Borrar
Rikiya y Ayumi Kataoka. Instagram
La luna de miel más extraña

La luna de miel más extraña

Una pareja de recién casados japoneses se queda varada en el archipiélago africano de Cabo Verde por la covid y acaban convertidos en embajadores olímpicos del país

Miércoles, 30 de septiembre 2020, 23:21

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La idea era maravillosa y, para qué negarlo, daba mucha envidia. Visitar una veintena de países de África y Europa antes de volver a casa, a Japón. Una luna de miel larguísima para recorrer una parte del planeta. Esa era la hoja de ruta de Rikiya y Ayumi Kataoka. Todo iba bien. La pareja visitó el desierto de Namibia, las cataratas Victoria, se adentró en Zimbabue y recorrió los lugares más interesantes de Sudáfrica y Senegal. Todo, inmortalizado en fotografías a través de las redes sociales –sobre todo Instagram–.

Sitios espectaculares, miradas cómplices y mucha felicidad. Pero el viaje se torció en Cabo Verde. Allí les pilló el inicio de la pandemia y ahí se han tenido que quedar. No había vuelos para volver a Japón. No obstante, tampoco podían entrar por las medidas de confinamiento tomadas por su Gobierno. La vía de dar el salto a Europa también se había clausurado. Los vuelos entre la capital, Praia, y Portugal, del que se independizó Cabo Verde en 1975, que eran casi diarios, se habían quedado en tierra.

Vistas las opciones, los Kataoka se quedaron en Sal, una de las islas del país. Transcurrieron los primeros días tranquilos, esperanzados de que se rompiera el confinamiento. Pero pasaron las semanas y no cambiaba nada. Y, claro, el dinero empezó a escasear y debían buscarse algún trabajo para pagarse la comida y el alojamiento. Rikiya y Ayumi pensaron varias opciones y se decantaron por lo que mejor sabían hacer: fotografía y vídeos. Así que empezaron a documentar la riqueza del país e hicieron tratos con hoteles y 'resorts': vídeos con las bondades de estos establecimientos a cambio de alojamiento y comida.

Fue un éxito. El punto clave fue «ganarse la confianza» de la gente, señala Rikiya, siendo como son los japoneses: «Humildad, no llegar tarde a las reuniones y no romper las promesas». Sus trabajos los colgaron en sus redes sociales y empezaron a tener gran repercusión. El interés por el país se disparó en Japón, cuando antes era mínimo. Las búsquedas de información en la red se multiplicaron.

El Comité Olímpico de Cabo Verde vio una gran oportunidad ante esta situación. Como señal de agradecimiento a la pareja japonesa por la buena imagen que daban de su país, les propuso ser embajadores del archipiélago en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 (edición de 2021).

«Queremos llevar la 'morabeza' (forma caboverdiana de recibir a los invitados) a Japón», explicó el jefe de la expedición deportiva, Leonardo Cunha, en la web de los Juegos. Señaló que este nombramiento, «símbolo de amistad y hospitalidad» del pequeño país, que no ha conseguido nunca una medalla olímpica y su delegación no superará las diez personas, puede servir «como ejemplo de la importancia del movimiento olímpico a nivel mundial». Rikiya y Ayumi aceptaron encantados esta propuesta. Mientras, esperan volver a casa.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios