Manuel, «un buen chico» que deja un grato recuerdo en el barrio

Antonio García es vecino, «zaguán con zaguán», de la familia de Manuel, el biólogo grancanario que iba a bordo del barco y que desapareció en el naufragio en aguas canadienses.

«Lo hemos visto crecer», asegura. Conoce los detalles por los medios de comunicación y solo espera que pronto se sepa algo más, porque «debe ser muy duro para la familia».

A los padres y a Manuel «los conozco de toda la vida», pero desde la noticia del naufragio aún no los ha visto. «Parece que ya venían para acá dentro de poco», lamenta, es «una pena esto que está ocurriendo».

Ahora «solo toca esperar a ver», aunque tal y como describen el lugar, «no pinta bien», expresa, con la tímida esperanza de que haya buenas noticias.

«Es un buen chico y nos llevamos bien como vecinos», afirma. Los clientes del bar que regenta la familia en Lomo Apolinario evitan hablar, «por respeto a la familia», a la que prevén «destrozada».