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Nervios ante la EBAU más compleja

Nervios ante la EBAU más compleja

Hoy comienzan en Canarias las pruebas de acceso a la universidad. Más de 6.000 estudiantes se presentan en la ULPGC, algunos de ellos daban ayer el último repaso en la Biblioteca Insular

Jueves, 1 de enero 1970

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Las pruebas de acceso a la universidad, la EBAU, comienzan hoy en Canarias. Más de 11.000 estudiantes entre las dos universidades públicas de las islas, 6.000 de ellos en la ULPGC, se enfrentan a unos exámenes que determinarán en buena parte su futuro profesional marcado por un último trimestre sin clases presenciales por la pandemia de covid-19. A todos los cambios que trae este año la EBAU por el virus -desde que el alumnado debe llevar mascarilla hasta que dura un día más porque la primera fase, la general, se divide al estudiantado entre ciencias y humanidades para evitar aglomeraciones– se suma que llevan sin clases presenciales desde el 16 de marzo.

«Ha sido desastroso», confesaba ayer Marta Guerra (17 años) en la Biblioteca Insular, a donde había ido para «concentrarse» y dar un último repaso. Quiere estudiar Medicina, una de las carreras que tradicionalmente exige las notas más altas para entrar. «Yo creo que estoy reparada», afirma. Aunque depende de las asignaturas. Historia y Matemáticas es «lo más complicado». Química y Física las lleva, en cambio, muy bien.

Pero ha sido duro estar tres meses estudiando sola en casa. «Ha sido horrible» porque en casa, añade, «me entretengo o me despisto más». Ayer solo pudo estar tres horas en la biblioteca, que solo acepta estudiantes con cita previa. Eso también ha sido un handicap para muchos estudiantes. No disponer de un lugar adecuado para estudiar.

Nelson Valdivia (18 años) ni siquiera pudo entrar en el edificio. No sabia que había que pedir hora. La «nueva normalidad» también es eso. En su caso, quiere estudiar Ciencias de la Actividad Física y del Deporte se ha suspendido hasta la prueba física, otro cambio por el virus. A nelson le había quedado una asignatura en la segunda evaluación, pero «con trabajos» la ha sacado y aprobó el curso. «Hemos tenido muchos trabajos, pero no me ha gustado nada no ir al instituto», afirma antes de intentar probar suerte en la Biblioteca del Estado, que abrió este lunes.

Leonardo Jesús Figueroa (17 años) también cree que este año ha sido complejo. «Es más difícil sentarse a estudiar, ser disciplinado» cuando no se va a clases presenciales. Además, él, por ejemplo, en Física vio todo el temario, pero sabe de alumnado que no lo ha hecho. «Por eso estamos en esta situación», en referencia a os cambios de la EBAU.

Leonardo, que también estaba repasando en la Biblioteca Insular, admite que está «algo nervioso», especialmente por asignaturas como Lengua o Literatura, que son los primeros exámenes. Lo suyo son los números. Quiere estudiar Ingeniería en Tecnologías de la Telecomunicación, carrera para la que no suele haber una gran demanda y la nota de admisión no sobrepasa el 5. No obstante, no las tiene todas consigo. Tal vez porque estos meses han sido más difíciles de lo que pudiera parecer, sin un docente al que preguntar las dudas cara a cara ni siquiera cuando ya se pudo a mediados de junio.

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