Así es el plan de Interior para confinar Madrid

La razón de este aparente sinsentido es que las fuerzas de seguridad, y así lo hicieron saber en su momento a los responsables del Gobierno, lo tienen «bastante sencillo» para garantizar el encierro del grueso de los confinados (los casi 3,3 millones de personas que viven en la capital de España ) gracias a que gran parte de los límites del municipio coinciden con los 62 km de la autovía de circunvalación M-40, con lo que –explican responsables policiales– basta con apostar a agentes en los cerca de 80 puntos (salidas y entradas a esta vía o carreteras que la atraviesan) para poder controlar la capital de España.

Estas mismas fuentes, además, recuerdan que las fuerzas de seguridad ya tienen experiencia en un operativo muy parecido, el que se puso en marcha en marzo durante los días más duros de confinamiento para impedir el movimiento de cualquier trabajador no esencial. Este tipo de 'operación jaula' –explican desde Interior– es mucho más simple que los controles que hasta ahora se venían realizando para controlar los movimientos entre ZBS, que en muchas ocasiones tenían sus límites en la acera de enfrente.

La desaparición de las zonas básicas sanitarias como unidad de confinamiento también se aplica a los otros nueve grandes nueve municipios en cuarentena desde el sábado (Alcalá de Henares, Alcobendas, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Leganés, Móstoles, Parla y Torrejón de Ardoz), lo que también hará más sencillo el control de los más de 1,8 de vecinos que serán encerrados en esos municipios.

El hecho de que se vayan a perimetrar esas diez ciudades –admiten desde la Guardia Civil– va a dar un papel relevante al instituto armado, que es el que tiene competencias a partir de los límites municipales. Además, la Policía Nacional, al tratarse todas de ciudades de más de 50.000 habitantes, también estará desplegada, lo que hará que el Ministerio del Interior pueda controlar mucho más de cerca el cumplimiento de las cuarentenas de lo que venía haciendo con las ZBS que eran supervisadas por las policías locales.

Los técnicos del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska trabajaban todavía este jueves en cerrar los detalles del operativo de control de estos confinamientos, según explicaron a este periódico algunos de los responsables del mismo, quienes adelantaron que serán «varios miles» los funcionarios de policía y guardia civil dedicados a garantizar las cuarentenas.

Habrá controles en los perímetros pero también en el interior de las diez ciudades confinadas. La Policía Nacional tiene ya planes para reforzar las patrullas en los nudos de comunicación de estas urbes, tanto en las estaciones de trenes (singularmente Atocha y Chamartín), en Barajas, en las estaciones de autobuses o en los intercambiadores para comprobar que las personas que entran y salen de las áreas en cuarentena tienen motivos de «fuerza mayor» para moverse, tales como trabajo, estudios, gestiones legales o cuidado de dependientes.

En Interior esperan que el grueso de estos controles, sobre todo entre semana, recaiga en las policías locales, sabedores que de lunes a viernes la inmensa mayoría de los usuarios de transporte interurbano son trabajadores y estudiantes con razones justificadas para desplazarse.

Así las cosas, el gran reto inminente de las fuerzas de seguridad es, sobre todo, frenar el posible éxodo vacacional de confinados hacia fuera de la Comunidad de Madrid a partir del viernes 9 de octubre para el puente del Pilar si para entonces, como es previsible, continúa el 'lockdown'.