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Solidaridad y angustia, estos son los sentimientos entre los que se divide la población de Valencia y su área metropolitana. Mientras decenas de miles de voluntarios cruzan el rebautizado puente de la solidaridad y otros tantos esperaban el sábado los autobuses solidarios para limpiar las zonas más afectadas, la lista de fallecidos no deja de aumentar. La última actualización que anunciaba por la noche la Generalitat valenciana apuntaba 210 víctimas mortales solo en dicha región, a las que habría que añadir otra en la provincia de Albacete y una más en Málaga.
«La situación es trágica», había admitido por la mañana el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una comparecencia oficial desde La Moncloa. Precisamente «una de las prioridades» de las Administraciones en este momento es acelerar el rescate de los desaparecidos o, en el peor de los casos, más muertos, así como agilizar la identificación de los cadáveres.
Otra prioridad se centra en tratar de recuperar poco a poco la normalidad en La Huerta Sur de Valencia. Allí se encuentra desplegado «el mayor despliegue de efectivos jamás hecho en nuestro en tiempos de paz». Casi 5.000 efectivos entre Ejército -en su caso, un total 3.633 militares desplegados 'in situ' y otros 690 en otras unidades logísticas o cuarteles generales- y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado al que en las próximas horas se sumarán 4.000 y un millar más este domingo tras la petición de Carlos Mazón, presidente de la Generalitat valenciana. «Estaremos allí con los 120.000 hombres del Ejército si fuera necesario», avanzó el viernes Margarita Robles, ministra de Defensa.
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«Los hombres y mujeres de las Fuerzas Armadas estamos siempre disponibles para intervenir cuando sucede una catástrofe que afecta a la población. Venimos demostrándolo repetidamente en los últimos años«, recalca Miquel Peñarroya, presidente de Asfaspro, la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas. Sin embargo, los militares también critican la lentitud en la puesta en marcha. «Estamos esperando la orden para intervenir», añade.
Un despliegue sin precedentes que se mezcla con otro ejército, pero este no va uniformado sino pertrechado de escobas, palas, garras de agua y, sobre todo, alistados en el batallón de la solidaridad. Todos conocen a alguien afectado: un desaparecido, un superviviente o un fallecido. En cuanto los primeros rayos de sol iluminan La Huerta de Valencia comienza desfile hacia Paiporta, Pincanya, Riba-roja, Torrent, Xirivella, Alfafar, Benetússer o Aldaia.
Precisamente para coordinar las labores entre los voluntarios y los cuerpos oficiales durante todo este domingo se restringe el tránsito de personas a once municipios de la provincia de Valencia -Aldaia, Alaquàs, Picanya, Sedaví, Paiporta, Benetússer, Alfafar, Massanassa, Catarroja, Albal y Beniparrell-, los más afectados por la DANA, ante las previsiones de alerta amarilla por lluvias. Así lo ha acordado el Centro de Coordinación Operativo Integrado (CECOPI) a instancias de la Unidad Militar de Emergencias (UME), la Guardia Civil, Protección Civil, Policía Nacional y los distintos cuerpos que intervienen en esta emergencia, con el objetivo de garantizar la seguridad de la ciudadanía y facilitar los trabajos más perentorios.
Antes de esa decisión, el sábado, a las 7:37 minutos de la mañana, se puso en marcha el primer autocar organizado por la Generalitat Valenciana para desplazar a los voluntarios de manera organizada. «Rebasa todas las expectativas. Gracias Valencia», señaló Miquel Salvador, presidente de la Plataforma del Voluntariado de la Comunitat Valenciana (PVCV).
El punto de partida, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, está situado en los alrededores del Museo Príncipe Felipe. El bus que ha abierto senda se dirige a Chiva, uno de los municipios más golpeados por la DANA, y traslada a 65 ciudadanos cargados con todo tipo de herramientas para ayudar en las labores de limpieza tras las trágicas inundaciones.La Universitat de Valencia ha hecho también un llamamiento y decenas de estudiantes universitarios se han presentado para ayudar en todo lo que sea necesario. La previsión inicial es que se completen alrededor de 50 autobuses hacia las zonas afectadas en varias comarcas de Valencia.
Muchos de ellos son jóvenes que se organizan a través de grupos de Telegram, que se apuntan a la columna más próxima a su domicilio. Ahí reciben toda la información: punto de partida, recomendaciones y kilómetros que andar. A partir de ahora toda la organización queda en manos de la Generalitat. Una «oleada de solidaridad» que necesita de «coordinación», aseguró Mazón en un mensaje institucional. «Lo hacemos para organizar, transportar y segmentar mejor la ayuda de quienes prestan su esfuerzo solidario».
Horas antes, Mazón había pedido a los ciudadanos que se están desplazando a las zonas afectadas para ayudar que volviesen a sus casas porque podían «colapsar vías que necesitan los efectivos». Para evitar congestionar más los accesos habilitados, el gobierno de la Comunitat Valenciana ha restringido desde la pasada madrugada y hasta las 23:59 horas del domingo la circulación hacia las zonas más afectadas salvo asistencia a servicio sanitario, el cumplimiento de la actividad laboral, el retorno al lugar residencia familiar habitual, la asistencia a menores, dependientes y vulnerables, las actuaciones urgentes en órganos judiciales o notariales, y cualquier otra debidamente acreditada.
Por estos accesos han llegado dos autobuses que llegan a la zona cero con 100 infantes de Marina y una columna pesada con 10 camiones, así como cuatro vehículos ligeros y un Vamtac carga con 31 infantes de marina, para ayudar en labores de desescombro y reparto de alimentos en las poblaciones más azotadas por el temporal, donde reside uno de los puntos clave de la gestión de emergencias.
A pesar del histórico despliegue de efectivos, muchos de los valencianos se sienten todavía abandonados. «Digan al Ejército que venga aquí»; «que al menos nos quiten los coches de la puerta para salir»; «nos han olvidado», repiten continuamente en las conexiones de televisión. Con el paso de los días, los nervios, los enfados y la sensación de olvido aumentan en las zonas más castigadas, que todavía carecen de los servicios esenciales como los suministros de luz, agua y comunicaciones.
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Entre los afectados cunde el cansancio y cierta desesperación por la tardanza en el reparto de la ayuda. Los afectados siguen pidiendo, de forma urgente, agua y comida. Niños, ancianos y enfermos son los más vulnerables y sobreviven con la solidaridad ciudadana de toda la provincia que ha acumulado alimentos, ropa y mantas en los puntos de recogida, pero ahora el problema es distribuirlos.
Por su parte, la Generalitat valenciana ha creado una cuenta bancaria solidaria para recibir donaciones de particulares, empresas y entidades. Es esta: ES94 0081 0693 61 0002423445. Además, el presidente valenciano ha explicado que las ayudas de particulares se están canalizando a través de una web (somsolidaritat.gva.es) y cinco números de WhatsApp.
Frente a esta ola de solidaridad, las fuerzas de seguridad han detenido desde el miércoles al cerca de un centenar de personas por actos de pillaje en establecimientos comerciales de la región, según el Ministerio del Interior.
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