La cuarentena reduce el ruido sísmico diez veces en ciertos puntos de las islas
La disminución de la actividad humana ha quedado retratada los registros de los sismógrafos de la Red Sísmica Canaria operada por el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
/ las palmas de gran Canaria
El trasiego de las guaguas turísticas recorriendo todos los puntos de interés de las islas, las escandalosas turbinas de los motores de los aviones sobre la pista de despegue, incluso las explosiones coloristas de los fuegos artificiales o el grito unísono provocado por un gol en el Estadio de Gran Canaria. Todos esos ruidos, habituales hasta ahora, quedaban retratados en los sismógrafos que en estos días reflejan en los trazos nerviosos de sus gráficos el inusitado parón de la actividad humana debido al confinamiento con el que se busca frenar la pandemia de Covid-19.
«El ruido sísmico, omnipresente en cualquier sismograma se origina por fuentes naturales y artificiales. Las fuentes de ruido sísmico artificial o antrópico están principalmente relacionadas con el tráfico y las actividades industriales. Es por tanto razonable que la cuarentena, en vigor en España desde el pasado 14 de marzo, se refleje en la amplitud del ruido sísmico también», informa en un reporte del pasado 21 de abril el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcán).
Esta disminución del sonido ha sido evidente para los responsables de la vigilancia volcanológica de Canarias. «Algunas estaciones de la Red Sísmica Canaria operada por el Involcan han detectado una reducción del ruido sísmico promedio de hasta 10 decibelios, es decir, un nivel 10 veces inferior al observado antes de la cuarentena», explica Luca D’Auria, director del Área de Vigilancia Volcánica de Involcan y responsable científico de la Red Sísmica Canaria, dependiente del mismo instituto.
Este fenómeno de la disminución del ruido que se capta a través del subsuelo también se ha apreciado en otras partes del mundo a raíz de la cuarentena, sobre todo en los sismógrafos cercanos a las grandes ciudades.
«El ruido sísmico de origen antrópico esta relacionado con el tráfico y las actividades industriales. Por lo tanto las estaciones sísmicas colocadas en altura no han observado ninguna reducción significativa de la amplitud del ruido sísmico, estando suficientemente lejos de las áreas urbanas. Estas mismas estaciones por lo tanto siguen trabajando con la misma eficacia de siempre, pudiendo detectar pequeños terremotos locales en Canarias, así como terremotos de magnitud superior a 5 localizados en todo el planeta», explica el vulcanólogo.