la sociedad la fractura familiar existente
Francisco Suárez Álamo y Francisco José Fajardo
Las Palmas de Gran Canaria
Viernes, 2 de septiembre 2022, 19:01
Ángel Ferrera Martínez, nacido en Asturias hace 79 años y que hizo su vida profesional en Gran Canaria, se casó en primeras nupcias con Margarita Alonso, con quien tuvo tres hijas: Silvia, Sonia y Marta.
En 2007 falleció Margarita Alonso. El empresario se casó en segundas nupcias con María Tavío, que lo acompañó hasta el final y se encontraba a su lado cuando él murió.
La relación de las hijas con María Tavío nunca fue buena, todo lo contrario de la del resto de la familia Ferrera Martínez. De hecho, en el segundo funeral por el empresario Pilar, hermana pequeña del que fuera dirigente patronal, estuvo sentada al lado de la viuda y leyó unas emotivas palabras en las que puso en valor el cariño y los cuidados de la viuda hacia Ferrera.
En marzo de este año tuvo lugar en el domicilio familiar un episodio que marcó un hito en la quiebra de la relación entre las hijas, Ferrera y su segunda esposa. Agentes policiales se personaron en la vivienda ante una denuncia por un supuesto episodio de violencia familiar denunciado por las hijas. El propio Ferrera rebatió esas sospechas ante los agentes y en el consiguiente procedimiento judicial.
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Fue ese contexto en el que el expresidente de la Cámara de Comercio comentó con personas de su entorno que la disputa era «por un tema de dinero» y que las hijas actuaban movidas por intereses patrimoniales.
En los últimos meses, cuando ya era consciente de que su vida se apagaba, el empresario se lamentaba ante sus allegados de que sus hijas no iban a verle y que lo mismo le sucedía con la siguiente generación familiar. Por su parte, desde el entorno de las hijas se sostiene que era la viuda quien no les dejaba ver al empresario.
Además de paralizar la incineración, las hijas organizaron un funeral que puso en evidencia ante la sociedad grancanaria la fractura familiar: en la esquela que encargaron en la prensa solo aparecía como viuda Margarita Alonso y en la homilía en la misa celebrada en la parroquia de Santa Catalina (Los Salesianos), el sacerdote solo mencionó a la primera esposa.
A través de mensajes de WhatsApp con envíos masivos, las hijas se encargaron de dar su versión sobre la paralización de la incineración, reconociendo que era por decisión judicial y en el marco de denuncias previas. En esos procedimientos apuntaban hacia la viuda como supuesta responsable de un envenenamiento que la autopsia ha descartado.
Días después, la viuda y sus allegados organizaron un segundo funeral en la Catedral de Las Palmas. El mismo fue oficiado por el obispo auxiliar, Cristóbal Déniz, que en su homilía contó su experiencia en el apoyo religioso al empresario en sus últimos momentos y su deseo de «paz».