Secciones
Servicios
Destacamos
Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
La resistencia a los antibióticos ya constituye un grave problema de salud pública. En Europa, por ejemplo, se calcula que unas 35.000 personas al año fallecen a causa de las resistencias antimicrobianas desarrolladas por el uso inapropiado de este tipo de medicamentos y se estima que en 2050 las multirresistencias sean la principal causa de muerte en el continente.
Además, los antibióticos ya están en todas partes. Investigadores de la ULPGC detectaron su presencia en los calderones de Canarias, un bioindicador de la contaminación marina que alerta del riesgo que supone su paso a la cadena trófica.
En España, la dispensación de un antibiótico está sujeta a prescripción médica. «Es imposible conseguir un antibiótico sin receta», recuerda Isidoro Souto, presidente de la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac) en Canarias, que estos días celebra su XI Congreso Nacional en la capital grancanaria. Desde este jueves y hasta el sábado, 600 profesionales abordarán un amplio ramillete de asuntos, incluido el aumento de la resistencia antimicrobiana.
¿Qué hacer entonces para evitar su mal uso? La única fórmula para conseguirlo, dice Souto, es informar a los pacientes para que conozcan el riesgo que supone no terminar un tratamiento o guardar antibióticos sobrantes para automedicarse en futuras ocasiones. «No podemos hacer una mera dispensación. Tenemos que comentarle al paciente que, si el medicamento no es bien tolerado –en muchos casos produce molestias gástricas–, tiene que cumplir con el tratamiento y no dejarlo a la mitad», comenta sobre el papel de estos profesionales.
Desde los despachos de farmacia, dice Souto, hay que advertir a los pacientes que si un tratamiento se prolonga unos días más, no llegando a consumir del todo un segundo envase, el sobrante no debe almacenarse en casa sino llevarlo a la farmacia para desecharlos de modo seguro. Con ello, se evita la automedicación.
Y es que, según Souto, la educación es el arma para combatir esta mala práctica. Por este motivo, la Sefac desarrolla en los centros de Educación Secundaria 'ConoceMe', un programa dirigido a la adolescencia y la juventud canaria. «Se trata de concienciar a los jóvenes sobre lo que es un antibiótico, de su buen uso y cómo se debe reciclar», señala Souto sobre una iniciativa que destaca el papel educacional del farmacéutico.
«En lo que llevamos de año, alrededor de 200 chicos y chicas han participado en el programa. Hemso firmado un convenio con los Colegios Oficiales de Farmacéuticos del archipiélago y la idea es extender el programa más allá de este curso», anuncia el farmacéutico.
Por otra parte, la lucha contra la resistencia a los antibióticos también se libra a través del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos, una estrategia coordinada por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios junto a más de 70 sociedades científicas, organizaciones colegiales, asociaciones profesionales y universidades, y alrededor de 300 colaboradores expertos. «A nivel de la comunidad autónoma Canarias, dentro del plan, se nos convoca tanto a los dos colegios de farmacéuticos de Canarias como a las sociedades i implicadas y a las farmacias hospitalarias», comenta Souto sobre esta iniciativa que coordina la formación de los profesionales sanitarios y la comunicación a la población general.
Otros temas a tratar en las 50 sesiones científicas previstas serán el abordaje del trastorno depresivo leve o el papel de la inteligencia artificial en las farmacias. También habrá doce talleres. En uno de ellos, el farmacéutico y propietario del restaurante Bevir, Rogelio Tenorio, y la experta en nutrición nutrición Ana Rodríguez instruirán a los participantes en cómo sacar el máximo sabor a los platos más saludables.
En su congreso nacional, los farmacéuticos comunitarios han salido a la calle al encuentro de la ciudadanía.
A los pies de la escultura de Alfredo Kraus, una carpa exhibe los servicios que prestan a diario en los despachos de farmacia; desde orientar al público sobre el buen uso y conservación de los medicamentos, a identificar nuestro fototipo para ajustar la protección solar a las necesidades de nuestra piel, pasando por enseñar el correcto manejo de un inhalador o invitar a ciertas personas participar en un cribado de diabetes, explica la farmacéutica tinerfeña María José Sanz.
La carpa, dice, tiene una doble función; educar a la ciudadanía sobre aspectos de la salud y dar a conocer la labor de estos profesionales sanitarios.
Noticias relacionadas
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.