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Una oficina donde se informa del Ingreso Mínimo Vital, cerrada. R. Solsona
«El Ingreso Mínimo Vital es un engaño», clama un padre en paro

«El Ingreso Mínimo Vital es un engaño», clama un padre en paro

Más de 340.000 personas tienen nueve meses esperando una respuesta del Gobierno, que deniega tres de cada cuatro solicitudes

Miércoles, 31 de marzo 2021

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Los primeros días en que se comenzaron a aceptar las solicitudes del Ingreso Mínimo Vital, M. D., de 53 años y en paro desde hace tres, rellenó los formularios. Todavía espera por la respuesta. En diciembre llamó y le dijeron que no volviera a solicitarlo. «Yo espero que alguien me conteste pero mientras tanto me puedo morir de hambre o perder mi casa», asegura M. D. uno de los 347.000 casos que siguen sin una notificación por parte del Gobierno, una tercera parte de las solicitudes, según la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios. De los que sí han obtenido una respuesta, tres de cada cuatro han sido rechazados y sólo se ha visto favorecido el 1,2% de la población española, según se desprende de los datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Las denegaciones se producen cuando el solicitante no cumple con el «criterio de vulnerabilidad», según la versión oficial, por superar en renta o patrimonio lo mínimo fijado, aunque los ingresos que se valoran son los de 2019, antes de la pandemia. De esta manera se ha excluido al 20% de aquellos que sí percibían ayudas por el sistema de rentas mínimas. Una décima parte es rechazada por no acreditar la unidad de convivencia. Sin embargo, los críticos señalan que el problema de fondo está en la complejidad del procedimiento de solicitud.

«El mayor avance en protección social de los últimos tres lustros, se desangra por procedimientos complejos y una errática gestión, abocando al abandono a los 12 millones de personas que malviven en la pobreza y poniendo en riesgo la cohesión social», asegura José Manuel Ramírez, presidente de esta organización, quien calcula que cada caso sin respuesta puede afectar a unas tres personas, «más de un millón» de personas «atrapadas en la telaraña de la burocracia y el sin sentido de farragosos procedimientos». 

60% sin ejecutar

Para M. D. «el Ingreso Mínimo Vital es un engaño, para tener a la gente más tranquila». Las cifras certifican un alcance real muy limitado en sus primeros nueve meses de existencia. De las personas que viven bajo el umbral de pobreza en España, sólo el 6,4% se beneficia de esta ayuda que apenas ha ejecutado el 40% de su presupuesto anual (920 millones de euros de los 3.000 millones previstos), denuncia esta asociación dedicada a la dependencia y los servicios sociales.

Cabeza de un familia monoparental con dos hijas adolescentes, M. D., de profesión carpintero que perdió su empleo con una de las sacudidas del sector inmobiliario, saca sus cuentas: «percibo 426 euros de paro, lo que se paga de letra del piso. Una vez que lo pago, me alimento del aire, de las ramas de los árboles. Llevo arrastrando atrasos, también de la comunidad». Tuvo que engancharse a la luz por falta de pago y sabe que también podrían cortarle el agua. «No iba a dejar a mis hijas sin luz», se justifica quien ha intentado obtener la ayuda de su ayuntamiento, sin éxito, y acude a diferentes programas de Cruz Roja. «No soy ningún caradura».

Espinaca y espagueti

¿El programa bandera de igualdad económica del Gobierno de coalición ha naufragado antes del año de vida? «El síntoma más evidente son las colas del hambre que ponen en evidencia un nuevo fracaso de las políticas públicas y la justicia social», dice Ramírez. «Urge abandonar la vía de las modificaciones siempre parciales y cortoplacistas producidas vía Real Decreto».

Hoy M. D. ha cocinado un «bote de alimentos de la iglesia con un poco de bacalao desmigado y he hecho espinacas». Mañana, dice, tocará espaguetis. «Comprar fruta y comer sano cuesta muy caro». Su hija de 21 años no encuentra empleo, y la de 14, estudia. «Veo el futuro muy negro, pido ayuda por todos los sitios. Pero yo lo que quiero es un trabajo, un ingreso todos los meses que yo me gane, y así tener tranquilidad y normalidad económica».

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