El Gobierno canario invierte 7,8 millones en las vacunas más básicas

«Las vacunas incluidas en este convenio marco forman parte de las esenciales», señala el jefe de Servicio de Epidemiología y Prevención del Gobierno de Canarias, Amós García Rojas.

En concreto, en este primer paquete se comprarán 250.000 dosis de diferentes tipos de vacunas para combatir la hepatitis B, difteria, tétanos, tosferina acelular, poliomelitis, varicela, sarampión, rubeola, paroditis, meningococo, neumococo y rotavirus.

Aparte de estas vacunas, la comunidad canaria adquirirá otras fuera de este convenio marco como los sueros contra el herpes zóster, el virus del papiloma humano, la vacuna de la gripe o el anticuerpo monoclonal que previene el virus respiratorio sincitial en los bebés, explicó García Rojas.

A priori, el calendario vacunal de este año presenta pocas novedades si bien el epidemiólogo apuntó que se está planteando adelantar a los doce meses la vacunación contra los meningococos ACWY (tetravalente), aunque esa posibilidad aún está pendiente de aprobación.

Por otro lado, el Gobierno de Canarias estudia aplicar alguna variación al calendario vacunal, un aspecto sobre el que el epidemiólogo evitó pronunciarse.

En el año 2022, el 93,3% de los niños canarios a los que les correspondía vacunarse recibieron la protección hexavalente contra la polio, difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B y haemophilus influenza. Esto supone un 6,1% menos que en el año 2020, cuando se vacunó contra estas enfermedades el 99,4% de la población diana.

Otra vacuna fundamental, la denominada 'Sarupa', que protege contra sarampión, rubeola y parotiditis, obtuvo una cobertura del 92,1%, según el último informe emitido por la Consejería de Sanidad sobre la actividad desarrollada en 2022. Esta cifra también está por debajo de los niveles de vacunación obtenidos dos años antes, cuando se llegó a vacunar al 95,9% de la población diana.

También ha descendido la protección antineumocócica conjugada, que en 2020 cubría al 99,5% de la población diana y dos años más tardes se reducía al 93,3%.