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Las familias se oponen a que la Consejería de Educación enmiende la orden sobre la organización del presente curso escolar y se vuelva a reducir el horario lectivo en Infantil y Primaria en junio una hora.«Una vez más las familias no hemos sido consultadas sobre este cambio de criterio con respecto a la jornada reducida», lamenta la presidenta de la Federación de Asociaciones de Madres y Padres del Alumnado de Centros de Enseñanza Galdós (FAPA), Mariam Álvarez.
«Acortar una hora la jornada escolar en junio supone adelantar toda la agenda escolar», añade. «Lo que las familias defendemos es un sistema en el que el alumnado y su éxito educativo sea el eje sobre el que pivoten todas las medidas organizativas, y no entendemos en qué le beneficia que se reste una hora lectiva en un calendario escolar al que de por sí ya le faltan horas para poder abarcar las programaciones didácticas de cada materia. El cumplimiento de los derechos laborales de los docentes -días de libre disposición, horario reducido, vacaciones, etc.- no puede suponer un menoscabo de los derechos del propio alumnado, y estamos en condiciones de afirmar que las programaciones anuales no se cumplen, no se abarcan con garantías todos los conocimientos y competencias que el alumnado debería adquirir en cada materia y en cada curso. Y la razón es la falta de tiempo», asegura la presidenta de la FAPA Galdós.
La Consejería de Educación publicó el pasado mes de abril las instrucciones para el presente curso y en ellas solo se reconocía el «régimen de jornada intensiva» entre el 11 de septiembre, cuando comenzaron las clases y el 15, es decir, la primera semana del curso. Los sindicatos CC OO y UGT recurrieron la instrucción y Educación, poco después, suspendió este punto de las instrucciones de forma cautelar porque no se había negociado lo que entendían que podía ser un cambio en las condiciones de trabajo del profesorado. Este martes Educación afirmó que en breve publicará una enmienda y que en junio sí habrá jornada intensiva, esto es, entre el 1 y el 21 de ese mes, cuando acaba el curso, el horario lectivo se reducirá una hora.
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Según los sindicatos en esa hora el profesorado avanza en tareas burocráticas, proyectos o evaluaciones. «¿Por qué es precisa esta reducción horaria en Infantil y Primaria y no el resto de las etapas educativas? ¿Tienen menos carga burocrática los docentes de Secundaria, o están mejor organizados? Preguntamos, no afirmamos. Tratamos de entender el sistema», dice Mariam Álvarez.
La presidenta de la FAPA Galdós explica que «la reducción horaria implica que el servicio complementario de comedor se preste una hora antes, es decir, a partir de las 12.30 o de las 13.00 horas, según el centro. Pero, desde la pandemia, en algunos de ellos la organización por turnos del comedor ya implica durante todo el curso escolar restar una hora lectiva al alumnado de Educación Infantil, el primero en acceder al comedor. En estos casos la reducción horaria supone que este alumnado entre al comedor antes de las 12.00 horas» para almorzar. Además, al alumnado del las aulas Enclave «que hace el almuerzo a las 12.30 o a las 13.00 horas, con el horario reducido esto pasa a ser a las 11.30 o 12.00 horas. ¿Se ha analizado la incidencia que estos cambios horarios tienen en la alimentación del alumnado y el escaso margen que hay entre el desayuno de media mañana y la hora del almuerzo?», se pregunta.
Para las familias recortar una hora del horario lectivo también implica complicaciones de organización. «Creemos que no es siquiera necesario incidir en los inconvenientes que esta organización horaria supone para la conciliación de las familias y para los servicios y actividades que, sin ser su competencia, organizan las Ampas para poder facilitar esa conciliación. La conciliación se paga, no es gratuita», recuerda Álvarez. «El derecho de reducción horaria que tienen los docentes en Infantil y Primaria afecta negativamente a la organización familiar y también a su economía», abunda.
La presidenta de la FAPA Galdós reivindica también el papel de las familias en el diseño del calendario escolar. «Entendemos que urge repensar todo el calendario escolar y que su nuevo diseño pivote sobre el derecho a la educación del alumnado de tal manera que los horarios estipulados se basen en criterios que equilibren la salud y el éxito educativo».
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